Escrito por Marvin Aguilar. 29 de Junio. Tomado de La Página.
La inquisición católica nos dejó una conclusión: que no solo la mejor persona del mundo se puede convertir en un asesino, sino que incluso la que está llamada a salvar tu alma. Cuando el ser humano se sitúa en un entorno autoritario y despótico, se volverá irremediablemente cruel con sus semejantes.
Una vez estando en Oswiecim –Brzezinka recorriendo la zona donde estaban las cámaras de gas, sentí una asfixiante presión por salir de aquel lugar. Se me dificultó la respiración y me marché ese mismo momento a Warszawa. Después paseé hasta muy de madrugada por la avenida Swietokrzyska y los alrededores del hostal Helvetia -que era donde me quedaba- reflexionando sobre el mal de los humanos.
Tomas Hobbes explicaba por qué el hombre se vuelve anti social: todas las personas tienen las mismas capacidades, tienen también las mismas esperanzas de conseguir los fines que apetecen. Como no pueden gozar de las mismas cosas se convierten en enemigos naturales a través de la competencia, desconfianza, ganancia, seguridad y, reputación. Así en su estado natural el hombre es un lobo para el hombre.
Destruirnos entonces es natural. Pero igualmente lo es que cada uno intente lograr la paz, así cada uno debe ceder una parte de lo que apetece. Hay que renunciar y luego transferir para que la sociedad sea posible. ¿Quién debe garantizar que la sociedad sea realidad, la auto preservación del hombre? El presidente.
¿Recibiremos el 2032 como 1932 y 1832?
Algunos sostienen que es el capitalismo en su esencia misma el que genera el mal, baste el ejemplo de míster Herbert en cien años de soledad. Pero igual existe la contraparte: la mejor manera de distribuir la riqueza es por medio del trabajo.
La idea oriental de que el hombre es amable, contrapone a la idea nuestra occidental que ve al hombre como agresivo, malo por naturaleza. La verdad, nos dice el sicólogo Philip Zimbardo, es que las personas nacen con la capacidad de ser malas, destructivas, creativas, generosas o amables. La mente es la que empuja a las personas a ser un villano o un héroe. Pero notemos que unas cosas que hacen que alguien haga algo terrible, hacen que haya otras que lo combatan. No sabemos por qué exactamente. ¿Quién tiene la culpa de todo esto? ¿La persona, la institución, el sistema? Al presenciar los vestigios de las maneras nazis, sus maldades en Polonia igualmente noté que otros arriesgaron sus vidas como el coronel Arturo Castellanos. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos tipos de persona? No se sabe biológicamente.
La semilla del mal se desarrolla a nivel sicológico cuando manejamos una autoridad abusiva sin sopesar las consecuencias; donde asumimos pasividad frente a la injusticia y la violencia; quienes agredimos a otro para ser aceptados en un grupo; en el momento que deshumanizamos al de otra raza, religión, sexo, al diferente.
Los prejuicios que sobre los demás nos enseña la sociedad salvadoreña que se declara cristiana están llenos de términos abusivos y denigrantes. Nos enseñan desde pequeños quien es el enemigo afectando para siempre el sistema límbico de los seres humanos. El enemigo, se nos dice, debe ser maltratado, humillado o muerto.
Son infinitos los tormentos que los salvadoreños nos hemos infligido entre nosotros mismos durante siglos. Por eso es que el salvadoreño o es víctima o se sobredignifica; aun así seguimos justificando unas tradiciones y creencias que deben ser revisadas. El proceso de volvernos anti sociales pasa por poco a poco reducir aunque sea solo con palabras a las personas, luego con una situación en la que se sienta finalmente impotente.
¿Realmente sabemos quiénes somos? ¿Somos incapaces del tipo de conducta de un pandillero? ¿Qué nos hace diferentes, qué nos garantiza que no perderemos nuestra identidad actual? Todos podemos llegar a convertirnos en monstruos y perder el control, confundirnos. Mantenerse en guardia para no caer en el sadismo puede sernos difícil, la maldad que llevamos dentro saldrá por algún lado aunque se reprima. La única manera de que el salvadoreño común desista de la violencia contra sus congéneres es garantizarle que se sienta seguro y, que entienda claramente cuáles son sus opciones para mantener la dignidad en todas las áreas de su vida.
Jesús lloró
Tenemos que decirlo: la mayoría de iglesias ha fracasado en el intento de imponer una vida bíblica debido a que ni ellas mismas han utilizado el nombre de Dios de forma honesta, sin odio y sin hipocresías. Es falso esa idea de que quien más tiene es porque Dios lo ha bendecido, y aún perniciosa la prédica que dice: pídele al Señor todo lo que desees por que el te lo concederá. Se ha terminado confundiendo a Dios con el genio de la lámpara maravillosa.
¿Las personas nacen buenas o malas? ¿Nacer pobre es equivalente a malvado y fracasado? El cerebro humano es moldeable, por lo tanto nada predispone a la maldad, muchas personas malas actúan de esa manera porque creen estar haciendo algo bueno, y esa es la lógica de los pandilleros. La clave está en la idea de obediencia que nuestra sociedad conservadora nos ha inculcado: obediencia ciega a la autoridad, desde pequeño se nos ha dicho que debemos obedecer, pero no nos dicen cómo reaccionar cuando la autoridad se vuelve mala. Cuando un profesor es cruel con los estudiantes o un padre abusa de sus hijos o, un sacerdote es pedófilo. Entonces para los pandilleros es fácil cruzar esa línea del bien y el mal, porque están ayudando a la autoridad hacer algo, incluso matar.
No es habitual que alguien te pida que hagas algo malo. Solo nos dan las reglas y para ser aceptado las hacemos aunque no estemos de acuerdo con ellas, aunque sean incorrectas.
Lo dijo Madre Teresa: No hay que hacer grandes cambios, sino pequeñas obras pero con amor. El problema con los jóvenes es que sus padres los transforman en egocéntricos. El salvadoreño idolatra la cultura del Yo; el hombre instruido dice: tenemos que ser nosotros, decir un cumplido, hacer un favor. Hay que potenciar los héroes pequeños.
Lo decía Sixto Porras de enfoque de familia: los héroes son gente corriente, las que demuestran coraje, compasión, dignidad e integridad, frente a una situación abusiva, injusta o criminal, entonces son seres activos y creen en lo que para ellos está bien y es correcto. Lo creen hasta el punto de sacrificarlo todo, arriesgarlo todo, dar la vida si hace falta, su posición, su carrera o a la aceptación de los demás.
El héroe no es egocéntrico, sino socio céntrico, debe superar sus temores y miedos cuando se enfrentan con la masa, ya que esta se mueve por miedo inercia y obediencia ciega. Lo mueve el sentido de responsabilidad, no buscar interés, que hablen de él, es simplemente lo que debe hacerse. Recuperar el alma, sentirse individuo es la recompensa final de héroe.
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