“El presidente Funes enfrenta múltiples dificultades para hacer un buen gobierno, pero puede. Debe definir el rumbo para otorgar confianza, maniobrar políticamente con su partido y con los demás. Ese es el arte de la política.”
Escrito por Rafael Castellanos. Martes 18 Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica.
El presidente Funes enfrenta muchas y complejas dificultades para hacer buen gobierno, pero puede lograrlo.
Primero es establecer su autonomía, el partido no es suyo y no parece ser dócil. Debe manejar un gobierno con nuevos funcionarios en todos los niveles, muchos buenos, profesionales honestos con ganas, muchos sin experiencia, con poca capacidad profesional, una burocracia bastante mezclada, funcionarios capaces y de buena fe, otros ideologizados que ponen más hígado que cerebro en el trabajo, gente que el partido coloca, cobro de factura (como sucede en todo gobierno nuevo). Con estas dificultades, enfrenta una economía complicada mundialmente, y una economía interna que además de golpeada no asume aún la confianza necesaria para soltar la inversión y el consumo, indispensable para la recuperación.
Enfrenta las expectativas que la población tiene de lo que hará, pues es presidente de todos los salvadoreños, no solo de los que votaron por él y los que votaron por su partido, salió muy bien evaluado en su primera encuesta y eso lo compromete más. Enfrenta las expectativas de los militantes del partido, desde cuotas de poder estratégicas, a cuotas de empleos para militantes y relacionados. Le tratan de complicar la vida los radicales que quieren ver cambios que él no prometió, pero se sienten dueños. Las manifestaciones son incómodas, algunos blogueros y medios izquierdistas, radicales, o que no se sienten “tomados en cuenta” que estuvieron con él, ahora lo atacan dura y visceralmente.
El presidente Funes enfrenta el momento crucial de trazar claro el rumbo de su gobierno, para dar o quitar la confianza de inversionistas y consumidores. Enfrenta las expectativas del sector privado de buen actuar, del cual sabe que el país necesita, asimismo enfrenta las expectativas de los privados que buscan prebendas, o se le pegaron para conseguirlas.
Enfrenta las expectativas de la derecha política del PDC y PCN a ARENA, todas con diferencias importantes en su naturaleza, para poder gobernar en armonía y no con una oposición sistemática y radical. Enfrenta las expectativas de la izquierda moderada, que esperan que pueda hacer un gobierno a lo Lula, es la esperanza de la izquierda moderada continental.
Enfrenta la situación más complicada de violencia que conocemos: delincuencia común, maras, crimen organizado y narcotráfico, que ya metieron sus tentáculos en el Estado, alcaldes, policías, fiscales, diputados. Esa es la situación más grave para el país. Si por algún lugar podemos perdernos sin retorno es por allí y aunque es claro que la responsabilidad no solo es del Ejecutivo, en un país presidencialista, asume el liderazgo y principal responsabilidad.
Enfrenta cómo implementar una economía que responda al mercado con mayor énfasis social, que su gabinete económico sabe es lo que funciona, aunque la tenga que matizar o llamar de otra forma por la oposición ideológica. Tiene el problema de los nuevos burócratas que no comprenden, el de los de línea dura que lo adversan por ideología y de los muchos grupos de interés que tienen penetrado al Estado y se aprovechan, favoreciendo sus intereses en contra de los de la mayoría, desde los informales organizados del centro y piratas de DVD, hasta los buseros y todo tipo de irregulares que creen que la ley está hecha para los demás, no para ellos.
Enfrenta la dificultad de una Centroamérica cada vez más complicada, dividida entre norte y sur por Nicaragua y ahora con este problema de Honduras que nos afecta mucho, ahora y probablemente después si la resolución del conflicto no es la adecuada.
Con todas estas dificultades, muy complicadas de resolver simultáneamente, corresponde ser pacientes y vigilantes, darle tiempo para despegar al equipo de gobierno reconocido como bueno internamente y por los multilaterales, Secretaría Técnica, Secretaría Estratégica, Ministerio de Hacienda, Banco Central, Ministerio de Obras Públicas y esperar ansiosos que los otros no cometan barbaridades que envían malas señales, como la eliminación de EDUCO. Tomar control, dirigir y ejecutar, lleva tiempo. París no se hizo en un día, pero hay que apurarse.
Consejo bueno para cualquiera que inicia: No se puede resolver todo inmediatamente, es más eficiente escoger unas cuantas metas importantes, alcanzables y enfocarse en ellas.
El presidente Funes está haciendo bien algo fundamental, estableciendo que su gobierno es propio y no el del partido, una posición de estadista, difícil de mantener, pero la correcta, es presidente de todos los salvadoreños. Es necesario en extremo que dedique tiempo a maniobrar políticamente, mantener apoyo del partido y poder gobernar con los demás, delicado malabarismo que es el arte de la política, arreglar, negociar y finalmente, en lo que le corresponde, actuar.
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