Escrito por Ricardo Chacón. 24 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.
Durante los últimos meses el recibo de agua en mi casa oscilaba entre 9 y 12 dólares, hace un par de años era mayor, pero nunca sobrepasó los 16 dólares. Este mes, no obstante el marcador registraba más o menos los mismos 26 metros cúbicos de consumo, la cuenta ascendió a 78 dólares.
Luego de los engorrosos trámites de reclamo, realizados por un colaborador, que tuvo que estar dos días haciendo largas colas, obtuve una rebaja, el pago fue de 20.77 dólares.
Más allá del hecho fáctico, me llama la atención que un funcionario --que antes era opositor al gobierno, al frente de un organismo defensor de los consumidores--, ahora convertido en empleado del nuevo régimen , no sólo hace malabares para defender el incremento de las tarifas del agua, sino echa parte de la culpa del desastre con el nuevo pliego tarifaria, a una carencia de información, que permita a los salvadoreños conocer las "nuevas reglas". Incluso, el funcionario se atreve a decir, que lo que ha faltado es una campaña de publicidad amplia y masiva… es a partir de esta idea "brillante" que versa esta nota.
De inmediato surge la interrogante, ¿qué es y para qué sirve la publicidad en el gobierno? El nombre no es correcto, pero suele llamarse así a la información masiva de un bien o servicio que la población debe conocer. Por ejemplo, en el caso de la renovación del DUI se ha hecho una campaña amplia para informar primero que es necesario renovar el documento; segundo, los horarios para hacerlo y tercero los documentos necesarios para llevar a cabo esta labor.
Es erróneo creer que la campaña de publicidad sirve para promocionar las obras del gobierno, mucho menos fomentar la imagen del funcionario; aunque hemos de ser claros y contundentes que el actual, como los anteriores gobiernos (y muchos gobiernos del mundo), suelen desarrollar amplias campañas de publicidad para dar a conocer entre los ciudadanos el quehacer gubernamental.
En países desarrollados, o en sociedades de mucha mayor tradición democrática, está prohibido y en todo caso está sumamente regulada la promoción política partidista, sobre todo cuidando los fondos públicos.
Por otro lado la publicidad gubernamental, como también la privada y comercial, tiene de base además de las buenas prácticas empresariales, la verdad y veracidad, me explico, y lo hago con el caso del agua y ANDA.
El problema fundamental no está en el aumento de las tarifas, ni mucho menos como lo han querido hacer ver algunos propagandistas del actual régimen: "el que consuma más que pague más…" o, "todos en la cama o todos en el suelo, por lo tanto o todos tenemos agua o todos no la tenemos…"
Lo que se ha mostrado, y esto es ineludible, que ANDA es una institución vieja, desorganizada, incapaz de medir el consumo de agua de los ciudadanos.
Los contadores no registran adecuadamente el consumo del agua entre los ciudadanos, o simplemente muchos hogares carecen de estos medidores; los que revisan el contador no lo hacen adecuadamente o simplemente no pasan ni lo revisan periódicamente… de fondo, el sistema administrativo de ANDA es deficiente, ineficaz, incapaz, viejo, inoperante no sólo para medir adecuadamente el consumo de agua ,sino para poner en marcha un nuevo pliego tarifario.
Muchos salvadoreños que han levanto el grito al cielo no es porque se les haya aumentado el precio del agua, según la tarifa aprobada y puesta en marcha en medio de la tormenta Ida, sino porque se ha exagerado el cobro…, hay un descontrol en el nuevo cobro, y por lo general ha afectado a los más pobres.
elsalvador.com :.: La propaganda barata sobre el aumento al agua
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