Escrito por Gerardo Arbaiza. Agosto de 2009. Tomado de ContraPunto.
El viceministro de Relaciones Exteriores para los Salvadoreños en el Exterior, busca orientar el trabajo de esta dependencia del Estado hacia la protección de los derechos humanos de la diáspora salvadoreña, así como de su calidad de ciudadano, sin importar que residan fuera de los límites patrios.
SAN SALVADOR - Juan José García es el nuevo titular del viceministerio para los Salvadoreños en el Exterior, un nombramiento acertado porque él es un experto en el fenómeno de la migración.
García es un sociólogo que por años se dedicó a analizar el tema con rigurosidad académica, y él ha sido referente y fuente obligada para periodistas y estudiosos del tema. Ahora está viendo el fenómeno con los ojos de funcionario público, pero recurriendo a todo ese bagaje académico que le está permitiendo ver nuevos enfoques, nuevas dinámicas.
Su visión de sociólogo se trasluce cuando analiza el resquebrajamiento de los lazos familiares debido a la inmigración, y dice: “Muchos inmigrantes que trabajan en Estados Unidos tienen su familia acá, y ellos se encuentran con su estructura familiar dislocada y transnacionalizada, sin generar espacios y valores adecuados para la vida plena de sus individuos”.
Y más adelante afirma, en torno a las remesas: “El fenómeno de la migración no se puede ver dentro de una lógica economicista solamente”.
En entrevista con ContraPunto, habló sobre el tema de la estabilidad migratoria de un estimado de 1 millón doscientos mil salvadoreños que residen sin papeles en los Estados Unidos, del TPS, de las remesas y de cómo éstas deben ser parte de un plan nacional de desarrollo; también de la reforma migratoria que pretende impulsar Barack Obama en Estados Unidos, y sobre lo xenofóbica que es esa sociedad.
Y también de la necesidad de que el Estado salvadoreño vele por los derechos humanos de los sus connacionales en el exterior. “Queremos tratarlos como ciudadanos que son”, dice.
Extractos de la entrevista:
¿Cuál es su diagnóstico de las impresiones de la comunidad de salvadoreños en el exterior con la llegada de nuevas autoridades al gobierno?
Lo que hemos encontrado en la comunidad salvadoreña en el exterior es una esperanza muy grande para cambiar las relaciones con ellos, y especialmente las posibilidades de crear espacios mediante los cuales, esa comunidad pueda insertarse y ser incluida en los procesos de desarrollo nacional y territorial. Creemos que esa es la gran apuesta del viceministerio.
En la primera visita a California (Estados Unidos), tanto a Los Ángeles como a San Francisco, percibimos la inquietud de cómo nuestra red consular pueda prestar mejores servicios a la comunidad. Pero lo más importante es la expectativa de nuestros compatriotas de ser incluidos como ciudadanos salvadoreños y ser tratados como tal.
En este aspecto y en estos primeros días de gobierno, nuestro afán es de redefinir las líneas de política de atención a las comunidades salvadoreñas en el exterior en tres grandes áreas:
Primero, la promoción y defensa de los Derechos Humanos de las y los salvadoreños y salvadoreñas en el exterior. Esto quiere decir que se debe tratarlos en el aspecto de que son ciudadanos salvadoreños con igualdad de derechos, sin importar donde residan.
Esto es una gran tarea puesto que hemos encontrado en las comunidades de inmigrantes procesos de marginación, ya que si bien aportan desde allá una importante cantidad de recursos, es este caso remesas y en ese lado se les considera importantes, no se sienten así en tanto que son ciudadanos salvadoreños.
Es por eso que dentro de poco vamos a habilitar una serie de instrumentos, dentro de lo que le compete al Ministerio, para que el voto en el exterior se haga realidad. Porque queremos tratarlos como los ciudadanos que son y es también por eso que queremos redefinir el rol de nuestras estructuras consulares y transformarlas en oficinas de protección y promoción de los derechos humanos de los migrantes. Sus derechos laborales, sociales y civiles.
En segundo lugar queremos crear mecanismos de inclusión económica para los salvadoreños en el exterior en los procesos de desarrollo nacional y territorial. Queremos convertirlos en verdaderos sujetos económicos y socios del desarrollo nacional.
Indudablemente ya aportan al desarrollo económico nacional y familiar a través de los $3,000 millones al año en remesas, que en este año van a ser menos; pero aparte de eso queremos convertirlos en verdaderos socios del desarrollo económico.
Y en tercer lugar, queremos ser los promotores de los derechos humanos de los salvadoreños en tránsito, de aquellos que se embarcan en la odisea de llegar a Estados Unidos. En el tiempo que tengo de estar en el viceministerio no ha pasado un día sin que sepamos de violaciones flagrantes a salvadoreños migrantes en tránsito; especialmente a los sectores mas vulnerables como lo son mujeres, niños y adolescentes.
