Hay volúmenes y más volúmenes de estudios, hay libras de papel con información. Hemos pagado millones a empresas consultoras y dicen ¿que no hay información, ni análisis profundos sobre “toda” la temática, ni conocimiento, ni propuestas?
Escrito por Sandra de Barraza. 26 de Febrero. Tomado de La Prensa Grafica.Los problemas, los hechos, las ideas, las recomendaciones, las propuestas y también las decisiones tienen su momento. Si se dejan al tiempo, los días pasan, los meses pasan, los años pasan y hasta se llega a olvidar de qué se trataba el asunto. Es como llegar a la sala de cine 10 minutos antes del final de la película... ¡cualquiera se inventa la historia que quiera! Y al ordenamiento territorial... ¡se le pasó el tiempo!
La historia empezó en 2001, inmediatamente después de los terremotos. La tragedia caló... los ojos se concentraron en la Colina en Santa Tecla y se empezó a comentar lo que se dejó hacer y también lo que no se hizo. La naturaleza se encargó de poner en vitrina a los funcionarios por los riesgos, por la vulnerabilidad y por la evidente carencia de gestión ambiental.
Los dos ministerios más involucrados, el de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y el Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano (VMVDU) del Ministerio de Obras Públicas corrieron a contratar millonarios estudios. En el camino se dieron cuenta de que estaban contratando lo mismo y decidieron juntar sus presupuestos para elaborar el Plan Nacional de Ordenamiento Territorial por un monto de casi $5.0 millones.
Fue la primera iniciativa de esta envergadura. Se delegaron responsables técnicos de tema. En el contrato se incluyó la participación, y esto se redujo a presentaciones públicas sobre avances. Invitaron a funcionarios de todas las instituciones públicas y también a gremiales y ONG. COMURES siempre fue convocada. Los términos del contrato no daban para más y era obvio que el tema rebasaba el ámbito técnico. Y allí se dejó que el tema se olvidara y pasara el tiempo para que otro tomara la decisión.
El tema desde su inicio estuvo mal ubicado. El VMVDU no tiene más que el desarrollo urbano en su agenda y al MARN, con atribuciones legales en el ordenamiento ambiental, el tema le quedó grande. El manejo técnico fue respetable pero los temas de fondo nunca se abordaron. Los que contrataron los estudios se fueron sin la tarea concluida. Fueron gobiernos de ARENA los que definieron los términos de referencia de los contratos, los que hicieron las contrataciones y los que hicieron efectivo el pago millonario del estudio nacional y de algunos de los 14 subregionales que vinieron después. Por cierto, el que corresponde a la región metropolitana está en proceso y es un contrato por $2.3 millones. Un consorcio de empresas española y salvadoreña lo están ejecutando y seguramente el estudio, al igual que los otros 14, tendrá el mismo final: la gaveta y el olvido.
El ordenamiento territorial tiene que ver con la capacidad del uso de la tierra, y esto tiene que ver con geología, clima y suelos. El ordenamiento territorial tiene que ver con uso actual y potencial del suelo, y esto tiene que ver con tipo de vegetación, con cultivos y con asentamientos poblacionales. El ordenamiento territorial tiene que ver con el potencial hídrico, y esto se relaciona con el agua subterránea y superficial. El ordenamiento territorial tiene que ver con riesgos y desastres, y esto tiene que ver con sismicidad, con sequías, con inundaciones y con deforestaciones. El ordenamiento territorial tiene que ver con actividades socioeconómicas que están relacionadas con infraestructura pública, con tecnología, con tenencia de propiedad y con iniciativas empresariales. Y el ordenamiento territorial tiene que ver con institucionalidad y con participación ciudadana.
Con todo esto tiene y más, tiene que ver el ordenamiento territorial. Disculpen, líderes políticos, pero el tema no se reduce al marco jurídico e institucional. La discusión no se reduce a departamentos o regiones, ni tampoco a autonomía municipal. Hay volúmenes y más volúmenes de estudios, hay libras de papel con información. Hemos pagado millones a empresas consultoras y dicen ¿que no hay información, ni análisis profundos sobre “toda” la temática, ni conocimiento, ni propuestas? Si existe ¿han leído lo que hemos pagado con fondos públicos?
El ordenamiento territorial es una función de la administración pública. Es una política de Estado que se refleja y proyecta en el territorio. Es allí, en el territorio, en donde se viven las políticas sociales, ambientales, económicas y culturales de nuestra sociedad para usar y aprovechar los recursos naturales. Nuestra política del Estado en el territorio es de champerío, de desorden, de suciedad y de profundización de riesgos; es de contradicción, y de ausencia y total indiferencia del Estado. Con eso muchos ganan y seguirán ganando hasta que la naturaleza ponga a otros en la vitrina y entonces ¡contratarán otro estudio!
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