Contra Punto-La precaria dolarización en El Salvador - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Carlos J. Glower.13 de Noviembre. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR

- Infortunadamente la ciudadanía ha sido cargada para creer por los propagandistas del neoliberalismo que la dolarización en El Salvador es una cuestión de gustos: a unos les gusta el sorbete de fresa, a otros el de chocolate y aun otros piden jugo de tomate.  Lo que nunca se preguntan es: ¿Cuál es la condición básica de la sostenibilidad de la dolarización?  Sencillo, la condición básica es tener dólares. Y esta respuesta sencilla es la que explica básicamente la catástrofe económica y social que agobia al país en medio de la crisis más profunda de los últimos 80 años.

Desde hace ya casi 3 años el país ha tenido desaceleración y menos dólares en circulación. Los bancos han reducido sus saldos crediticios otorgando menos préstamos, las exportaciones siguen siendo inferiores a las importaciones, la inversión extranjera es penosamente exigua y las remesas están estancadas.  El resultado neto es una disminución del circulante lo que causa un estancamiento y fuerzas recesivas en la economía en general. Mientras no aumente el circulante, la economía no puede ni podrá reactivarse.

La relativa iliquidez de dólares pone en relieve la comprometida situación que los planes quinquenales del Gobierno y del Fondo Monetario Internacional no se cumplan.  Es más, no se puede descartar que dentro de esta situación, que es un clásico caso de círculo vicioso, la situación de la economía se deteriore aún más.

No obstante que por fin parece que el Gobierno está saliendo de su habitual estupor paralizante subiendo los sueldos a los estratos más bajos de la burocracia pública, tratando de introducir un impuesto a los estratos más altos para apoyar la seguridad ciudadana y exigiendo una declaración de patrimonio a los mismos, no es difícil pensar que estas medidas apuntan en la dirección correcta hacia la reactivación pero son tardías e insuficientes. Son disposiciones fútiles y media cocinadas que ni a paliativo llegan ante los gigantescos obstáculos que crecen cada día más ante la impotencia causada por la ausencia de instrumentos apropiados de política económica que nos impone la misma dolarización.

Parte del equipo económico del Gobierno vaticina que si no se toman las medidas apropiadas, y no se manifiesta un escenario promisorio en el crecimiento, la dolarización se desplomará para el 2015.  Aunque este vaticinio sigue padeciendo de un optimismo de adolescentes, lo que se debe mencionar en voz alta y no con cuchicheos es que ese desplome será estrepitoso, violento, audaz e incalculable en su costo.  Los policías y militares que ahora se dedican a patrullar ante la delincuencia imparable por un Estado maniatado por la dolarización y la falta de dólares, no serán suficientes para proteger las sucursales bancarias, los supermercados y otros de las turbas desesperadas como sucedió en Argentina cuando su malogrado experimento semidolarizante se desplomó de la noche a la mañana.

Lo que debe de quedar claro es que si no se acelera el circulante, y por ahora el único influjo es el gasto público, el cual es absolutamente insuficiente, la economía se mantendrá estancada, prohibiendo que se cumpla una tan sola de las metas fiscales que se ha propuesto el Gobierno en sus sueños de leche y miel. El consecuente desquiebre fiscal será el tiro de gracia para la dolarización. Sencillamente, y aunque algunos de nosotros sigamos enamorados del dólar, no se puede estar dolarizado si no se tienen dólares.

No debemos de olvidar que las promesas de campaña de mantener la dolarización se hicieron en un momento en que todavía no se percibía el maremoto de la crisis financiera internacional.  Como jóvenes optimistas, se arguyó que la dolarización se mantendría porque esa era el deseo de algunos poderosos pero con el beneficio de la retrospectiva sólo se puede aseverar que se erró gravemente y esa equivocación hunde al país cada vez más. Si en tiempos de prosperidad mundial, la dolarización le brindó al país un desempeño mediocre que satisfacía al entonces candidato del FMLN, es poco comprensible porqué el Gobierno se aferra a una política económica perdedora, dañina y perversa que está desgarrando al país desde sus entrañas.

Todavía no es muy tarde para que el equipo económico del Gobierno le informe al Presidente y a todos los entes del Estado que mientras se mantenga la dolarización, cualquier medida de reactivación, cualquier Plan Quinquenal preparado por premios Nobel, o cualquier pronunciamiento, inclusive de rezos piadosos, que la economía no saldrá adelante, que la crisis económica se profundizara mucho más, desbordándose en los planos sociales y que la desestabilización que se nos viene encima será de consecuencias inimaginables.

Las esperanzas infantiles de que el hada madrina le cumpla al niño el deseo de un juguete es el mismo que se tiene cuando se cree que la dolarización se mantiene por la sola razón que uno la desea. La dolarización sin dólares es insostenible y sus síntomas se manifiestan en los graves problemas fiscales, en el endeudamiento acelerado del gobierno, y en el estancamiento económico y social. Si bien es cierto que la crisis financiera de Estados Unidos nos golpeó fuertemente, esta razón ya perdió valor explicativo pues, por ejemplo, la economía mexicana esta más integrada a la economía estadounidense pero tendrá un crecimiento cuatro veces mayor que nosotros.

El experimento de la dolarización ha fracasado y es mejor minimizar desde ya los costos que está quebrantando a la ciudadanía, al país y a nuestro futuro.

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