No debemos ver los árboles, sino el bosque, los grandes problemas de país, la violencia y la economía. Solamente podemos resolverlos juntos, con un pacto social. Al presidente le corresponde encabezarlo; a los demás, apoyarlo.
Escrito por Rafael Castellanos. 26 de Enero. Tomado de La Prensa Grafica.
Los problemas más serios que enfrenta el país son obvios (el bosque), lamentablemente una buena parte de la sociedad, autoridades y ciudadanos, se mantiene constantemente distraída viendo asuntos menos trascendentes (los árboles). La desafortunada excesiva cobertura de los medios a esos hechos potencia el efecto de perder de vista el bosque por ver los árboles.
El problema más grave es la violencia, que se vuelve cada vez más complejo. Hay un aumento desaforado de la delincuencia común, maras, crimen organizado y narcotráfico, que cada vez más trabajan juntos. El crimen organizado y la narcoactividad crecen a un ritmo que supera la actual capacidad del estado para ganarle la batalla.
El narcotráfico impulsa la delincuencia para mantener a la policía, el sistema judicial y a la sociedad ocupadas en ello, prestando poca atención y restando capacidad de acción al combate de ese cáncer, del cual una vez entronizado, en el estado y los cuerpos de seguridad, difícilmente se retorna.
El siguiente problema urgente es la crisis económica, se pierden más empleos, muchos de clase media han pasado a pobres, muchos pobres han pasado a indigentes. Para romper el ciclo se necesita lo más importante, confianza, certeza jurídica, seguridad, que no cambiarán las reglas del juego, para que haya inversión y se recomponga el tejido productivo del país, que se ha deteriorado en la crisis.
Ambos problemas se pueden resolver únicamente con una sociedad unida, con una suerte de Pacto Social como el que llama el presidente Funes y él es quien debe encabezar ese colosal esfuerzo nacional.
Para lograr ese entendimiento, no deben distraer la atención asuntos como la recomposición de ARENA, ya lo principal se dio, el guión se vuelve repetitivo y tedioso, no amerita la excesiva atención que se le da y aleja de los problemas relevantes de país.
Un ejemplo reciente, las declaraciones del ex presidente del COENA, que recibieron una inusitada cobertura televisiva y periodística, cuando el mensaje cabía en un párrafo y en esencia era que los ex presidentes se vayan a sus casas (quiso decir Cristiani) y que regresen todos (quiso decir Saca), esos árboles nos impiden ver el bosque.
Como lo anterior hay otros temas secundarios que meten ruido e impiden que nos enfoquemos en lo esencial.
Hay algo que nubla la visión, asusta y hace ver más complicado aunque no imposible buscar ese acuerdo nacional para enfrentar juntos los problemas relevantes, los constantes movimientos del FMLN tratando de avanzar en la dirección del socialismo revolucionario y la adhesión a ALBA. Las frecuentes declaraciones del vicepresidente son una preocupación permanente, sea contra el imperialismo yankee, contra la Constitución que nos rige, u ofreciendo que caminaremos al proyecto revolucionario chavista.
Caer en ello es igual de irreversible que caer en el crimen organizado y no solo distrae, paraliza las inversiones.
Aunque las condiciones para que logren su propuesta no están dadas, trabajan abiertamente para avanzar hacia su objetivo, antes de lo que se esperaba. Probablemente presionados por Chávez, que al perder Honduras, pedirá acelerar en El Salvador, para eso están en el gobierno. Los millones que ha canalizado con la deuda de Alba Petróleos y los que seguirán llegando seguramente son muy convincentes.
Otra razón por la que aceleran antes de lo esperado es por la debilidad quizá momentánea de ARENA, causada principalmente por el ex presidente Saca, que han expulsado, seguir tratando de tomarse de nuevo el partido, conoce bien el valor de la marca establecida, infinitamente mejor que un partido nuevo con un origen oscuro y sin figuras de calidad, aunque tenga muchos fondos. No entró a GANA pero lo dirige su socio-gerente y según se dice controla sus votos en la Asamblea.
Debemos ver el bosque, identificar claramente los grandes problemas, comprender que solamente los podemos superar con una sociedad unida, aunque sea solo alrededor de esos objetivos por ahora. Debemos disminuir los prejuicios, ser tolerantes con la diversidad de pensamiento, comprender que somos personas iguales, salvadoreños con divergencias, pero podemos y debemos trabajar juntos en resolver los problemas.
Puede llamarse a esto un nuevo Pacto Social o ir caminando por pasos. El presidente Funes tiene la oportunidad de convertirse en un estadista si encabeza e inspira un movimiento nacional de unidad efectivamente. Las condiciones obligan, lo ofreció en discurso reciente, hay que tomarle la palabra y ayudarle.
Con tantos prejuicios, divisiones y no siendo el dueño del FMLN es más difícil, pero no imposible y de una urgencia superlativa. Estamos cerca de un abismo y si no trabajamos duro, caeremos en él.
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