De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la violencia de género es la principal causa de muerte de mujeres entre los 15 y 44 años de edad en todo el mundo, por delante de la suma de las muertes provocadas por cáncer, malaria, accidentes de tráfico y guerras. Se le califica como “Pandemia Mundial”, que ataca con especial intensidad a las mujeres jóvenes y a las mujeres pobres.
Escrito por Julia Evelyn Martínez.25 de Noviembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Para la región centroamericana, y en especial para El Salvador, este dato reviste importancia, si se considera que un estudio a escala mundial patrocinado por el Centro Reina Sofía de España clasifica a El Salvador como país con la tasa más alta de asesinatos de mujeres, como uno de los lugares del mundo más peligrosos para las mujeres. Con 477 mujeres asesinadas entre enero y octubre de este año y un promedio nacional de dos mujeres violadas diariamente, El Salvador se encuentra en el centro de la preocupación de la comunidad internacional, igual que México, Guatemala, Honduras y República Dominicana.
Pese a la gravedad de esta situación, la violencia de género continúa teniendo un abordaje marginal dentro de los debates sobre la seguridad pública y en consecuencia, mantiene aún un bajo perfil en la agenda de seguridad democrática y de la gobernabilidad regional y nacional.
No en vano el Informe Regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo 2009/2010 advierte que la violencia de género constituye la cara escondida de la inseguridad ciudadana en la región, atribuyendo este hecho a una serie de factores, entre los que destaca la percepción de los actores políticos de que este tipo de violencia es inevitable o bien un asunto privado, que debe ser resuelto en el ámbito privado y/o por las instituciones especializadas en los temas de la mujer y/o familia.
Esta misma preocupación se refleja en el Informe 2010 del Fondo de Población de Naciones Unidas, cuando destaca, en ocasión de conmemorarse este año el 10.º aniversario de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, la necesidad de que las acciones de prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres, sean considerados temas prioritarios en las agendas de mantenimiento de la paz y la seguridad, en los planos nacional e internacional.
Por ello, en este mes en que se conmemora el Día Nacional e Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, se presenta nuevamente la oportunidad para hacer un alto en el camino y replantearnos como Estado y como sociedad la estrategia de combate a todas las formas de violencia contra las mujeres. No se puede considerarla más como un asunto privado y/o de responsabilidad exclusiva de las entidades relacionados con los temas de mujer o de familia. Es preciso elevar este tipo de violencia a la categoría de asunto de seguridad pública y etiquetarlo como tema prioritario en la agenda de las políticas y de los presupuestos de seguridad. Es urgente que se defina un plan integral para su abordaje que combine acciones para incidir en las causas inmediatas del aumento de la violencia de género con acciones que enfrenten sus causas estructurales; una estrategia que logre el equilibrio entre la sanción a los agresores, la protección y el resarcimiento de los derechos de las víctimas con la prevención y la erradicación de este flagelo social. La tolerancia cero a la violencia de género debe fundamentarse en este replanteamiento estratégico.
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