La nueva política presidencial Desde un punto de vista criminológico, el abordaje propuesto es una aberración
Escrito por Carlos Ponce. 27 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.
Muchos analistas coinciden en que el mal desempeño, ineficacia y falta de liderazgo que ha caracterizado invariablemente a los funcionarios que dirigen las diferentes instituciones que conforman el aparato de seguridad del Ejecutivo, obligó al Presidente Funes a asumir un papel más protagónico y público en el diseño y supervisión de las estrategias antidelincuenciales, que teóricamente marcan el rumbo del trabajo gubernamental contra la criminalidad.
El elevado nivel de credibilidad y aceptación del que goza el mandatario ha sido el combustible ideal para inyectar un nuevo dinamismo al tema de seguridad y ganarse el acompañamiento de diferentes sectores de la población.
La Política de Justicia, Seguridad y Convivencia incluye medidas interesantes, algunas retomadas de administraciones anteriores y otras iniciativas completamente nuevas. Al considerar la naturaleza del problema delincuencial y las limitaciones institucionales para atacarlo, se puede afirmar que, en términos generales, las diferentes políticas anunciadas van por el rumbo correcto. Sin embargo, precisamente en el marco del anuncio público de este esfuerzo gubernamental, han surgido síntomas preocupantes que pueden interpretarse como señales que la ejecución y adhesión a lo planteado será inadecuada o nula, y, por lo tanto los resultados no serán los esperados.
La semana pasada se anunciaron casi un centenar de cambios en los mandos superiores y ejecutivos dentro de la Policía. Aunque las autoridades aseguran que éstos obedecen al nuevo enfoque que tendrá el trabajo de seguridad, muchos oficiales consultados sobre el tema señalan que los movimientos complementan los realizados al inicio de la actual gestión, ya que ubican a personal ideológicamente identificado con el partido oficial en puestos privilegiados, una vez más dejando en un segundo plano los criterios técnicos. Esto da origen a una interrogante: ¿Las personas ubicadas en las diferentes jefaturas policiales son las adecuadas para ejecutar eficiente y efectivamente las acciones planteadas por el Presidente?
La semana pasada, adicionalmente, Dagoberto Gutiérrez, analista de la izquierda radical salvadoreña, fue el invitado estelar de un programa televisivo matutino de entrevistas. La controversial figura aprovechó dicho espacio para argumentar que es de vital importancia negociar una tregua entre las principales pandillas del país, debido a que su actuar constituye una "guerra social" que guarda similares características a las de los conflictos generados por grupos de insurgencia política. Desde un punto de vista criminológico, el abordaje propuesto es una aberración, ya que las motivaciones de los pandilleros son meramente criminales y sus acciones son de carácter instrumental, orientadas a la acumulación de riqueza y no a la consecución de objetivos políticos-ideológicos.
Paolo Lüers, veterano analista político, señaló que Gutiérrez y sus ideas tienen una gran influencia sobre diferentes funcionarios de gobierno, incluyendo los de Seguridad. Lüers además sostiene que la negociación y aparente deferencia con pandilleros se debe a que sus respectivas agrupaciones están vinculadas al "movimiento social" de izquierda, y, por lo tanto, son considerados aliados en la lucha contra el sistema. De ser ciertas estas afirmaciones, se confirma que las autoridades salvadoreñas han adoptado un enfoque similar al de Lenin, emblemático líder de la instauración del régimen comunista de la antigua Unión Soviética. Coincido con Lüers en que la política del Ejecutivo no proporcionará los resultados esperados si no se destituyen a los funcionarios que sigan esta línea y representen un obstáculo para el desarrollo del esfuerzo del Ejecutivo.
Esto da origen a una segunda interrogante: ¿Tendrán los máximos titulares actuales de las instituciones que conforman el sistema gubernamental de seguridad la fortaleza e independencia política necesaria para liderar y supervisar la ejecución efectiva de los lineamientos establecidos por el Presidente?
La conducción estratégica y operativa de los diferentes planes antidelincuenciales que sean ejecutados en el marco de política presidencial presentada por Mauricio Funes, necesita estar libre de toda influencia política para que prevalezca lo técnico sobre lo ideológico y, consecuentemente, se garantice que el trabajo institucional sea desarrollado en favor del pueblo salvadoreño y que no esté dogmáticamente parcializado o condicionado a objetivos políticos partidarios.
elsalvador.com :.: Prevalencia de lo ideológico en el ramo de Seguridad
Ud pide lo imposible: que lo ideologico se deseligue de lo tecnico!. La ideologia que abraza nuestra derecha ve el porblema de la delincuencia como un porblema de voluntad en los mareros y delincuentes. El analisis derechista no pasa a mas de ver como culpables a los malhechores y por ende la medicina derechista es castigarles y nada mas. La vision de izquierda contempla un aspecto social en el problema: las maras han podido surgir y mantenerse de la espantosa forma en que hemos visto en lso ultimos 20 años debido al abandono social y a los principios eternamente egoistas con los que la poblacion se ha armado para poder sobrevifir el salvaje capitalismo guanaco. La medicina izquierdista por ende lleva el complemento social en su solucion. Es una lastima desperdiciar los conocimientos tecnicos que el sr ponce expone a menudo en sus articulos mezclandolos tan torpemente con una ideologia derechista de esas ciega y retrogradas. Como se le ocurre aosciar los intereses politicos del frente con los intereses de "destruir " la sociedad de las maras?. Ridiculo.
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