EDH-Miles viven en municipios ricos pero en la pobreza

 Pese a vivir en Antiguo Cuscatlán y Santa Tecla, donde la calidad de vida es alta, muchas familias no cuentan con casa propia

Diana Escalante.30 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.

 

Los municipios de Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán, ambos en el departamento de La Libertad, se han caracterizado en los últimos años por tener un gran crecimiento urbanístico, económico y social que los ha situado como los más desarrollados del país, según el Informe sobre Desarrollo Humano para El Salvador 2009, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Fábricas dedicadas a diferentes rubros, modernos centros comerciales y proyectos residenciales de viviendas que, en algunos casos, son más bien mansiones, dan testimonio del desarrollo material que han alcanzado estos dos municipios.

Pero no todos viven bien en Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán. Solamente en el primero de estos dos municipios, unas cinco mil personas habitan en champas o en casas precarias sin los servicios básicos.

Ambos municipios tienen aún la tarea pendiente de erradicar la pobreza que abate a miles de sus habitantes.

Viviendo en el cementerio

Tránsito Escamilla, una mujer de 67 años, lleva más de cinco décadas habitando en la comunidad Colinas de Cuscatlán, situada al interior del cementerio municipal de Antiguo Cuscatlán.

La mujer asegura que ella y 92 familias más se han visto obligadas a compartir su día a día con los muertos ante la falta de una vivienda propia.

"Llevamos tanto tiempo viviendo aquí. Lo que quisiéramos es que así como el municipio va mejorando, también nuestra condición de vida vaya mejorando", dice Escamilla, quien llegó a habitar a ese sector a la edad de 12 años y ha sido testigo de cómo la zona se ha ido urbanizando.

Algunos vecinos afirman que, pese a que llevan mucho tiempo residiendo en la comunidad, la alcaldía no les ha querido otorgar los derechos de propiedad. Esto les ha llevado a no invertir en la mejora de sus viviendas, pues temen que en algún momento les obliguen a desalojar el terreno y su dinero quede perdido.

Otros lugareños señalan que la administración de la alcaldesa Milagro Navas tampoco les ha ofrecido alternativas viables de reubicación.

Esta falta de atención al problema, según lugareños entrevistados, se debe a que hay intereses partidarios de por medio.

"Si uno no es del partido de la alcaldesa, no se nos da ninguna ayuda. En este municipio hay mucho desarrollo, pero la mentalidad de las autoridades no cambia", señala Roberto López, miembro de la directiva de la comunidad.

Una situación similar a la de los residentes de Colinas de Cuscatlán experimentan quienes residen en la comunidad Las Margaritas, de Santa Tecla.

En ese lugar, situado cerca de complejos habitacionales de clase media alta, como Monte Sión, residen unas 260 familias en condiciones de pobreza.

Sus pobladores llevan muchos años esperando a que la comuna tecleña o el Viceministerio de Vivienda (VMV) les ayude a legalizar los terrenos que ocupan.

Blanca Rosa Bonilla, una ama de casa que comparte su vivienda con nueve personas más, guarda la esperanza de que algún día tendrá en sus manos las escrituras del terreno en el que habita desde hace más de veinticinco años.

"No todo se lo podemos dejar a las autoridades, por eso quisiéramos que nos den las escrituras del terreno y cada uno de los vecinos veríamos la forma de cómo ir mejorando nuestras viviendas", sostiene Bonilla.

A seguir esperando

En Antiguo Cuscatlán, además de la colonia situada al interior del cementerio municipal, hay dos comunidades más que enfrentan un problema parecido: La Cuchilla y La Lupita.

Según el jefe de Desarrollo Urbano de la alcaldía, Alonso Castillo, para los residentes en estos lugares ya se están buscando alternativas de reubicación, en coordinación con el VMV.

No obstante, los resultados de esta búsqueda podrían tardar entre tres y cinco años, de acuerdo con el delegado municipal, pues no es fácil hallar un terreno que reúna condiciones idóneas para albergar a los lugareños.

La situación también se complica porque la municipalidad no puede construir casas a los afectados en los lugares que actualmente ocupan, pues son terrenos privados, a excepción del cementerio de la localidad.

"Es bastante difícil que esta gente, por sus condiciones económicas, también pueda comprar una casa en este municipio, debido a la plusvalía de la zona", sostiene Castillo.

Por su parte, Santa Tecla tiene un total de 25 comunidades en todo el municipio, pero únicamente los habitantes de seis de ellas poseen títulos de propiedad, según Marlon Chicas, encargado de promoción social.

La pobreza de estos tecleños contrasta con la riqueza de quienes habitan en mansiones en proyectos como la residencial La Montaña o Calle al Volcán, muchas de las cuales cuentan con piscinas privadas y cocheras para varios vehículos.

Chicas sostiene que unas cinco mil personas viven en comunidades pobres de Santa Tecla y que la alcaldía les facilita materiales de construcción como láminas y madera, y les gestiona la introducción de servicios básicos, como agua potable y letrinización.

"En la municipalidad sabemos que hay una demanda grande de vivienda, pero no es responsabilidad de la alcaldía darle casas a estas personas", asegura Chicas.

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