EDH-Editorial-Funes rechazó desdolarizar, pero hay una nueva amenaza…

 Es urgente que el Presidente Funes analice el problema y se haga asesorar por gente conocedora, patriótica y sensata. Debe pedir reuniones serias, analíticas y objetivas

29 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.

 

El país se habría resquebrajado al desdolarizar, un retroceso que perjudicaría grandemente el ahorro, la producción y el intercambio, agravando los problemas de desempleo y de pobreza. De una moneda confiable y fuerte, habríamos caído en una moneda manipulada, expuestos a hundirnos en procesos inflacionarios incontrolables.

Tómese nota de que en Costa Rica un dólar equivale a casi quinientos pesos, fruto de la maquinita de imprimir billetes.

Superamos la amenaza pero quedan otras, la más grave, el recurso contra el TLC pendiente en la Corte Suprema. Un mal fallo, entendido como una resolución que ignorara las ruinosas consecuencias en la economía, el empleo, la inversión y las relaciones con nuestro principal aliado, los Estados Unidos, nos devolvería una generación en el tiempo, con el agravante de que una vez dentro del hoyo ya no podríamos salir de él.

Con la Constitución en la mano y a causa de las incongruencias, las solemnes nimiedades, sus contradicciones y sus errores, es posible demostrar dos opuestos, apoyar a Dios o ponerse del lado del diablo. A eso se suma que por las señales que se descubren, al iniciar un estudio se parte de conclusiones ya definidas, de prejuicios, como sucedió con la "repenalización" del ejercicio del periodismo.

Las consideraciones jurídicas son importantes, pero el análisis económico, el examen de las repercusiones sociales y productivas y la defensa de la estabilidad general tienen un rango superior, ya que afectan vidas humanas, estructuras sociales.

Como sucedió con el tema de la dolarización, el presidente Funes debe abocarse a analizar los efectos que un abandono del TLC provocaría y asesorarse no sólo con técnicos internos, sino también con entidades internacionales de primer rango.

No es posible ignorar el desánimo de la gente

El presidente no puede dejar la estabilidad económica, el empleo de centenares de miles de personas, nuestra competitividad frente a concurrentes externos, el futuro de nuestros hijos, a lo que se disponga basándose en cierta letra de la ley, sin entrar a fondo en el espíritu y la sustancia de un problema esencialmente técnico y económico. Como advierte un viejo axioma jurídico, llevar la ley a sus extremos siempre provoca mayores injusticias.

Anticipar lo que sobrevendría no es tanto de leyes, cuanto de conocer de producción, financiamientos, de coyunturas económicas, de la enorme influencia que tiene la confianza de los agentes productivos en el bienestar de la población.

Se debe considerar en esto las inversiones ya realizadas para aprovechar las oportunidades que brinda el Tratado de Libre Comercio y, en adición, las que presenta un mercado inmensamente más amplio, en el que los consumidores tienen un poder de compra superior al centroamericano.

Por estas razones es urgente que el presidente Funes analice el problema y se haga asesorar por gente conocedora, patriótica y sensata. Dado este paso, debe pedir reuniones serias, analíticas y objetivas con los magistrados y sus asesores para que sus señorías conozcan los alcances de un fallo que puede darle un golpe irreversible al país.

La base del desarrollo es siempre la confianza y la seguridad jurídica. Al perderse, los afectados de inmediato son las familias pobres, los negocios en situación precaria, la producción de bienes y servicios, los ingresos estatales, los servicios públicos. Es imposible ignorar el creciente desánimo y la mala situación económica, lo que se agudizaría con todas sus consecuencias.

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