Creemos que no hemos sido ágiles todavía en la defensa de los derechos humanos de los salvadoreños en tránsito, por ello también queremos reforzar nuestra red consular de protección, principalmente en las zonas sur y norte de México. Que pueda ser flexible y preparada para los cambios de ruta del migrante.
Por ejemplo, a mí me impacta que no tengamos una oficina de protección consular en una ciudad como Arriaga, México, porque el tren que transporta a los migrantes ya no sale de Tapachula, sino que de Arriaga, por eso debemos responder a esa realidad de los cambios de ruta del migrante.
Y en este sentido, también consideramos importante atender a un sector que se ha mantenido marginado desde hace mucho tiempo, como lo son los deportados. Actualmente estamos recibiendo cerca de 300 deportados diarios vía aérea todas las semanas, al final de año creemos que llegaremos a los 25 mil vía aérea, mas otros 40 mil vía terrestre, desde México.
En el actual contexto de crisis que atraviesa Estados Unidos, más la constante persecución y marginación de los migrantes, ¿cuál considera que podría ser, en estos momentos, la principal preocupación para los migrantes salvadoreños?
La principal preocupaciones se refiere a la situación migratoria de la comunidad hispana y los indocumentados en general. Esta es una área de trabajo en la que estamos llevando a cabo la promoción de una reforma migratoria que beneficie al millón doscientos mil salvadoreños que viven de forma indocumentada en los Estados Unidos.
En ese sentido, no solo nos hemos reunido con organizaciones de salvadoreños en Estados Unidos, sino también con organizaciones hispanas y hemos delineado un plan de trabajo que contemple acciones que conduzcan a la promoción de esta reforma; hemos tenido también en Cancillería reuniones con las dos organizaciones sindicales más importantes en Estados Unidos para que nos acompañen en el desarrollo de esta agenda de trabajo.
El presidente (Barack) Obama anunció este 8 de mayo el inicio de la discusión de una propuesta de reforma migratoria en el Congreso de los Estados Unidos, la cual se ha detenido; pero creemos que a partir de octubre o noviembre las discusiones se van a presentar de nuevo y vamos a presionar para que por marzo o abril del próximo año esta reforma se presente a la Cámara de Representantes y al Senado.
Creo que esa sería una buena oportunidad, no solo como gobierno, sino que un bloque regional esté presionando para obtener al fin una reforma migratoria que sea comprensiva, integral y justa, y que sea de beneficio para los 12 millones de indocumentados que trabajan en Estados Unidos.
¿Considera apropiado los términos de espera que ha impuesto el Gobierno de Estados Unidos, para regresar a la discusión de la reforma migratoria?
Yo creo que ha sido una buena oportunidad para prepararnos mejor y establecer las alianzas para tratar de tener una propuesta de reforma migratoria más orientada a nuestros intereses, lo cual no se había delineado en un principio.
Obviamente, si no se presenta en marzo o abril del otro año, ya no vamos a tener oportunidades para que se vuelva a presentar; pues entramos a un periodo electoral. Hay que aprovechar este espacio sin dormirnos y luchar porque la reforma migratoria se presente en la primavera de 2010.
¿Qué elementos debería presentar un proyecto de reforma migratoria integral?
Por lo menos debe presenta tres grandes medidas: primero, una medida que estabilice migratoriamente a los indocumentados que ya trabajen en Estados Unidos, para que logren permisos de trabajo y residencia migratoria para su estabilidad migratoria y social y así no estén marginados de beneficios como servicios de trabajo, servicios sociales y otros.
Otra medida que debe contemplar es la administración de los futuros flujos migratorios, ya que no solo por darle estabilidad migratoria a los indocumentados se va a detener o eliminar los flujos migratorios.
Nosotros queremos desalentar esos flujos, porque un país que aliente la migración, no es un país que pueda vivir feliz, solo van a caber unos cuantos y el resto va a seguir siendo excluido. Solamente generando procesos de desarrollo nacional, que generen oportunidades a los que viven en El Salvador, vamos a desalentar la migración.
Creemos que la construcción de un muro no es un mecanismo eficiente para detener los flujos migratorios, si los recursos de la construcción del muro se utilizaran para generar espacios de desarrollo humano en sociedades como la nuestra, esos recursos serían mucho más eficientes para detener el flujo migratorio. Entonces, una reforma migratoria no solo debe contemplar lo que sucede en el país de destino, sino también lo que ocurre en los países de origen para que pueda ser comprensiva e integral.
En tercer lugar, creemos que debe contemplar la reunificación familiar. Muchos inmigrantes que trabajan en Estados Unidos tienen su familia acá, y ellos se encuentran con su estructura familiar dislocada y transnacionalizada, sin generar espacios y valores adecuados para la vida plena de sus individuos.
Por eso es importante que a los viven en Estados Unidos y logren la estabilidad migratoria, se les permita reunificar a sus familias y debemos de trabajar en ese sentido.
