Los norcoreanos han vendido tecnología nuclear a Irán y se teme que en algún momento puedan suministrar artefactos nucleares a los movimientos islámicos radicales
25 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Kim Jong-il, dictador de Corea del Norte, el país más cerrado del mundo, sin ser provocado, ordenó atacar con artillería pesada la isla Yeonpyeong de Corea del Sur, el último de los incidentes en una larga cadena de atrocidades, agresiones y actos de fuerza que se remonta a 1945. En aquel entonces, tropas soviéticas, por orden de Stalin, instalaron en el poder a Kim Il-Sung, padre del actual déspota y abuelo del presunto sucesor de la dictatorial dinastía, Kim Jong-un .
Corea del Norte es uno de los pueblos más pobres del globo, en el cual las hambrunas se dan con regularidad, en plena igualdad socialista, donde no existen distinciones de clase, los norcoreanos tienen el privilegio de morir de hambre en forma pareja. Al que le toca, le toca, pero les toca más a los campesinos, que son mayoría, que a los pocos pobladores urbanos.
Stalin, debe recordarse, era con Mao un gran aficionado a las hambrunas, las que a sus ojos eran una especie de purificación social. La nueva sociedad tiene que levantarse de los escombros y cenizas de las previas. Durante la revolución bolchevique, era usual que el Ejército Rojo rodeara aldeas y comarcas para impedir que en ellas entraran alimentos, por lo que la gente moría de hambre, lo que está documentado con detalle y se dio a conocer después del desplome del Muro de Berlín y todo el bloque socialista de naciones.
Bajo Stalin cuarenta millones de personas murieron de hambre o por ejecución, cinco veces más que las víctimas del Holocausto y las persecuciones del nacionalsocialismo hitleriano. Ese macabro récord fue superado por Mao, que despachó por iguales procedimientos a sesenta millones de chinos.
El hambre es una forma de control político
En Corea del Norte hay hambrunas por dos razones: la primera, el fracaso estrepitoso del sistema económico socialista, que derrumba las economías de los pueblos donde se impone. El segundo, porque todos los recursos del Estado, fuera de los mínimos requeridos para mantenimiento de actividades básicas para que el país no desaparezca, alimentan el aparato bélico.
Norcorea mantiene un enorme ejército, desarrolla armamento y sostiene un arsenal nuclear con el que amenaza al mundo entero. Los norcoreanos han vendido tecnología nuclear a Irán y se teme que en algún momento puedan suministrar artefactos nucleares a los movimientos islámicos radicales.
El chantaje atómico le produce grandes beneficios, entre ellos la ayuda "humanitaria" que reciben de Corea del Sur, de China y del Japón (en particular comida y medicinas) con lo que evitan el colapso total del país. Y para asegurar el miedo, los norcoreanos han cavado una enorme red de túneles que cruzan la frontera militarizada entre las dos coreas, para pasar armas y agentes provocadores a sus vecinos.
En adición, los norcoreanos tienen una activa industria de falsificar monedas de países occidentales y asiáticos, imprimiendo billetes casi perfectos que cuesta identificar. Con eso no sólo apoyan a fraternales movimientos revolucionarios en todos los continentes, sino que también contribuyen a crear distorsiones en los mercados financieros e inmobiliarios.
No hay área que se relacione con la violencia, el crimen, las provocaciones y el terrorismo, en la que no se inmiscuyan los norcoreanos que, entre los pocos gobiernos con los que sostienen relaciones diplomáticas, se encuentra el de la Cuba castrista. Fue Kim Il Sung quien dijo a Fidel Castro que la pobreza es muy efectiva para controlar países.
elsalvador.com :.: Una nueva agresión de Norcorea a sus vecinos
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