EDH-Operación " Ánimo caído"

Escrito por María A. de López Andreu. 23 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.

Habiendo estado fuera y, por diversos motivos, sin mucha información, he sentido a mi regreso un grave y rápido deterioro en nuestra situación nacional.
No sólo por un incremento descomunal en corrupción, criminalidad y descomposición social, o por una economía aún más deprimida, sino, principalmente, por un desánimo generalizado. Eso es gravísimo y debe preocuparnos.

Porque los salvadoreños, con la ayuda de Dios, nos hemos distinguido, precisamente, por nuestra gran capacidad de seguir adelante, de volver a empezar, de reconstruir, una y otra vez, imponiéndonos a todas las tragedias que nos han asolado anteriormente. Entonces, ¿qué está sucediendo?

Mi percepción de mujer común y corriente (los científicos y analistas pensarán diferente) me dice que hay una gran confabulación, cuyo objetivo es, precisamente, destruir nuestro espíritu de lucha, especialmente a aquellos ciudadanos responsables, honestos, trabajadores, capaces de salir adelante por sí mismos y que, incluso, dan trabajo a muchos más.

Hablo de confabulación porque los sucesos diarios que vivimos, no son hechos aislados; basta con hacer un rápido listado de los riesgos y molestias que ustedes y yo vivimos cada día, para demostrarlo:

Lo más trágico, es la inseguridad: maras, asaltos, robos, violaciones, asesinatos, extorsiones y la gama infinita de delitos que nos abruman, dentro o fuera de nuestros hogares y centros de trabajo. Sin embargo, lejos de procurar paliativos a semejante situación, los titulares de Seguridad se ríen en nuestras narices, abanicándonos en la cara las encuestas que mencionan a Mauricio Funes (responsable, en última instancia, de nuestros pellejos), como el "segundo presidente más popular del continente".

¡Qué ironía! Encima, el FMLN se empecina en que la PNC controle las escuchas telefónicas cuando, con su reciente "reingeniería", se redujo su capacidad de respuesta ante la delincuencia, para cuasi convertirla en policía política. Y, ¿la ciudadanía? ¡Indefensa!

Además, la "impunidad democrática" en que vivimos: desde la liberación de los mayores criminales, por "errores legales" (parte de la confabulación), hasta soportar la soberbia de buseros, piratas y toda clase de abusivos a quienes la ley no aplica, ni los impuestos tampoco.

Sumemos a lo anterior los despidos masivos, las "tomas" de calles, los aumentos de precios en los servicios públicos: agua, energía eléctrica, gas, combustibles, etc.. Sí, todo aquello que Funes, el candidato, prometió rebajar, pero Funes, el presidente, aumenta generosamente; especialmente, el aumento en nuevos y creativos impuestos. Todo ello, "condimentado" con un fino discurso de odio de clases.

Añadamos las traiciones, rupturas y sinvergüenzadas que han dado nacimiento a nuevos partidos políticos, y no por obra y gracia de la mística y la buena fe. ¿De dónde, ahora, en plena crisis económica, surgen esos partidos, con un despilfarro y un derroche asombrosos? ¿Díganme?

Como corolario, tenemos las preocupantes declaraciones de Sánchez Cerén, destapando, sin disimulos, la caja de Pandora del FMLN: el futuro chavista-comunista-castrista que ellos nos tienen reservado.

Todo eso y más, nos tiene agobiados. Pero eso, precisamente, es lo que pretenden quienes lideran esta confabulación. Porque nada de esto es pura casualidad.

La forma de hacer fracasar la "Operación Ánimo Caído", es mantener nuestro espíritu en alto, trabajar duro, ponernos de todo corazón en manos de Dios y recordar siempre que nuestro país lleva el nombre de El Salvador. Así, iremos mejorando.

Porque el mal puede que triunfe en el corto plazo; pero el bien, finalmente, lo vencerá.

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