¿Cómo es el estado de las organizaciones de salvadoreños en el exterior y qué nivel de cooperación han obtenido y esperan de su parte?
Hemos encontrado un nivel de organización aceptable y esperable, dado las condiciones en las que han vivido. Debo decir que los consulados nunca han trabajado para la promoción y fortalecimiento de estas organizaciones, más bien han sido relaciones competitivas entre ellos en vez de relaciones de colaboración, porque los consulados han visto la organización de los salvadoreños allá como una amenaza a los intereses políticos que se habían venido manejando (aquí en El Salvador).
Este hecho ha disminuido la oportunidad de desarrollo de estas organizaciones. Sin embargo ha habido experiencias muy grandes en términos de la organización de los salvadoreños inmigrantes, porque a pesar de muchas dificultades, nos hemos encontrado con un nivel de organización relativamente alto. Que aunque dispersas o atomizadas y en cierta medida con relaciones conflictivas entre ellas, han logrado subsistir.
Esta también es un área de trabajo muy importante, hay un banco de datos de organizaciones que estamos depurando a través de este viceministerio, pero creemos que hasta la fecha habrán unas 80 organizaciones de salvadoreños en el exterior trabajando de una manera permanente y sostenible; y queremos trabajar en una depuración para establecer un marco de cooperación con estas organizaciones.
Pero creemos que los consulados deben trabajar ahora fuertemente en esto, se debe trabajar por la unificación de estas organizaciones, que hablen una sola voz de alguna manera y que a pesar de sus diferencias puedan compartir una sola agenda de trabajo, como lo puede ser la presión por la reforma migratoria.
El instituto Cato reveló en un estudio la importancia de los hispanos en el desarrollo económico de Estados Unidos. En base a estos análisis: ¿Qué motivaciones siguen encontrando los hispanos y especialmente los salvadoreños para seguir aportando su esfuerzo al desarrollo económico de los Estados Unidos?
Es una pregunta compleja considerando que, a pesar de la crisis y los déficits en los servicios sociales, los salvadoreños siguen yéndose. Y esta pregunta no admite respuestas unidireccionales ni de simples relaciones causales.
En apariencia, lo que mueve a los salvadoreños a emigrar son las diferencias salariales, la demanda de trabajo; porque mientras un jornalero gane 10 veces más lo que un jornalero gana en El Salvador, eso representará un imán de atracción a la migración, descrito como la teoría de migraciones del “push-pull.”
Sin embargo, el salvadoreño no es una caja registradora racional, que aunque allá ganen 10 veces y aquí 10 veces menos, no solamente funciona de esa forma, hay que considerar factores de orden psicosocial, quiero decir que los salvadoreños también consideran las diferencias en las expectativas sociales.
No solamente hay que considerar el nivel o la estructura del mercado laboral que pueda ofrecer Estados Unidos, también las redes sociales y la posibilidad de reconstruir ese sistema de expectativas de vida siguen influyendo y empujando a la migración. Es por eso que más de 80 mil salvadoreños se unieron a la fuerza laboral estadounidense en el 2008.
El fenómeno de la migración no se puede ver dentro de una lógica economicista solamente, en el aspecto del envió de remesas y su representación en el PIB, sino que hay que verlo de una manera más integral y eso queremos hacerlo a través de este viceministerio.
¿Cómo cree que ha ido variando la percepción de la sociedad norteamericana ante el fenómeno?
Yo creo que la sociedad norteamericana es una sociedad segmentada racialmente. Si vemos, las tazas de desempleo se comportan de manera distinta, no tanto por el lugar de residencia o la capacidad productiva de la población, sino que se determina más fuertemente por la raza, en donde los blancos anglosajones siempre tienen tazas de desempleo mucho menores que latinos y negros.
Por esto mismo, es una sociedad que se conformó de una forma xenofóbica. La xenofobia es un valor fundamental en el que se construyó la sociedad estadounidense y es algo que va seguir existiendo. De hecho, a los inmigrantes indocumentados, muchas veces se les achaca todos los males que suceden en Estados Unidos, como la violencia, los delitos, la drogadicción, etc.
Hoy hasta cualquier oficial, sin necesidad de que sea de migración, puede detenerlo por el simple hecho de ser latino, sin importar que después averigüen que es un residente legal. Entonces yo creo que esto va seguir operando como un factor de diferenciación social, que aun con todo el aporte que los hispanos hacen a la economía estadounidense, va seguir pesando toda la ideología xenofóbica.
Y es por eso que el enfoque de este viceministerio va estar dirigido en una restitución de derechos de nuestros compatriotas en el exterior como parte de un concepto de soberanía, que en nuestros tiempos es la defensa de los derechos de nuestros ciudadanos in importar donde residan. Sobre este concepto va a ir direccionada nuestra línea de trabajo.
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