Escrito por Ricardo Esmahan. Lunes 17 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.
La ciudadanía honrada ve con preocupación cómo se han disparado los asesinatos y extorsiones que, según los medios de comunicación, desmotivan la confianza en las autoridades de seguridad pública nacional. Como ciudadano, me compete el derecho a portar un arma al igual que a usted, pero para defensa propia.
Preocupado sobre esta realidad me indagué con expertos en la materia, que concluyeron que con ceder garantías civiles desarmando a los buenos y no a los malos, sólo se promueve la escalada de delincuencia, homicidios y extorsiones.
Desde la implementación del plan gubernamental Mano Dura contra las maras, el fenómeno social de este crimen organizado ha evolucionado. De ser simples jóvenes que defendían su territorio, evolucionaron a ser una organización estructurada en clicas con comando vertical único, centralizado y con férreo código de conducta, cuya desobediencia es la muerte para sus integrantes.
Tanto la presión del plan como la lucha de las maras por el control de territorios de comercio de droga, armas, prostitución y el cobro de rentas, estimuló la evolución de la organización de cuadros delincuentes y asesinos a unidades de choque, que obtienen armas en el mercado negro.
A la base de la criminalidad está la ausencia de integración familiar y la pérdida de valores éticos, morales y religiosos de nuestra sociedad.
Preocupa que cómo una de las respuestas para frenar esta cruda realidad, las autoridades de seguridad pública propongan la veda a la tenencia de armas, sin tomar en cuenta que en este caos, la última línea de defensa es uno mismo. La pregunta obligada es si ¿funciona una prohibición de portación de armas para poner freno a la violencia delincuencial?
Por ejemplo, en Gran Bretaña se declaró ilegal la tenencia de armas de fuego en 1997; sin embargo, eso no evitó que la violencia armada aumentase un 40% desde entonces. Hoy en día, más británicos mueren a causa de armas de fuego.
La policía de ese país indica que la violencia se ha "diseminado como un cáncer", según la revista Observer. Por las mismas fechas Australia también prohibió una amplia variedad de armas de fuego. No obstante, cuatro años después los asaltos a mano armada aumentaron un 51%, los ataques violentos un 24% y los homicidios involuntarios un 16%.
Por el contrario, ¿qué sucede cuando a los ciudadanos se les permite portar armas? En Estados Unidos, partiendo de que las armas no matan sino los humanos, una treintena de estados flexibilizaron los requerimientos para que ciudadanos anden armado y experimentaron reducciones del 4.4% en crímenes violentos, 10% en homicidios, 3% en violaciones y 5.7% en asaltos agravados, según investigaciones de John Lott de American Enterprise Institute.
Desde el punto de vista social, una política que neutralice al ciudadano honrado sólo da ganancias al crimen organizado. Los delincuentes no dejaran de circular armados e incrementan su accionar.
Los conocedores de la materia vislumbran que la pretensión del gobierno de cancelar la renovación de licencias de potación de armas de fuego, tendrá como resultado que el registro de armas se hermetice aún más para los ciudadanos honrados que quieren tener sus papeles en regla y someterse al control gubernamental. Y esto sólo haría que el crimen organizado encuentre un nicho mucho más grande para la venta de armas en el mercado negro.
Los expertos recomiendan montar campañas nacionales con una coordinación institucional gubernamental y civil, para promover valores, fortalecer la familia, las actividades religiosas y la recreación sana de los jóvenes. Además de reforzar la capacidad y logística de las fuerzas policiales. Es triste saber que por cada turno la PNC despliega 3,000 policías a nivel nacional. Equivalente a un policía por cada dos mil habitantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.