EDH- ¿Y ahora qué vamos a hacer?

Escrito por Pedro Roque.31 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.

Cada vez que contratan a un gurú o nos visita un político reconocido internacionalmente, para impartir conferencias magistrales, sucede lo mismo, se queda resonando lo que dijeron en las noticias y los editoriales un par de semanas.
Si examinamos lo que expusieron, cada uno desde su inspiración y experiencia, es lo que ya sabíamos que tenemos por hacer y mejorar. Hay que mejorar la educación, crear puestos de trabajo, consolidar la democracia, fortalecer la institucionalidad, hacer un pacto nacional, reducir la delincuencia, reducir la pobreza, redistribuir la riqueza, pagar salarios justos, respetar las leyes, reducir la corrupción y la impunidad, apoyar a las PYMES, cuidar el medio ambiente, preocuparse por la niñez, respetar los derechos de las mujeres, reducir la violencia familiar, ejercer responsabilidad social, mejorar la calidad, incrementar la productividad, exportar más, internacionalizarse y muchos otros.

Cinco amigos me preguntaron si asistí a las últimas conferencias y a todos respondí que no. Orgullosos porque ellos asistieron, me comentaron los discursos.

Después de escucharlos, amablemente les pregunté: ¿Y tú no sabías que lo que recomendaron es lo que hay que hacer? Cuatro me dijeron que sí, pues con estar atento a lo que sucede en otros países, lo que pasa aquí y aplicar el sentido común, se deduce fácilmente lo que hay que hacer. Bueno, es que aproveché para encontrarme con fulano, otro asistió, para ver si había algo nuevo, y cada uno, estando claro que ya sabe lo que hay que hacer, encontró otro motivo por el que participó.

Muy bien, si aprovecharon el otro motivo, me parece bien, pues de vez en cuando hay que refrescar amistades y ver si de verdad hay algo nuevo.

Pero, ¿qué vas a hacer? ¿Cómo vas a aplicar lo que dijo el gurú o el político conferenciante? Respuesta: Lo que pasa es que aquí las recomendaciones, consejos y buenas intenciones se difuminan pronto, nuestra memoria es corta y dos semanas después todo sigue igual y en algunas cosas peor.

Amigos: de todas las conferencias y los encuentros empresariales lo importante no es tanto haber estado, haber oído, haber saludado o que le hayan visto, sino lo que aplicarán en su pequeño o gran entorno de influencia. Sólo con repetir lo que dijo el conferencista no se avanza.

Nuestro problema, me dijo uno, es que creemos que al oír una conferencia es como ser tocado con una varita mágica y transformado. ¡Y de eso, nada!

La verdad, dijo otro, es que El Salvador ya está suficientemente analizado, sabemos lo que hay que hacer y lo que realmente falta es que las organizaciones privadas y las instituciones del Estado hagan lo que ya saben que tienen que hacer.

Pensándolo bien, se preguntó otro ¿cuántos puestos de trabajo se pueden crear con lo que se gasta en conferencias, conferencistas y degustaciones especiales? ¿Y cuántos más con lo que se malgasta enviando gerentes y funcionarios a otros países y que vuelven argumentando que aquí no tenemos cultura y no se puede hacer lo que supuestamente aprendieron?

Lo que hay que hacer, estimados amigos, es aplicar el sentido común, las leyes, los reglamentos y las ordenanzas municipales, para ordenar lo que a "simple vista" está desordenado.

¡Está bien saber mucho, pero más importante es la acción para ordenar nuestra sociedad!

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