Co Latino-Varilla Negra y La Guacamaya después de treinta años aún esperan justicia | 29 de Noviembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

Beatriz Castillo.30 de Noviembre. Tomado de Diario Co Latino.

«Se pueden acercar por favor, vamos a iniciar», dijo Sebastián Torogoz, a un grupo de por lo menos 30 personas. Luego de sus palabras, una joven de aproximadamente 17 años se acerca hasta Sebastián y le pide el micrófono y con una voz suave explica que el motivo de la reunión es la conmemoración, con un acto religioso y cultural, el 30 aniversario de la masacre de La Guacamaya.
A falta de un monumento que represente la muerte de aquellas personas, todos se reunieron en el Centro Escolar , donde se improvisó un pequeño altar para celebrar la misa y se instaló un equipo de aparatos, para que aquellos pobladores que no pudieron ingresar escucharan el desarrollo de la actividad.
En la década de los 80’s en pleno conflicto armado, los pobladores del cantón Guacamaya, del municipio de Corinto, fueron perseguidos y masacrados. No se tiene el dato exacto de cuantas mujeres, hombres o niños murieron, pero todos coinciden que fueron más de 30.
Vivir en la Guacamaya era sinónimo de ser guerrillero o de proteger este grupo opositor al gobierno, por eso se «tenía que acabar con todo aquello que encontrara vivo».
La misión de acabar con todo, la ejecutó, según los sobrevivientes, el Batallón Atlacatl, en la operación «Limpieza».
Un año antes de la masacre de El Mozote se visitó está zona, dice la Magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Mirna Perla, quien fue invitada a ofrecer una palabras en la actividad conmemorativa.
«Este tipo de hechos abominables son delitos de lesa humanidad, porque se dan en un contexto donde se pretende eliminar a la población para quitar cualquier tipo de oposición», dice Perla, al nutrido grupo de pobladores.
La titular de CSJ no dejó de tildar la operación del ejército como «inhumana» porque se masacró a niños, niñas, mujeres adultas y mayores. Un acto cruel porque eran indefensos.
«Fueron muchas masacres, por eso ahora estamos acá para exigir justicia y la verdad, y que quienes cometieron estos crímenes los paguen» agrega la magistrada.
Algunos de los presentes necesitan escuchar los relatos, pues, son tan jóvenes que no conocen mas que lo que les cuentan.  
Sin embargo, Esteban Sáenz, no necesita escucharlos. El lo vivió en carne propia. Tuvo que huir por caminos boscosos para evitar que los «cuilios» lo asesinaran.
Según recuerda, los hombres sospechaban del plan para exterminar al pequeño poblado, por dos razones: porque en la cueva del murciélago operaba la Radio Venceremos y porque La Guacamaya era considera territorio rojo.
Ante esa sospecha, algunos hombres se fueron a buscar un lugar seguro en territorio Hondureño. Se quedaron algunas mujeres cuidando a los niños y las casitas. Ellas fueron el principal blanco de los elementos del ejército cuando llegaron a cumplir la misión.
«A las pobrecitas las hallaron desprevenidas, fue bien terrible, a unas mis vecinas las violaron y después las ajusticiaron», relata Sáenz. «Mire, la represión ha calmado... pero la justicia no ha llegado», dice Sáenz, quien guarda en los más profundo de su ser aquel recuerdo.
Varilla Negra también recordó
Varilla Negra es otro de los municipios de la zona norte del país que también recordó a sus muertos. Aquellos que murieron indefensos bajo la crueldad y aquellos que murieron en combate.
El Padre de Nueva Granada, Alcides Herrera, quien oficio misa tanto en La Guacamaya como Varilla Negra, dijo que jurídicamente las masacres tienen que ser condenadas bajo el delito de lesa humanidad, pero para los familiares de las víctimas, ellos significan hombres y mujeres que lucharon y que invitan a seguir luchando. «Ahora hay muchas luchas por alcanzar, mas ahora que tenemos un nuevo gobierno. Que nuestros mártires y nuestros caídos sean para ellos una luz y sea voz profética que les diga que no se tienen que apartar de las mayorías populares, de los pobres, de los campesinos, de los que todavía siguen sobreviviendo», dijo el Padre durante el sermón de conmemoración.
Las palabras del padre llenaron de lágrimas a Cristino Núñez, un ex combatiente. Él no ocultó la emoción que le provocó recordar aquella época.
«Somos una comunidad histórica por nuestra participación en la lucha y aquellos de nosotros que murieron masacrados y otros que cayeron en combate, por eso, año con año, estamos celebrando esta fecha», dijo Núñez.  «Aquí el Batallón Atlacatl masacró cerca de 24 personas: mujeres, ancianos y niños, pero también tenemos a los que murieron en combate y están sepultados acá, todos ellos murieron por ver un país más justo, mas equitativo y eso le queremos enseñar también a nuestros jóvenes, que sepan porqué peleamos», explica el ex combatiente.
El ex guerrillero también fue parte del comité organizador de la actividad. Tanto en Varilla Negra como en la Guacamaya, las actividades de conmemoración que se dirigieron desde el comité local, que involucró a muchos jóvenes y niños para que conozcan la verdad.
El objetivo es que las nuevas generaciones sean los que continúen clamando justicia y verdad, los que continúen conservando la memoria histórica.

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