Se abre la posibilidad de los concejos plurales

En temas como éste, y en verdad en todos los temas, los partidos políticos deben soltarse de la vieja obsesión de imaginar que lo primero son sus propios intereses, atados a los sucesivos resultados electorales.

Escrito por Editorial. Jueves 27 Agosto. Tomado de La Prensa Grafica.

El tema de la representación plural en los concejos que gobiernan los municipios ha venido quedando relegado, por razones puramente interesadas de los partidos políticos. El hecho de que en un concejo haya representación proporcional de los partidos que participaron en la contienda electoral respectiva parece lo más apegado a la lógica democrática; sin embargo, se ha mantenido a rajatabla el criterio de que el partido que gana la elección, así sea por unos cuantos votos, como tantas veces se ha visto, aun en la comuna más grande, que es la de San Salvador, sea el que ocupe todos los puestos del concejo.

Ahora, sin embargo, y sin duda como uno de los efectos ventiladores del ejercicio de alternancia política que tenemos en el país por primera vez en circunstancias democratizadoras como las que se viven principalmente después del fin de la guerra interna, la iniciativa de entrar a la práctica de los concejos plurales parece tener perspectivas de éxito, por algunas señales iniciales. Dicha iniciativa viene de la sociedad civil organizada, y son la Fundación Nacional para el Desarrollo FUNDE y la Iniciativa Social para la Democracia ISD las que la presentan a la Asamblea Legislativa.

La primera reacción personalizada de los partidos en la Asamblea es positiva, aún desde aquéllos que, hasta hace muy poco, eran reacios a considerar el punto. Este es un buen avance, que ojalá llegue a plasmarse en las reformas legales necesarias. Tenemos que ir desactivando todos los prejuicios contra la participación y la transparencia, porque al final de cuentas el hecho de que éstas se expandan y consoliden constituye el seguro de base para garantizar la sana supervivencia y el buen desarrollo de la democracia en el país.

Aprendizaje de convivencia
El argumento más esgrimido para negarse a la aceptación de concejos plurales ha sido el de alegar que dichos concejos se convertirían en campos de batalla permanente, en perjuicio de la gestión respectiva. Un argumento de evidente simplismo, pues de aceptarse hasta las últimas consecuencias tendría que desaparecer el pluralismo mismo. La democracia es convivencia interactiva entre diversos y aun entre contrarios. Esto desde luego hay que aprenderlo, porque se trata de estar en equilibrios continuos, para lo cual se requiere negociación constante. Y esto no sólo se da en la política, sino también en la vida.

Al ser los gobiernos locales los que más cerca están de la población, deberían ser las escuelas básicas para aprender y ejercer la diversidad democrática. Por consiguiente, el contar con concejos plurales no sólo sería potencialmente motivador de una gobernabilidad local más dinámica y representativa, sino que podría incrementar en la población la comprensión real de lo que es vivir en democracia.

En temas como éste, y en verdad en todos los temas, los partidos políticos deben soltarse de la vieja obsesión de imaginar que lo primero son sus propios intereses, atados a los sucesivos resultados electorales. Esto desde luego es importante, pero lo es en función de que puedan cumplir a cabalidad y en forma efectiva y verificable el cometido que les justifica la existencia y la supervivencia: el servicio a la ciudadanía, que es la que les da el mandato, porque es la que según la ley tiene el poder.