Escrito por Antonio Rubio.26 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.
Han pasado más de veinte años del asesinato del padre Ignacio Ellacuría, ideólogo de la teología de la liberación, y los autores intelectuales de aquella masacre siguen libres. Ayer, gracias a la declaración de dos testigos protegidos que presenciaron en directo aquel atentado, el magistrado Eloy Velasco, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, ya tiene nuevas y relevantes pruebas para procesar a Alfredo Cristiani, que en noviembre de 1989 era el pre-sidente de El Salvador y comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y a toda la cúpula militar de aquel país.
El martirio de los jesuitas
Junto a Ellacuría también fueron asesinados aquella noche, en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador, cuatro jesuitas más (Ignacio Martín, Segundo Montes, Armando López y Juan Ramón Moreno) y Elba Julia Ramos, que prestaba sus servicios en la residencia de la Universidad, y su hija Celia.
Las nuevas revelaciones sobre el caso Ellacuría han sido aportadas por el matrimonio Cerna, Jorge y su mujer Lucía, que en la madrugada del 16 de noviembre de 1989 estaban en las dependencias de la UCA y vieron, en directo, cómo entraban los soldados en la casa de los padres jesuitas y comenzaron a disparar contra todos ellos. Después, esos mismos soldados, ejecutaron a Julia Alba y su hija Celia, de 15 años.
Videoconferencia
El testimonio de la familia Cerna, Jorge y Lucía, se produjo ayer tarde, por videoconferencia y desde un lugar no revelado de Estados Unidos. Junto a la pareja salvadoreña, que en 1989 tuvo que abandonar su país tras recibir amenazas de muerte, y para dar formalidad al acto judicial estaba presente una fiscal norteamericana. Esta nueva e importante declaración se ha realizado gracias a las comisiones rogatorias que realizó el magistrado Velasco con las autoridades de EE.UU..
En noviembre de 1989, Lucía Cerna, cocinera, trabajaba en la Universidad Centroamericana, de la que el padre Ellacuría era rector.
Cerna declaró este miércoles que «el día 16, de madrugada, mi marido y yo vimos como los soldados (todos ellos miembros del batallón Atlacatl) entraban directamente en la residencia de los jesuitas y comenzaron a pegar tiros, estábamos en el edificio de al lado y no nos movimos para que no nos descubrieran y mataran».
Ella también fue la persona que avisó de los asesinatos al padre José María Tojeira, que entonces era el provincial de la orden. Hay que recordar que el entonces presidente y jefe de las Fuerzas Armadas salvadoreñas, Alfredo Cristiani, siempre mantuvo que el Ejército de su país no tuvo nada que ver con esa masacre.
Estas nuevas declaraciones de la familia Cerna contradicen los planteamientos de Cristiani, demuestran que el ex presidente no decía la verdad y que tal y como indica la querella que la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) y el Center For Justice and Accoutability (CJA), presentaron en noviembre de 2008 en la Audiencia Nacional, «el batallón de Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl, en ejecución de un plan concebido en la sede Mayor del Ejército y en cumplimiento de las órdenes dadas por sus superiores, se introdujeron en la UCA y asesinaron a tiros a los sacerdotes, a su empleada Julia Elba Ramos y a su hija Celina».
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