Los salvadoreños debemos presionar a los políticos para que piensen y actúen de cara a las necesidades de la población y fortalezcan la institucionaliad y el Estado de Derecho en el país.
Escrito por Ricardo Chacón.31 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.
Aunque no guste se tolera el incremento en el pliego tarifario de ANDA; sin embargo, lo que indigna y ha puesto los pelos de punta a la población son los irregulares cobros que reflejan los recibos de agua.
En la ANDA hay un caos de enormes dimensiones que afecta a millares de usuarios, quienes a diario se acercan a las oficinas de la entidad para que les corrijan sus facturas, algunas con cifras absurdas.
A medida que pasan los días se confirma lo que todos sabíamos, que la institución es ineficiente no sólo al brindar un pésimo suministro de agua, sino también al calcular los cobros de lo que consume la población.
Las largas filas para reclamar en la ANDA son enormes; los empleados, ya sea por cansancio, ignorancia, o ambos, tratan mal al usuario y, por supuesto, las resoluciones se programan para 15 o 20 días después, lo que implica comenzar de nuevo el proceso de reclamo.
Y a propósito de enormes filas y trato descortés, lo mismo experimentan los ciudadanos en las oficinas donde se extiende el DUI. En ambas entidades se atropella de manera impune a los salvadoreños. Estos tienen que madrugar para lograr un cupo en los duicentros, pasar todo el día haciendo fila para que, cuando les llega el turno de ser atendidos, les digan que les falta la partida de nacimiento de reciente emisión (no más de tres meses), y si no está marginada tendrán que presentar el acta de matrimonio o de divorcio. Por si esto fuera poco, deben añadir un recibo del alumbrado eléctrico para garantizar que declaran la dirección correcta.
Tanto en el tema de ANDA como en el del DUI los diputados de la Asamblea han metido mano; en la cuestión del agua no han tomado acción aunque lo han discutido largamente. Con lo del DUI, además de hablar mucho, aprobaron la prórroga de un mes para la vigencia de los duis de enero… sin duda alguna, ahora no sólo estarán emproblemados los que debían de renovar en enero, sino también los de febrero… ¡Brillante!
¿Por qué sucede esto? La respuesta no tiene que ver con la "cultura de los salvadoreños que dejan todo para último minuto", como dijo un funcionario para justificar el caos. Tampoco se trata de la incapacidad mental de los ciudadanos y de las instituciones o empresas para realizar un trabajo eficiente y planificado, como lo ha dejado entrever algún diputado. Mucho menos es el destino fatal de un pueblo subdesarrollado. La respuesta es más de orden institucional.
Las instituciones son débiles y de poca tradición, incapaces de poner en orden los procesos normales que permitan a las personas incorporarse a la vida ciudadana de manera normal. Las herramientas que utilizan son obsoletas y están llenas de vacíos legales. Las decisiones que rigen la institucionalidad dependen del vaivén de los políticos y del gobierno de turno. La continuidad en ejercicio de tareas se pierde, sobre todo cuando hay inestabilidad o cambio en el partido de gobierno, como ocurre ahora.
No sabemos si llegará el momento en que todo nuevo salvadoreño tenga un número de identidad que le permita, posteriormente, regularizar su vida laboral con una credencial del Seguro Social, una licencia para conducir, un pasaporte o con un carné de identidad oficial.
¿Por qué tener que cambiar cada cinco años el DUI?, me preguntaba un residente en Estados Unidos; no supe qué responderle como tampoco pude contestarle por qué el país no puede cambiar su mentalidad y planificar de cara al futuro un proceso de identidad que, por supuesto implique la introducción de medidas de seguridad, para verificar la identidad de los ciudadanos.
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