Escrito por Edgar Alfaro Chaverri (eapoeta@yahoo.com). 18 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.
Es casi increíble ver cómo difiere la visión de patria que tenemos algunos salvadoreños, pues independientemente del color de las banderas, he podido comprobar que la pestífera insensibilidad social está regada por doquier.
Hace aproximadamente un mes transitaba por la 4ª Calle Poniente, a las 8 de la noche; iba rumbo a la zona de El Calvario, y justo en las instalaciones de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados, ANDA, donde se abastecen del vital líquido los camiones cisterna, que son conocidos popularmente como pipas, me llamó poderosamente la atención ver cómo se desperdicia el agua.
Un chorro constante, que supongo, bien da para que una larga fila de indigentes puedan captar agua de día y de noche en depósitos plásticos, incluso, para que los más osados puedan darse una relajante y placentera ducha en horas de la madrugada, cuando sus respectivas y desnutridas desnudeces, no ofendan la mojigata moralidad de los más conservadores transeúntes, evidentemente, con el consiguiente riesgo de que las autoridades policiales, tan estrictas que tenemos, se los encumbren por actos deshonestos e inmorales.
Pues entonces, al ver que el vigilante de la aludida Administración oteaba hacia la calle con actitud de desconfiado guardián, me acerqué y le sugerí de la mejor manera que la indignación me permitió, que hiciera el favor de cerrar bien el referido grifo.
Claro, él se sorprendió, pues a lo mejor se imaginó que le pediría alguna moneda; desconcertado me respondió que el empaque estaba «sobado». Entonces le sugerí amablemente, que reportara el desperfecto al responsable del mantenimiento interno de dicho surtidor.
Las semanas han pasado, y según supe, los responsables de dicha entidad gubernamental ya son otros, sin embargo, la actitud de desidia y desinterés sigue siendo la misma de siempre, porque aclaro, no es la primera vez que dicho despilfarro sucede.
Un simple empaque es el problema, ignoro si es negligencia o desconocimiento de los funcionarios titulares, o si es mala fe de los mandos medios, quienes suelen estar enquistados en dichas dependencias, cosa que al fin y al cabo, me tiene sin cuidado, pero ojo, lo que no me tiene sin cuidado es la indolencia de cómo pueden permitir que se derrame inútilmente el agua, que tantísimas comunidades necesitan, y que para peor desgracia, deben pagar sin recibirla.
Como dice el dicho, tanto va el cántaro al agua que al fin se rompe, y ante el hecho de que no reparan la obvia fuga, decidí denunciarlo públicamente, pues de esta manera no seré cómplice de cohecho.
Lo triste del caso es que estas pequeñas fugas pueden llegar a minar la popular simpatía del gobierno actual, lo que es similar a la elevada factura que debemos cancelar por el agua tan sagrada, con la que a veces, nos quitamos hasta el hambre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.