Sostienen que la falta de empleo y la crisis económica los obliga a salir a vender en carretas.Durante el día los carretilleros se mueven de un lugar a otro en San Salvador para vender sus productos. Con ello también contribuyen al desorden de la capital.
Jaime López.26 de Junio. Tomado de El Diario de Hoy.
Mientras el alcalde Norman Quijano se las ingenia para ordenar y darle un nuevo rostro a la ciudad capital, en las calles del Centro Histórico de San Salvador hay todo un enjambre de vendedores en carretillas, hombres y mujeres, sobretodo jóvenes, que de cuadra en cuadra se mueven ofreciendo sus diferentes productos.
La comuna capitalina no cuenta con un censo exacto y actualizado de estos vendedores, sin embargo estiman que hay más de 150. Este mismo problema lo enfrentan populosos municipios como Soyapango, Santa Tecla, Mejicanos y San Marcos.
Los vendedores opinan que no le hacen mal a nadie, al contrario le facilitan la vida a sus clientes. Sin embargo, las autoridades municipales son del criterio que este tipo de ventas contribuye al desorden citadino, al desplazarse a zonas recuperadas o no aptas como las calles donde el tráfico se torna pesado, especialmente en horas pico.
El sector del comercio formal del centro de San Salvador piensa lo mismo. Un empresario, quien por su seguridad negó identificarse, puntualizó que en el fondo, los carretilleros son vendedores informales que por una u otra razón no alcanzaron un puesto para ubicar sus ventas en el centro de San Salvador, por lo que también fomentan al desorden de la ciudad. El Cuerpo de Agentes Metropolitanos, (CAM) asegura que en los últimos días ha incrementado sus acciones para impedir que estos comerciantes realicen sus ventas en espacios no autorizados. El coronel Gilbert Cáceres, director de CAM, manifestó que hacen entre 70 y 100 llamados de atención al día a este tipo de vendedores para que no obstruyan el paso de los transeúntes ni el tráfico vehicular.
Subcontratados
Algunos de estos vendedores, tienen un mes y otros y hasta cinco años de dedicarse a esa actividad. La mayoría no son dueños de las carretillas sino empleados de una persona para quien trabajan de diez a 15 vendedores.
Éstos lo hacen por un sueldo de 6 a 12 dólares diarios. Son abastecidos a las 8 ó 9 de la mañana, ya sea de verduras, frutas, prendas de vestir u otros artículos de consumo masivo de la población.
A las dos de la tarde y otros un poco más tarde, rinden cuenta a su patrón. Otros han logrado comprar su carretilla y comercializan sus productos por su cuenta e independiente de cualquier organización que los represente. Por la mañana, surten sus carretillas en La Tiendona y desde ahí se desplazan a pie a lugares de afluencia de empleados como el Centro de Gobierno, para ofrecer verduras como tomates, cebollas, aguacates y chile verde, entre otros.
Todos tienen una historia o realidad similar. Los hombres afirman haber optado por esa ocupación tras encontrarse desempleados o no tener la escolaridad mínima necesaria para concursar por un empleo en una empresa. Las mujeres expresan que lo hacen, para cooperar con la economía de sus hogares ya que los ingresos de sus maridos son insuficiente para atender las necesidades familiares integrada por dos, tres y hasta cinco pequeños.
El representante de la Coordinadora Nacional de Vendedores Informales (CNV), Pedro Julio Hernández, se disvinculó de este sector, sin embargo se mostró a favor de su labor. "Es loable el esfuerzo que hacen estos vendedores porque honradamente se ganan la vida". Comentó que esta idea se la deben al ex alcalde Héctor Silva, quien implementó el modelo de "mercado sobre ruedas" en la capital durante su gestión, con la diferencia que los informales la adaptaron a sus condiciones.
Sin embargo, el ex alcalde Silva manifestó que los carretilleros tergiversaron el modelo de los mercados sobre ruedas. Este modelo es impulsado con mucha fuerza en países europeos, Estados Unidos y Canadá. Lo importante de estos mercados, según el ex edil capitalino, es que son regulados por las municipalidades en cuanto al lugar donde se instalan y los días y horarios en que funcionan. Estos mercados no deben obstaculizar el tráfico vehicular ni el paso peatonal. Asimismo, es prohibido ocupar indebidamente los espacios públicos. En los países donde opera este modelo, las alcaldías cobran una tasa para su mantenimiento, orden, aseo y limpieza.
elsalvador.com :.: Proliferan los vendedores con carretillas
Y no paran de tratar con desprecio a nuestra gente. Ya les describen como algo indeseado, como algo molesto. Lo ams inteligente seria resaltar las ganas de no parasitar que tienen y al mismo tiempo ofrecerles alternativas para desarrollar sus ventas etc.
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