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2010/01/27

Contra Punto-Ex Presidente socialista dicta cátedra a neoliberales salvadoreños

Escrito por Gregorio Morán / Edgardo Ayala.27 de Enero. Tomado de Contra Punto.

Un declarado socialista español se convirtió ayer en el gurú de los empresarios salvadoreños que celebraron su Décima edición del Encuentro Nacional de la Empresa Privada (Enade) 2010, en la que mostraron una clara aprobación de los primeros meses de gestión de Mauricio Funes.

SAN SALVADOR - Con buen humor, el ex Presidente de España, Felipe González, se dirigió ayer (25 de enero) a los empresarios salvadoreños para decirles que la solución de la crisis del país no es cuestión de ideologías, ni de colores políticos, pero de paso también les dijo, un poco sin venir al cuento, que en Ipanema, Brasil, se ven unas mujeres con unos cuerpos bellísimos.

González, según se ve, es ahora parte del lucrativo circuito de conferencistas internacionales, más o menos como lo hacen otros ex jefes de Estado, de la talla del ex Primer Ministro británico, Tony Blair, o del estadounidense Bill Clinton, que cobran verdaderas fortunas por contar un par de anécdotas y chistes a distinguidas concurrencias. Se desconoce cuánto pagó para traer a González a San Salvador la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) organizadora del evento: la décima edición del Encuentro Nacional de la Empresa Privada (Enade 2010), realizado en un atestado salón de un hotel capitalino.

Paradójicamente, los empresarios del país trajeron como gurú a un hombre de pensamiento socialista (aunque con el paso de los años ya no se sabe) para que disertara en el evento de mayor peso para el empresariado local.

González fue vicepresidente de la Internacional Socialista de 1978 a 1999, tendencia de la que la derecha nacional ha sido su acérrima enemiga.

Gurú socialista, audiencia neoliberal

“La prioridad número uno es mi país, la prioridad número dos es mi deseo de que ganen los míos y no los otros, pero eso es solo lo segundo”, dijo, al referirse a la necesidad de estar conscientes de la nueva realidad que vive El Salvador, después de haber superado una etapa negra de guerra interna.

Los asistentes irrumpieron en aplausos, para alabar el discurso del político español que llegó al poder por medio del Partido Socialista Obrero Español  (PSOE) y al cual le derecha le auguró solo dos años en el poder, porque lo consideraba joven e inexperto para manejar situaciones tan complejas de un gobierno.

“Al final estuve 14 años y hasta yo estaba harto de mí mismo” bromeó. Pero reconoció que ese gobierno llevó al país a una inflación de menos de dos dígitos, algo que no habían logrado los gobiernos que lo antecedieron.

El político habló del capital humano en El Salvador, mucho del cual se encuentra fuera del país, porque no encontró “el sueño salvadoreño” de tener mejor calidad de vida. Si el Estado no puede proveer al país de capital humano ni capital físico, entonces ahí es donde cabe la intervención de los empresarios, dice.

“Y ahí viene vuestro papel, vuestro problema y vuestra responsabilidad”, recordó el ex Presidente español, porque “o se hace un esfuerzo público y privado o el país no saldrá adelante con un crecimiento económico, sostenible y generador de empleo”.

Funes con buena aceptación entre empresarios

El presidente de la República, Mauricio Funes, fue aprobado por el empresariado salvadoreño, según la encuesta que cada año presenta  la empresa privada durante su encuentro nacional.

Según el resultado de la evaluación respecto de la actuación del presidente Funes y el vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, en los últimos siete meses, Funes alcanzó una puntuación de 6.9 en promedio, en una escala de 5 a diez.
La evaluación se hizo en el marco de la calificación del funcionamiento de las entidades, lo cual incide en la mejora de la competitividad, la consolidación de la democracia y en la cohesión social.

Solo las iglesias y la Fuerza Armada se ubican como los más cercano seguidores, aunque como institución, del presidente Funes, pues en la evaluación empresarial estas instancias alcanzan el 6.8 y el 6.7, respectivamente en la misma escala de evaluación

Por otra parte, la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Cuentas de la República, no terminan de convencer al empresariado, el cual califica a dichas instituciones con 5 y 4.2, respectivamente.

Y con la puntuación más baja, se encuentran los diputados y el vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, con 3.9 y 3.8, respectivamente.

