Simpatizantes del FMLN-UN AÑO DE AVANCES, SORPRESAS Y ESPERANZA EN EL CAMBIO

05 de Junio. Tomado de Simpatizantes del FMLN. 

Este primero de junio se ha cumplido un año desde la toma de posesión de Mauricio Funes como presidente de El Salvador.

Ese día del 2009 quedará marcado en la historia patria, no sola como el día de la envestidura de un nuevo presidente, sino también como un quiebre en positivo en la búsqueda de los salvadoreños por encontrar derroteros de verdadera democracia, independencia y justicia social.

Hace un año, además del discurso de Funes, hubo múltiples manifestaciones que fueron, desde declaraciones y discursos de políticos, hasta lágrimas de ciudadanos comunes, de emoción reprimida por muchas décadas de frustradas esperanzas.

En realidad hubo también los que lamentaron el fin de su era de privilegios a costa del estado y veían para si un negro futuro en donde no eran pocos los que se auguraban responsabilidades con la Justicia por casos de corrupción, trafico de influencias y otros colaterales que han sido practica “cuasi normal” en muchos cargos públicos y funcionarios de Estado; en donde ha prevalecido el lema de “es de tontos trabajar en el Estado sin servirse de él”.

Empezaron a descubrirse planillas y cargos fantasmas en distintos ministerios, las arcas del estado vacías y comprometidas con compromisos y contratos de Estado que únicamente validaban las últimas gestiones del gobierno arenero en donde la corrupción y el despilfarro fueron hechos comunes. La economía dolarizada y además embarcada junto con el mundo, en la crisis internacional que aun nos golpea.

Por desgracia el nuevo gobierno choco con esta realidad, los recursos del estado se tienen que cuantificar y cualificar en base a realidades y no a deseos y el primer paso lógico de cambios administrativos de importancia donde ameritaba la estructura de Estado, después de un año, todavía no se ha podido hacer en una proporción que coarte la influencia de administraciones pasadas de derecha que todavía tienen hilos en ministerios y otras instituciones del Estado y que en no pocas ocasiones se convierten en retrancas para el nuevo gobierno del cambio.

Cuando hablamos de deseos, en política carecen de objetividad, pues el ser presidente de todas y todos como lo dice Funes, no le exime el reconocer que el primer bastión para impulsar el programa del cambio, esta con los salvadoreños y salvadoreños que votaron por el FMLN y él. No buscando apoyo aritmético en los partidos de derecha. Esto podría ser algo en lo que con inteligencia desde el ejecutivo se debe de enmendar por lo que resta del mandato, si en verdad se quiere transitar por el programa de gobierno que se prometió a los electores como la primera base para un verdadero cambio.

Es ingenuo creer que la derecha salvadoreña apoya al gobierno que la desplazo, únicamente como compromiso de Estado. Cuando en realidad están empeñados en empantanar el nuevo proyecto o puntualmente mantener posiciones privilegiadas, así como acceder a cuotas de los programas de gobierno, como clientelismo proselitista; tal como lo denunciara en su renuncia el ex Ministro de Agricultura.

Apartado especial tiene lo que pase en el RNPN, que a pesar del interés mostrado por el FMLN de enmendar con propuestas de ley, el viciado manejo que los gobiernos de ARENA le han dado a este ente estratégico. El presidente, tenemos que decirlo, mostró más sintonía con los que lo han utilizado y viciado; tal es el caso del padrón electoral con votantes “fantasmas” que fácilmente rondan el millón, padrón del que el mismo presidente fue victima en su elección; o lo que representa el RNPN como instrumento eficaz para la seguridad ciudadana en el combate a la delincuencia. Esperemos que los instrumentos que por ley le han sido devueltos al Presidente comiencen en verdad a rectificar todas las tareas que desde el RNPN empañan el desarrollo de una verdadera democracia. El nombramiento este 1 de junio de Fernando Arturo Batlle Portillo creemos que empezara a marchar en esa justa dirección.

Son muchos los ex funcionarios y cargos públicos que están directamente involucrados con el tema de la corrupción y para que esto no se interpretara desde el principio como cacería de brujas, ha sido responsabilidad de los nuevos funcionarios, documentar fehacientemente las denuncias para proceder judicialmente contra los que aparecieren involucrados; es por eso que a pesar de las evidencias previas, es hasta hoy, que se empiezan a concretar acciones judiciales, por parte del Ministro de Gobernación, el Ministro de Obras Publicas, La ministro de Salud; entre otros. Efectivamente, no es el trabajo prioritario del ejecutivo la persecución de los corruptos; pero si es compromiso moral con el pueblo el que su gobierno en cualquiera de las instancias, investigue y denuncie ante la justicia todos los actos de corrupción que para el caso, es un delito que no prescribe. En contrapartida este nuevo gobierno debe usar la transparencia en su gestión, como una de las garantías para evitar la tentación, tanto de los que intentan corromper a los funcionarios; como a los que estén tentados en corromperse.

A la fecha los especialistas de derecha e incluso politólogos de izquierda han hecho correr ríos de tinta analizando y recetando como hacerlo mejor, sin miramientos y desde afuera, asumen que las contradicciones entre Funes y el Partido son inmensas dando por sentado que los sueños de la derecha de dar al traste con este gobierno podrían concretarse.

Esto no está en el presupuesto del FMLN, como partido responsable del momento histórico del gobierno del cambio; tampoco esta en la intención manifestada por el presidente Funes en su informe en la Asamblea Legislativa en donde enumeró el esfuerzo de su gobierno y las fuerzas que están por el cambio, de avanzar hacia él.

Muy a pesar de la derecha y los inconvenientes encontrados, con contundencia podemos afirmar que el cambio llego para quedarse y que el trabajo de los cuadros efemelenistas en el gobierno, ya sea como cabeza de ministerios o de otras dependencias tiene el compromiso de todo el Partido y a la fecha, la aprobación de la mayoría de la población.

Escrito por Comité FMLN en Suecia

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