“Unir, crecer, incluir”, bonito eslogan. Lástima que no es para vender un producto, es para atender aproximadamente a seis millones y medio de salvadoreños. Los días pasan rápido y a un año de gobierno del presidente Mauricio Funes las cosas que tuvieron que haber cambiado siguen igual. A no ser por algunas acciones que han realizado los diferentes ministerios, ejemplo, los niños de las escuelas públicas tienen útiles y uniformes escolares.
Escrito por Fidel López Eguizábal.28 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.
Ser presidente implica tener muchas características, para gobernar, se necesita de un equipo gerencial que aporte ideas, innove, trabaje, actúe. Ya usted, presidente Funes, despidió a unos ministros y funcionarios, recientemente dimitió a su cargo el ministro de Agricultura, ¿malos o buenos?, solo usted lo sabe. Acá es en donde puede aplicar la reingeniería; en Espacio 2010, recuerdo que los jóvenes pidieron la destitución del ministro de Seguridad. Ya estamos hartos de tanta delincuencia. ¿Usted qué dice, señor presidente?
Quiero enfocarme como agricultor: las familias salvadoreñas han recibido los utensilios básicos para sembrar la tierra, bien hecho, y es que el Ministerio de Agricultura entregó los paquetes agrícolas, aunque hubo desórdenes y tintes políticos. ¿Qué pasa con los otros sectores, cañero, caficultor, etc.? En mi caso como pequeño caficultor, en donde somos un conglomerado de veintidós mil caficultores, es importante reactivar las fincas. Recuerde, señor presidente, que el bosque cafetalero como manifiesta PROCAFE representa el pulmón del país y es el 10% de los bosques. Necesitamos créditos que lleguen a los pequeños caficultores para trabajar las tierras; si es así, los campesinos tendrán oportunidades de desarrollo y más empleos.
No quiero repetir lo que mucha gente menciona ¿y la Fábrica de Empleos?, ¿Ciudad Mujer? Nada más acotar que no es fácil gobernar, me imagino que hasta gobernar un pequeño municipio implica dolores de cabeza cuando no se cumple lo prometido en campaña.
Un año es poco, señor presidente, y obviemos lo que dice usted en sus discursos, “que el FMLN lo puso, pero no quiere a El Salvador bajo dominio del famoso socialismo del siglo XXI”. Lo felicito, que más con tantos problemas delincuenciales, falta de oportunidades de empleo, personas emigrando, etc. No es usted un hada madrina para cambiar al país con la varita mágica, pero recuerde que solamente le quedan cuatro años de mandato.
Como padre de familia, le puedo decir que la vida cuesta y quiero tomar referencias de datos estadísticos como Mitofsky y Cid Gallup, lo evaluaron bien como uno de los mejores presidentes de Latinoamérica. Los discursos son digeribles, las notas son percepciones, pero la realidad es otra.
En un bus de transporte público aún se leen leyendas de la campaña, en donde aparece Mauricio Funes, y menciona cinco compromisos para las familias salvadoreñas, pero la vida sigue cara, la delincuencia empeora, los gremios se manifiestan, los impuestos son una encrucijada si subirán, si habrá o no más subsidios. “La vida es bella”, como la película, la realidad es otra, nada más queremos seguridad, educación para todos, hospitales con medicinas y tantas cosas que hacen falta.
Soy educador y en este sector, en donde habemos un ejército de 40,000 almas, queremos cambios. Que haya menos analfabetismo, que la calidad de la educación mejore, que las escuelas estén equipadas tanto con personal idóneo como equipo tecnológico, seguridad y tantas necesidades por discutir.
En un lustro de gobierno pueden pasar muchas cosas y ojalá que el plan quinquenal, a pesar de que lo realizaron hace poco, funcione y que todos los del Gabinete cumplan las promesas. En verdad que todos queremos ver un país diferente, recordemos que un gobierno, no importando el color político, es para todos.
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