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2010/02/21

LPG-Tres nubarrones en el horizonte

Han transcurrido más de ocho meses del nuevo gobierno, tiempo suficiente para tener claro el panorama político, las fortalezas y debilidades del gobierno y –de lo que trata este artículo– los problemas que el presidente Mauricio Funes tiene que enfrentar.

Escrito por Ernesto Rivas Gallont.21 de Febrero. Tomado de La Prensa Grafica.

Hay en la vida dos clases de problemas, los que le depara a uno el destino y los que uno mismo los busca.

Un jefe de Estado, no importa si es de El Salvador o China, tiene que enfrentar a diario problemas que son inherentes al cargo. La reacción normal es resolverlos o proponer soluciones con el propósito de superarlos, sabiendo que a la vuelta de la esquina le esperan otros nuevos y, a lo mejor, más complejos.

Entre los problemas que tiene el presidente, tres son severos y uno de ellos definirá el curso de la presidencia en lo que queda del período presidencial, hasta 2014.

Me refiero a las diferencias ideológicas y políticas con su partido, el partido que lo llevó al gobierno o que Funes condujo a la victoria. Ustedes escojan. El FMLN, inteligentemente, se decidió por postular a un candidato ganador, siguiendo las lecciones que las tres derrotas consecutivas le habían enseñado.

Paro, parecería difícil, si no imposible, que durante el análisis conjunto partido-candidato, previo a la decisión de postularlo, no hayan quedado claras, más allá de la guayabera blanca, las diferencias o coincidencias entre ambos.

El efecto previsible de esas divergencias es un divorcio del partido y el presidente, cuyas consecuencias son, por ahora, imprevisibles, aunque parecería que no es posible que un presidente gobierne sin el apoyo de un partido político.

Estamos claros. Estoy sugiriendo que uno o más partidos de derecha terminarán siendo el vehículo de Funes para continuar gobernando los años que le quedan.

Esta suposición nos lleva al segundo problema y es la alianza que cada día se menciona con más intensidad, de un pacto de conveniencia con el ex presidente Saca y su partido GANA. De hecho, la posibilidad ya se denuncia, públicamente como lo hizo hace pocos días Facundo Guardado, y secretamente escondida en anónimos que circulan profusamente por los buzones de correo electrónico de todo el país.

Y es que si resulta cierto, se derrumbaría toda la base fundamental del gobierno de ética y probidad, pues después de denunciar la grosera corrupción del gobierno de Saca y prometer acabar con la corrupción y los corruptos de regímenes anteriores, el pacto Funes-Saca volvería nulas todas las buenas intenciones y contaminaría al nuevo gobierno del mismo mal que padeció el anterior.

El otro gran problema que tiene el presidente es su aparente dependencia de su banquero y amigo personal, el capitalista Nicolás Salume, quien financió al son de tres millones de dólares su campaña proselitista.

Esa dependencia ha tenido como resultados perniciosos que Funes, después de ocho meses en el cargo, aun no haya propuesto a la Asamblea Legislativa el nombramiento del primer designado a la Presidencia, cargo honorario que según Nicolás Salume le ofreció a él el candidato Mauricio Funes.

La dependencia económica o el peso de la deuda han impedido que el presidente de la República sustituya al presidente de CEL, que, casualmente es hijo del banquero Salume.

Nicolás Salume hijo se ha convertido en el zar de la cúspide de poder como dueño de la caja chica que ha alimentado caprichos y necesidades del gobierno durante muchos años. De la CEL mucho se dice. Y faltan otros.

Lea esta tesis hoy en mi blog, http://blog.netorivas.net

Tres nubarrones en el horizonte

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