Mandar a alfabetizar a La Campanera a muchachas de colegio o secretarias de una empresa es enviarlas a que sean maltratadas o a cosa peor.
Editorial. 24 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.
Es querer darnos atol con el dedo presentar el plan de alfabetización como un esfuerzo de enseñanza, un gran paso de civismo. Que el proyecto de ley copie mucho del articulado y la "visión" del plan cubano es para rechazarlo, pues las intenciones reales están casi en la superficie: montar precedentes legales para que un régimen de izquierda controle la vida y los quehaceres de los salvadoreños.
Comencemos por un hecho: que todo el aparataje requerido para designar a las personas que irán a alfabetizar, transportarlos, alojarlos, darles de comer y traerlos de vuelta a sus lugares de residencia, tiene mucho mayor costo que contratar maestros en esos lugares, amén que enseñar y sobre todo enseñar a gente sin educación, es un asunto muy especializado.
Explíquese además un punto: si a Pedro lo obligan a ir dos días por mes a un remoto cantón de Sonsonate o a un pasaje de La Campanera, ¿qué se puede hacer para que el buen analfabeto no olvide lo aprendido? ¿Es que Pedro tendrá que volver una y otra vez hasta que sus alumnos le entiendan, partiendo del hecho de que no es maestro y que nadie lo entrenó para enseñar a leer?
Encima de ello hay otra interrogante: los analfabetos en esta tierra no lo son por falta de oportunidades para aprender a leer, sino porque no se interesaron en instruirse. Adicionalmente, el problema no es sólo de analfabetismo, sino de analfabetismo funcional, de la gente que sabe leer pero que deja de leer, que no se interesa en leer. A esto se agrega que el único material de calidad con que cuentan los salvadoreños para leer son sus diarios, pero para leerlos se requiere de un nivel más avanzado que "aprender a leer" y nada más.
En ningún país libre se imponen tareas
¿Dónde están esos bolsones de analfabetos que justifican llevar personas sin experiencia docente a enseñarles? ¿Y cuál es el costo de hacerlo versus contratar a medio tiempo, o en su tiempo libre, a maestros que conocen la zona y saben lo que piensa allí la gente además de darle seguimiento al esfuerzo?
Los padres del proyecto tampoco han pensado en el costo que para una persona o una familia tiene dejar sus ocupaciones habituales para ir a lugares remotos del país y quedar expuestos a peligros e incomodidades, además de enfermarse. Por definición, analfabetos hay en el campo, no en las áreas urbanas. Y los que hay en las áreas urbanas residen en quebradas y lugares donde hasta la policía tiene miedo de meterse.
El programa se presta para tomar venganza de opositores, pues la ley deja a discreción de su burocracia, escoger quién participa y dónde estará designado. Mandar a alfabetizar a La Campanera a muchachas de colegio o secretarias de una empresa es enviarlas a que sean maltratadas o a cosa peor. Pero como "todos somos iguales" todos están expuestos a que en forma indiscriminada los obliguen ir a los sitios más insalubres.
Lo que corresponde a los diputados a este lado de la sensatez es mirar detrás de los considerandos de la ley, examinar las reales intenciones de la "visión" que pretende imponer trabajos y obligaciones de carácter inconstitucional y además inmoral, sobre los ciudadanos. No hay país libre donde se obligue a los ciudadanos a realizar tareas en contra de sus deseos.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=4547117
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