Ulyses Luna.26 de Marzo. Tomado de Diario Co Latino.
Que la gira de Obama por 3 países de nuestra América coincidiera con el ataque a Libia, fue una fatal “jugada del destino”.
Como para que el mundo conmovido no pierda de vista que el imperio agresor no ha cambiado y quizás no cambiará su política exterior hegemónica, belicista, intervencionista, es decir divorciado e irrespetuoso de los principios básicos del Derecho Internacional, que prescribe la solución pacífica de las controversias, este enunciado ha quedado en el mero plano declarativo, en una aspiración de los pueblos civilizados, amantes de la paz.
El mundo conoce, comprende, intuye que tras de la actitud de las potencias “aliadas”, que en forma sarcástica dicen defender al pueblo libio; existe el interés de apoderarse de su riqueza petrolera. Igual ocurrió cuando el imperio decidió atacar a Irak, Afganistán, a Vietnam, Corea, Panamá, Centro – América y un sin fin de agresiones y crímenes, en que las víctimas inocentes siempre fueron civiles: mujeres, ancianos, niños y periodistas.
Para demostrar que la política imperial no ha variado, ante millones de televidentes que seguían la visita del Presidente Obama al Brasil, éste levantó el dedo pulgar derecho, gesto mediante el cual autorizó el bombardeo a Libia. Es decir el inicio de una nueva guerra (sin que el Congreso de USA lo haya autorizado), guerra que no se sabe cómo ni cuando terminará.
Nadie puede desconocer los posibles desmanes cometidos por el gobernante libio; pero esto no justifica el ataque de las potencias aliadas, sin que al menos se hubiera intentado una negociación y más aún después de que Libia había aceptado el alto al fuego decretado por la ONU.
Porqué no se permite que el pueblo libio en base del principio de auto determinación, resuelva sus problemas internos en forma soberana?. Se reprisa con pasmosa similitud la misma estrategia utilizada por W. Bush, para consumar el ataque a Irak y Afganistán so pretexto de burdas suposiciones que el tiempo se encargó de desenmascarar.
De la misma forma como el Presidente Obama rindió homenaje a San Romero de América en la Catedral Metropolitana de San Salvador, de igual forma debió en la ciudad de Santiago inclinarse reverentemente ante la tumba de Salvador Allende, pidiendo perdón ante Chile y el mundo, por estos crímenes de lesa humanidad perpetrados en forma salvaje, los mismos que por triste ironía aún permanecen en la impunidad.
Fatal coincidencia | 25 de Marzo de 2011 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad
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