Rencillas, ataques y venganzas son tres males que le han robado la paz a La Trinidad, una recóndita comunidad del norte de Sensuntepeque » Unos sostienen que los crímenes allí cometidos son obra de la conspiración de una empresa minera, aunque callan por las muertes de otros conocidos
Escrito por Jorge Beltrán. 25 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.
El 2009 fue un año que marcó con sangre y discordias a los vecinos del caserío La Trinidad, del cantón Santa Rosa, en el municipio de Sensuntepeque, en Cabañas. Seis muertos, tres heridos y dos hombres encarcelados es el penoso resultado de una serie de problemas cuyo origen podría remontarse al 9 de mayo del 2008, según los involucrados.
Tres de los seis homicidios han sido achacados a conflictos derivados de la exploración minera que una firma canadiense (Pacific Rim) pretende hacer en la zona. Esta es la hipótesis sostenida por asociaciones comunales que se oponen a proyectos mineros, aunque las investigaciones policiales realizadas en la zona parecen apuntar en otras direcciones, al descubrirse intrigas y crímenes que poco se conocen y que van más allá de las adherencias o rechazos a la iniciativa de los buscadores de oro.
En esa maraña, ni los mismos pobladores del caserío tienen certeza del porqué de las desavenencias entre dos familias que se han empeñado en una lucha que asuela el caserío, otrora pacífico y armonioso.
Incluso, entre los mismos pobladores surge la misma pregunta: Por qué sólo a los homicidios de Ramiro Rivera Gómez y de Dora Recinos Sorto y su bebé de ocho meses de gestación se les ha dado relevancia, y se han dejado de lado los asesinatos de Horacio Menjívar Sánchez y la esposa de éste, Esperanza Velasco de Menjívar.
Por estos últimos homicidios, ocurridos en abril y octubre de 2009, las mismas organizaciones ambientalistas no dijeron nada, aunque sí protestaron cuando en agosto de 2009, Ramiro Rivera Gómez fue atacado a balazos presuntamente por un hijo de Horacio y Esperanza.
Hecho por hecho
De acuerdo con los testimonios de habitantes de La Trinidad, así como de policías que han investigado los hechos, el 8 de mayo de 2008, Óscar Menjívar Velasco junto a dos lugareños más se fueron a pescar al río Lempa, en un sector que días antes José Santos Rodríguez había limpiado para luego pescar él. Este último halló en plena faena a Óscar y sus amigos, por lo que les reclamó, diciéndoles que él había limpiado y preparado el lugar para su provecho.
Óscar le respondió que el río no era de él o que, en todo caso, le mostrara el título de propiedad. Luego de una larga discusión, el altercado no pasó a más ese día, según la reseña.
Al día siguiente, el 9 de mayo, Óscar y José Santos se encontraron en un tramo de calle de La Trinidad que está entre la escuela y la iglesia local. Las pesquisas policiales indican que el segundo sacó un arma de fuego con la intención de dispararle al primero. Óscar, que iba montado en caballo, le encimó el animal a José Santos, le dio un machetazo y le quitó la pistola, la que posteriormente llevó a un puesto policial, donde se presentó a denunciar lo ocurrido.
Óscar fue detenido, pero salió a los pocos días. Luego apresaron a José Santos, pero corrió igual suerte, aunque la semilla de la discordia ya estaba sembrada entre los Menjívar Velasco y José Santos, quien era íntimo amigo de Ramiro Rivera Gómez, ambos oponentes del proyecto minero.
Desde esa fecha, los pleitos en La Trinidad quedaron en pausa hasta que el 7 de junio de 2008 una adolescente de 13 años fue golpeada por Esperanza Velasco debido a que, según diversos testimonios de lugareños, la celaba con su marido. El problema no pasó a más porque la joven y su madre, por vergüenza, no denunciaron la agresión.
Aunque las pesquisas policiales han registrado ese incidente, los habitantes de La Trinidad aseguran que fue un hecho muy aparte de los supuestos problemas que desencadenaron la ola de asesinatos.
Los meses pasaron. Llegó 2009. Era el 9 de abril, Jueves Santo para ser exacto. Ese día, a las 11:40 a.m., Horacio Menjívar Sánchez fue abatido a balazos cuando entraba a la casa deshabitada de uno de sus hijos que están en Estados Unidos. Por este crimen fue capturado Santos Balmore Guerra Pérez, a quien la policía señaló como uno de los sicarios.