Por ello es necesario reformar el Estado, modernizarlo y fortalecerlo. Y con su constante sentido del humor, González le pidió a los empresarios salvadoreños hacer de El Salvador un “Estado Ipanema”, en alusión al barrio y playa más lujosos de Río de Janeiro, en Brasil, lugar que fuera internacionalizado por la famosa canción, en ritmo de bosa nova, “La chica de Ipanema”.

“En Ipanema se ven unos cueeeeerpos… sin un gramo de grasa, pero a ninguno logras verle los huesos”, dijo el ex Presidente y eso es lo que tiene que ocurrir en El Salvador, hacer un estado totalmente desarrollado, sin una pizca de grasa.

Eso se logra con transparencia, advirtió González, pero no de esa transparencia que exige la derecha cuando ya no está en el poder, ni de esa transparencia que olvida la izquierda cuando llega al poder, dijo, para arrancar de nuevo los aplausos y la risa de aquellos que tienen en sus manos gran parte del poder para hacer avanzar al país por el camino del desarrollo sostenible.

A Felipe González le sobraba el humor y en medio de sus ideas y chascarrillos, le dijo unas verdades a la clase política salvadoreña, que justamente atraviesa por lo que el español estaba por decirles: “La derecha, si pierde el poder, se divide, y la izquierda si llega al poder, también se divide”. Más risas.

Estaba claro que el hombre, que no es ningún idiota, había leído un par de periódicos locales previamente para tener una idea bastante clara de los problemas que atraviesan los partidos más representativos de la derecha y la izquierda salvadoreña.

Probablemente división no sea la mejor palabra, pero desde el momento mismo en que Mauricio Funes fue el candidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), para luchar por el poder Ejecutivo –que finalmente logró— salieron a flote las diferencias entre el candidato y el partido. Ahora que Funes es Presidente, esas diferencias siguen marcando la relación entre ambos.

A veces las diferencias llegan a convertirse es grescas mediáticas, y la última –que aún está calientita— surgió a raíz de la decisión del FMLN de apoyar la aprobación en el Congreso, la semana pasada, de un decreto que anula el cobro básico de telefonía fija, algo que ha gustado a la población porque le alivia un poco el alto costo de la vida, pero no ha caído en gracia al empresariado ni a los analistas de derecha. Funes les dijo a los diputados del FMLN –y también a los de ARENA— que eran unos irresponsables y populistas porque ponen en riesgo la “seguridad jurídica”.

Por su parte, ARENA está más acongojada aún. Vive una verdadera batalla interna, con un segmento de su base criticando el liderazgo de Alfredo Cristiani, y otros defendiéndolo. Las zancadillas y los escupitajos van de un lado a otro en los medios de comunicación.

Sin decirlo, González puso de manifiesto la situación que viven actualmente los partidos oficial y el principal de la oposición.
Ideologías pétreas

Más temprano, la cúpula empresarial del país, aglutinada en la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), demandó planes integrales de seguridad y animó a los diputados a crear y aplicar en el país una Ley de Intervención de las Comunicaciones, no sin antes advertir que la galopante delincuencia vulnera el desarrollo del país y que el “marco legal excesivamente permisivo” facilita la corrupción y el despilfarro de recursos.

El presidente de ANEP, Carlos Araujo, retomó el tema de las declaraciones del vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, quien en el marco de la conmemoración de los Acuerdos de Paz, el 16 de enero, señaló la necesidad de reformar los artículos llamados “pétreos” o inamovibles en la Constitución, entre ellos el 148, lo cual ha desatado un vendaval de críticas de la derecha del país. Se cree que Sánchez Cerén está abriendo el debate para que en algún momento el FMLN intente cambiar esos enunciados que, de momento, no permitirían el establecimiento de un país socialista, por ejemplo.

“A los salvadoreños nos gusta vivir en democracia”, le dijo el presidente de la gremial, Carlos Araujo, a los asistentes.

“No es posible que aparezcan ambiguas propuestas de reforma constitucional”, reclamó Araujo, señalando que ello no contribuye para nada a cimentar la confianza que requiere todo país para fomentar la inversión y la generación de empleos.

Se desconoce si González le puso la debida atención a ese asunto, o simplemente su mente estaba lejos, en las playas de Ipanema.

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