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2010/11/25

Co Latino-El derecho y la moral para informar | 25 de Noviembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

 Salvador Ventura.25 de Noviembre. Tomado de Diario Co Latino.

En el comentario anterior decíamos que la prensa, la radio, la televisión y los periódicos, están en el deber, cuando no en la obligación, de hacer una exposición exacta de los hechos, de las noticias, transmitidas durante el día y todo el tiempo, no distorsionar ni deformar para favorecer o perjudicar a una persona o una institución.
Los medios, principalmente los periódicos, deben ser un “forum”, es decir, verdaderas tribunas, donde el público pueda intercambiar comentarios y críticas, en sus columnas de opinión deben confrontarse todas las opiniones. Si hablamos de notas editoriales y análisis más bien deben atribuirse a los directores y no necesariamente a los periodistas. Si por ejemplo, el director de el diario de hoy critica o hace señalamientos contra un dirigente político, un empresario, un profesor universitario, un médico o un mandatario de la república, debe otorgar “derecho de respuesta” o aclaración a la persona o institución señalada.
Pero no es así en este medio, pues hemos visto como constantemente se hacen duros comentarios contra el presidente de Venezuela o políticos con responsabilidad del partido FMLN y nunca hemos visto publicada una aclaración.
En este mismo sentido hemos visto como se calumnia, se difama y se denigra al presidente de Bolivia, Evo Morales, a quien el director de El Diario de hoy llama “suéter Evo” o “El emplumado”. La ética periodística, la responsabilidad, así como tratados y estudios de la UNESCO y de la misma Convención de la Comisión Interamericana de las Naciones Unidas, demandan que los grupos sociales y étnicos sean respetados y descritos exactamente. En los Estados Unidos hace muchos años la Cámara de Diputados y el Congreso incluyeron una nueva enmienda a la Constitución para evitar informaciones o críticas peyorativas contra las minorías étnicas y la raza negra. Aquí todavía existe demasiada resistencia a aprobar ciertas normativas, así como la Ley de Acceso y Derecho a la Información y sanciones penales contra los que atenten contra la intimidad y la moralidad de las personas. El Diario de hoy, para citar otro caso, bautizó a la alcaldesa de San Salvador, Violeta Menjívar, como “la reina de la basura”, atropellando su dignidad de mujer, funcionaria y distinguida profesional de la medicina.
Los medios están en el deber de orientar e informar al público los fines y los valores fundamentales de la sociedad. Hacer comprender a los habitantes de un país las razones de los diferentes regímenes sociales en distintos países. En cierto modo, el periodista puede asumir el rol de educador. Explicar porqué el presidente Hugo Rafael Chávez ha sido elegido dos veces consecutivas mandatario de esa nación sudamericana; pero abstenerse de incluir calificativos, calumnias e insultos, pues es frecuente llamarlo “sambo” y “dictador” o “presidente autoritario”. Cuantas veces El Diario de hoy ha enviado supuestos periodistas a Venezuela no ha sido con el fin de informar o comentar correctamente, sino con una agenda previamente planificada para distorsionar y presentar los hechos de una sola cara. Nunca hemos visto a un alto funcionario ni dirigente del Partido Socialista de Venezuela dar su opinión o aclarar noticias o comentarios difundidos por El Diario de hoy.
Lo verdaderamente importante es dar al público, a los lectores, tantos elementos de información como sea posible: es decir, una gama de noticias muy variada. Al presentar los hechos como son y no distorsionados por calenturas ideológicas, serán las personas las que asuman una posición, como cuando se hacen debates en la televisión de dos candidatos presidenciales, al final la población saca sus conclusiones y está mejor informada y preparada para emitir el sufragio. En El Salvador es muy pobre y prácticamente inexistente el debate o la confrontación de ideas o planes de gobierno de los aspirantes a un puesto público. Los periódicos se convierten en autores y actores partidarios, asumen determinada agenda política y bajo tal premisa enfocan o dan directrices a columnistas y periodistas para favorecer a un candidato y atacar perversamente a otro. Lo vemos constantemente en cuanta elección presidencial o para representantes a la Asamblea Legislativa se realiza en este país.
Si los medios de prensa se rigieran por Códigos de Ética Profesional quizás se evitarían la distorsión de los hechos, de las noticias, las calumnias y la difamación. Son muy raros los casos cuando las autoridades judiciales han seguido procesos por violaciones a la intimidad de las personas. Al menos lo señalado en el Código Penal. Cuando se ha intentado legislar sobre la materia, caso del Art. 191, vienen las campañas mediáticas y los señalamientos sobre “violación” o “restricciones” a la libertad de expresión. Los Códigos de Honor deben ser creación de los propios medios de difusión, los gobiernos no pueden inmiscuirse en estos asuntos, únicamente lo señalado en la Constitución o en las leyes secundarias. Son los jueces quienes elaboran las reglas basándose en casos determinados para aplicar las normativas. Los periódicos, la televisión o la radio no gozan de impunidad ni tienen total libertad para atacar o difamar a las personas, deben hacer señalamientos o críticas con fundamento y respeto. Las leyes se han hecho para ser respetadas por todos.
Los periodistas deben trabajar en un Código de Honor, algo parecido a lo hecho por la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES). En los Estados Unidos, Francia, Inglaterra, en Costa Rica, desde hace tiempo existen tales códigos y no necesariamente para mantener impunidad, sino para preservar la independencia de los medios; porque ceder demasiado espacio al espíritu partidista, como lo hace cotidianamente El Diario de hoy y TCS Noticias con Arena, es inadmisible porque como dicho está no sólo se sigue una determinada agenda, sino que se vuelven autores y protagonistas, es decir, como postulantes a un cargo de elección popular. Desde este punto de vista se pierde la imparcialidad y el supuesto profesionalismo o la misma ética periodística o exigencia a la libertad de prensa tan defendida y exigida..
Es en este mismo concepto que deben regir los Códigos de Honor, los medios, particularmente los periódicos, están en la obligación de ser sinceros y exactos tanto en los títulos como en el contenido de las informaciones.

El derecho y la moral para informar | 25 de Noviembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

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