No es momento para torpezas políticas. ARENA necesita pensar con mucha lucidez a qué, a quién y de qué manera debe oponerse en cada momento.
Escrito por Joaquín Samayoa. Miércoles 26 Agosto. Tomado de La Prensa Grafica.
Están todavía frescas en la memoria la obstrucción del FMLN a los créditos que necesitaba ARENA para gobernar y también las duras críticas que le hacía ARENA por poner sus intereses partidarios por encima de los del país. Ahora es el turno de ARENA para reproducir las mismas actuaciones que antes censuraba.
De acuerdo con la advertencia hecha por la cúpula tricolor, si el FMLN no apoya la realización de los dos principales proyectos del alcalde Quijano, ARENA no dará sus votos para materializar los créditos que está gestionando el presidente Funes. Los dirigentes areneros han intentado presentarnos esta advertencia como una legítima posición negociadora, pero deben caer en la cuenta de la difícil situación en la que quedaría su partido si el FMLN percibe esto como un chantaje y se niega a participar en el juego.
Ambos partidos debieran recapacitar sobre una forma de hacer política que se asemeja al modus operandi de los secuestradores. Hay un pequeño detalle que siempre se les olvida a los políticos. Los bienes sociales que tienen secuestrados y las ganancias políticas que esperan obtener de sus adversarios no les pertenecen a ninguno de ellos, sino al pueblo que ha depositado transitoriamente en ellos la responsabilidad de legislar y la de gobernar.
El metrobús ya no es de Norman. Fue su idea originalmente, pero el pueblo la acogió y la hizo suya. Ahora es un proyecto necesario para empezar a resolver un problema que agobia a todos los ciudadanos. Es una solución de corto plazo para decenas de miles de personas que deben movilizarse dentro del área metropolitana de San Salvador, pero es también un principio de solución para el caos del transporte público en todo el territorio nacional. El metrobús ahora nos pertenece a todos, y el FMLN no tiene derecho alguno a obstruirlo ni a usarlo como rehén.
La misma valoración aplica para los créditos. El Ejecutivo los gestiona y deberá administrarlos, pero responden a una necesidad del país y serán pagados con los impuestos de todos los salvadoreños de esta y de las siguientes generaciones. ARENA no tiene derecho a mantener los créditos como rehenes ni a usarlos para el chantaje político.
Pero además de estas apreciaciones, las cuales caen en el extraño ámbito de la ética política, los partidos debieran pensar sus actuaciones también con criterio práctico y teniendo en cuenta el deterioro de su propia imagen que estarían provocando si persisten en seguir haciendo política como siempre lo han hecho.
El gobierno del presidente Funes y los diputados del FMLN debieran ver al alcalde Quijano y a los demás ediles del AMSS como aliados en la consecución de un logro que será muy apreciado por la población y del cual todos podrán reclamar una parte del mérito. Por las mismas razones, si no apoyan o si obstruyen el proyecto, tendrán que pagar una factura política.
Para ARENA, el costo sería aun mayor si se niega a dar sus votos para la aprobación de los créditos. No hay un solo experto que se atreva a pronosticar el inicio de la recuperación económica para antes de la segunda mitad del próximo año. Mientras tanto, hay imperativos de subsistencia que requieren créditos externos. Sin ellos, el país se viene a pique y el daño a empresarios de todos los tamaños, empleados y gente común y corriente sería de incalculables proporciones. Habría un claro culpable ante los ojos de la gente. El gobierno podría lavarse las manos y justificar todos los errores que pueda cometer en la gestión pública.
En las actuales circunstancias, la falta de créditos sería la excusa perfecta para que prevalezcan los más radicales y los más ignorantes dentro del FMLN. Los petrodólares de Chávez, con todas las condiciones políticas que nos quiera imponer, dejarían de ser una tentación y se convertirían en una necesidad. El gobierno volvería a imprimir colones, para mantener al menos la ficción de disponibilidad de efectivo. La corrida de dólares se aceleraría y se nos impondría un corralito al estilo argentino.
Es muy delicado lo que está en juego. A la economía le basta el temor de la gente para descalabrarse. Las amenazas de ARENA constituyen un arma de doble filo. Podrían lograr que el FMLN haga concesiones, pero también podrían provocar consecuencias muy indeseables sobre un equilibrio económico que está prendido con alfileres. No es momento para torpezas políticas. ARENA necesita pensar con mucha lucidez a qué, a quién y de qué manera debe oponerse en cada momento.
Nuestra politica no es asi de madura. Falta mucho para llegar a niveles que permitan el mero desarrollo de la nacion salvadoreña. Quienes han podido enseñarnos el camino hacia un pais con cultura politica a la altura de las necesidades de un pais subdesarrollado sin recursos naturales no lo han podido hacer. Es mas lejos de tirarnos para adelante en ese sentido, nos han dejado a la deriva y ellos se quedaron atras.
ResponderEliminarLos otros, los que deberian de estar por la modernidad en el pensamiento estan en que si son chicha o limonada. Tienen las herramientas pero dudan de como usarlas. Falta demasiado para juntos sacar adelante al pulgarcito.
No.. no las entienden y no pueden entenderlas pues su razon de existir es "defender" su posicion economica, cueste lo que cueste. A ellos nunca les ha interesado ni les va a interesar sacar adelante a la nacion sino salir adelante ellos mismos. La incapacidad de la derecha de utilizar las herramientas que dan base a su ideologica de una forma mas moderna y humana les impiden ver la politica de otra manera que la que vemos a diario. Asi ha sido hasta ahora y asi seran siempre. Son algo asi como niños mas grandes y matones que los demas, que a golpe intimidan a los demas, que atentan con quitarles "sus" dulces ya caidos de la piñata.
ResponderEliminar