Contra Punto-Los problemas del alcalde y la gobernadora por poner orden

 Willian E. Marroquín. 27 de Junio. Tomado de Contra Punto.

Iniciaron procesos de “limpieza” que desbordan sus capacidades para lograr resolver sus problemas de manera sostenible.
SAN SALVADOR-El alcalde y la gobernadora iniciaron procesos de “limpieza” que desbordan sus capacidades para lograr resolver sus problemas de manera sostenible; sin embargo, sus actuaciones les brindan réditos políticos como podría ser la reelección en sus cargos o acelerar procesos políticos ya en marcha. En el caso del alcalde, me refiero al desalojo de vendedores ambulantes de la ciudad de San Salvador iniciado el 16 de junio y, en el caso de la gobernadora, se trata de la  ley anti inmigrante SB 1070 que entrará en vigencia en el estado de Arizona  el próximo 29 de julio.
El alcalde, como respuesta a los disturbios de protestas de los vendedores informales por los desalojos expresó: “No nos amilanan este tipo de hechos violentos, ya sabemos que detrás del comercio informal se esconden grupos que siembran el terror y que delinquen permanentemente y que han hecho de esta actuación inescrupulosa su forma de vida “. Por su parte la gobernadora, como reacción a las protestas y demandas de inconstitucionalidad de su ley, expresó recientemente: “Creo que hoy, bajo las circunstancias que enfrentamos, la mayoría de intrusos que entran al estado de Arizona lo hacen bajo la dirección y el control de los carteles de la droga y que ingresan drogas …. Tenemos información contundente de que vienen como personas ilegales que desean trabajar. Entonces los abordan y se convierten en sujetos del cartel de drogas”. ¿Existen similitudes en ambas declaraciones recogidas por La prensa Gráfica del país? El lector podrá sacar sus propias conclusiones.
Lo que es claro es que ambos justifican sus acciones en las fuerzas oscuras que operan detrás de ellos, las pandillas y el crimen organizado en el caso del alcalde y los carteles de la droga en el caso de la gobernadora, ignorando la necesidad de sobrevivir del vendedor informal o del inmigrante ilegal que ha tenido que abandonar su familia para buscar un puesto de trabajo. El factor común de sus actuaciones es que el problema que enfrentan se sale de sus capacidades y requieren de instancias superiores para su solución. El gobierno salvadoreño, a través del FISDL, había asignado unos fondos para iniciar procesos de ordenamiento en centros históricos (incluido el de San Salvador), pero el alcalde se adelantó al proceso. También en los Estados Unidos el presidente Obama ya había iniciado el proceso de una ley para frenar y controlar la inmigración pero la gobernadora también se adelantó. Esto hace evidente que en el fondo son intereses políticos personales los que han movido estas iniciativas.
En el caso del alcalde, es evidente que llegará a su fin de gestión sin haber cumplido sus promesas de campaña -el metrobus y las bóvedas sobre el río Acelhuate- que la misma naturaleza se ha encargado de demostrar su inviabilidad, entonces tiene que recurrir a la política del maquillaje que consiste básicamente en el ornato de parques, como la remodelación actual del monumento al Salvador del Mundo, al desalojo de vendedores informales y al ofrecimiento de escasos $ 30 mil dólares como créditos a comerciantes desalojados del centro de la ciudad. El caso de la gobernadora es más profundo y complicado. Según establece Ramonet en El despertar de las tribus: “La Historia nos enseña que cuando una grave crisis económica coincide con el desencadenamiento de pasiones nacionalistas, cabe esperar las peores desgracias”. Algo de esto puede estar sucediendo en Arizona con la ley SB 1070 –que penaliza ser inmigrante ilegal- que se promulga en un país en crisis económica debido al mal manejo del sector financiero de los últimos años.
Los medios de comunicación masivos están ahora en campaña a favor del alcalde porque saben que la mediatización del problema terminará contribuyendo al buen desempeño electoral de la derecha en el 2012. Incluso en uno de los editoriales de estos medios escritos se llega a citar ejemplos de mal gusto para justificar la actuación del alcalde: “Una de las doce labores de Hércules, el héroe de la mitología griega, consistió en limpiar los establos del Rey Audías, anegados de porquería. Hércules desvió las aguas de dos ríos al establo y ¡misión cumplida!”. Qué pena que tanta “intelectualidad” se use de esta manera. También preocupan las opiniones superficiales del presidente Funes al referirse a lo que entienden por ordenamiento territorial “si el plan del alcalde busca justamente crear un mejor ambiente para funcionamiento de los centros de salud, reordenar a San Salvador para contar con una ciudad más ordenada, pero garantizando al mismo tiempo la rentabilidad de los negocios de estos microempresarios, bienvenido el plan".
Una de las definiciones sencillas de ordenamiento territorial pero muy ilustrativa es la siguiente: “Ordenar el territorio es asegurar el desarrollo equilibrado del conjunto de regiones que lo componen”, en otras palabras ordenar implica romper con los desequilibrios que existen en el territorio y, estos desequilibrios tienen diversas manifestaciones: económicas -entre los que han logrado un establecimiento formal para vender sus mercancías y lo que tienen que recurrir a vender en las calles para ganarse la vida-; sociales –entre los que han logrado adquirir una vivienda digna y los que tienen que vivir a las orillas de ríos y quebradas en champas-; movilidad –entre los que se desplazan en sus vehículos privados y los que tienen que usar el deplorable servicio público de transporte-, entre otras. En resumen el ordenamiento del centro histórico solo será posible cuando se rompa el desequilibrio mas grande que tiene el país: la desigualdad en los ingresos entre pobres y ricos  y la exclusión social. Esto implica que cualquier esfuerzo de planificación debe ser acompañado con un sistema de ayuda al desarrollo económico y social para equiparar, igualar o compensar los desniveles de desarrollo de sus habitantes. No solo se trata de tener una ciudad limpia y segura acosta del desalojo.

Los problemas del alcalde y la gobernadora por poner orden