Pronto, la familia de Menjívar Sánchez culpó del crimen a Rivera Gómez, pero sin esgrimir argumentos sólidos. Simplemente, dijeron que él lo había mandado a matar, debido a que la víctima no se oponía a que Pacific Rim explorara sus terrenos.
Tan sólo habían transcurrido cuatro meses cuando, el 7 de agosto, Óscar Menjívar Velasco, hijo de Horacio, presuntamente emboscó a Rivera Gómez, quien iba montado en una yegua a ver el ganado que tenía en el caserío Los Cea, distante unos dos o tres kilómetros de la calle principal de La Trinidad.
De entre los matorrales, cuatro hombres lo asaltaron, pero, según las investigaciones, Ramiro sólo reconoció a Menjívar Velasco, quien en cuanto le soltó el primer disparo de escopeta, creyendo que lo habían matado, se dejó ver, pero la víctima no cayó de su montura y logró salir de la emboscada. Tras el ataque, Óscar fue capturado y permanece en un centro penitenciario. La policía lo liga a la Mara Salvatrucha, pero los vecinos de La Trinidad consideran que no tiene relación con esos grupos.
Por este ataque, organizaciones ambientalistas contra la minería reclamaron y sostuvieron que el ataque había sido a causa de la oposición de Ramiro a la exploración minera. Desde entonces, la policía le prodigó seguridad policial.
Justo dos meses después, ocurrió otra tragedia en La Trinidad, de la que no se supo nada.
Los grupos ambientalistas silenciaron el día que mataron a Esperanza Velasco viuda de Menjívar, cuyo esposo había sido asesinado el 9 de abril anterior. A las 6.00 a.m., cuando la señora se dirigía a ordeñar las vacas, varios hombres le salieron al paso y la acribillaron a pocos metros de su vivienda, en un paraje solitario. Nadie vio nada y por ese crimen las autoridades no tienen ni sospechosos. Un informe policial indica que los hechores fueron residentes del lugar, pero no hay capturas.
Otra vez, los familiares de la víctima dijeron que Ramiro Rivera Gómez había pagado sicarios para matar a Esperanza, madre de quien el 7 de agosto había intentado matarlo. El homicidio de Esperanza no trascendió los límites de La Trinidad.
No habían transcurrido ni tres meses desde ese homicidio, cuando el 20 de diciembre, Ramiro Rivera Gómez fue asesinado. Le tendieron una emboscada en el lugar conocido como La Cuestona, en la calle de tierra que conecta el caserío Maraña con La Trinidad. A los sicarios no les importó que con Ramiro viajaran dos policías que lo custodiaban.
La desventaja fue crucial: fusiles M-16 versus las pistolas 9 mm que portaban los policías; además del factor sorpresa y las circunstancias del terreno. Una emboscada en toda regla.
Junto a Ramiro murió otra residente de La Trinidad: Felícita Echeverría Menjívar viuda de Argueta, quien era la madre de uno de los más íntimos amigos de Horacio Sánchez Menjívar. En el ataque también resultó lesionado uno de los guardaespaldas de Ramiro y Eugenia Guevara, de 13 años, quienes, igual que Felícita, habían solicitado a Ramiro que les diera un "aventón" a La Trinidad.
La noticia del asesinato de Ramiro se regó como pólvora encendida, mas poco se denunció la muerte de Felícita. El homicidio de Ramiro, como la vez que fue lesionado con escopetazos, fue achacado a su oposición a la minería.
Aún aturdidos por lo ocurrido, los trinitenses volvieron a vestirse de negro. El 26 de diciembre, Dora Recinos Sorto, de 32 años, fue acribillada a escasos 100 metros de la casa donde vivía Ramiro, la cual era custodiada por varios policías.
La mujer venía de lavar ropa de un riachuelo cercano a su casa, cuando un hombre le salió al paso y le preguntó por su marido, José Santos Rodríguez (amigo de Ramiro y enemigo de Óscar Menjívar). Cruzaron unas cuantas palabras y, de inmediato, sacó una pistola 9 mm y le disparó. La mujer, con ocho mese de embarazo, llevaba en sus brazo a su hijo Rigoberto Sorto, de 2 años, quien fue lesionado en un tobillo, aunque ya se ha recuperado.
Desde entonces, la policía también ha tomado en custodia a José Santos Rodríguez, quien llega esporádicamente a La Trinidad, caserío cuyos habitantes temen que habrá más muertos por la rivalidad que queda entre dolientes.
elsalvador.com :.: Tragedia en Cabañaspor pugna entre vecinos
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