Escrito por Eduardo Torres. 27 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.
Rara vez falla, pues tiende a ser un axioma: si la gente siente que está en riesgo la cabeza de su familia, o la suya propia, ese pasa a ser el problema número uno en esa sociedad. Luego, en condiciones normales, vendrá a ser por lo general el estado de la economía. A principios de 1991, para el caso, luego de la primera "Guerra del Golfo" durante la administración de George Bush padre, Estados Unidos logró liderar una amplia coalición internacional que repelió a las fuerzas iraquíes que habían invadido a Kuwait. Bush padre gozó de una popularidad que llegó a rozar las nubes para estándares estadounidenses y a finales de ese mismo año perdió la elección ante Bill Clinton. "Es la economía, estúpido (It's the economy, stupid)", fue la frase más recordada de esa campaña política.
En 2003, George Bush hijo logró su segundo período (reelección) dos años después de los ataques terroristas a Nueva York y Washington, llevando a los estadounidenses a responder una simple pregunta ante las urnas: ¿Quién de los dos (Bush o Kerry) será un mejor comandante en jefe durante estos próximos cuatro años? A pesar de que la campaña de Kerry intentó blindarlo en el tema de la seguridad nacional, dando a conocer su récord de militar condecorado por su servicio en Vietnam, "la Magdalena no está para tafetanes", dijeron los estadounidenses, reconocida frase que equivale decir "la cosa no está para bromas". La gente eligió agobiada por la amenaza. Eso, en esencia, es lo que nos está pasando a los salvadoreños: que nos agobia la inseguridad física que sufrimos.
Tan grande es el nivel de amenaza sobre la seguridad personal que nos agobia a los salvadoreños, que en medio de la peor recesión global en ochenta años, con cientos de miles de personas habiendo perdido sus puestos de trabajo alrededor del mundo --y nuestro país no es la excepción--, con las inmensas secuelas de dolor y sufrimiento humano que provoca al interior de las familias, esto ha venido pasando a un segundo plano en el ideario colectivo. Nubarrones nada claros se ven también en el tema económico. Para muestra, un botón: la problemática en Grecia, que amenaza con llevarse a otros países de la zona euro, para ser precisos España e Italia y que según "The Economist" podría arrastrar de nuevo a Europa y al mundo hacia una nueva recesión.
Dicho en otras palabras, sin haber salido el mundo de la recesión más profunda desde la Gran Depresión, amargas decisiones habrán de tomarse en la zona euro para evitar llevarnos a todos de encuentro. Pero también al interior de cada país se requiere el mejor y más prudente manejo de la cosa pública pues, como dijeron los estadounidenses en el 2003, "la Magdalena no está para tafetanes", por lo que se requiere también la creación de un clima propicio para la inversión. Acá es donde se unen los dos principales problemas de toda sociedad en circunstancias normales, ya que sin seguridad física y sin seguridad jurídica --donde no haya reglas de juego claras ni se respeten los contratos-- difícil se vuelve la tarea de promover la inversión. E inversión significa creación de puestos de trabajo.
Eficientes y muy prudentes deberemos ser en la conducción de nuestra economía, para evitar mayores tropiezos e intentar recuperarnos en cuanto mejoren nuestras perspectivas. Ojalá sea así.
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