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2011/03/29

LPG-¡Si hay voluntad, se puede!

 Con el propósito de que el presidente Obama, su esposa Michelle y toda su comitiva pudieran ver una capital aceptablemente ordenada, centenares de trabajadores del FOVIAL y también de la Alcaldía de San Salvador trabajaron durante varios días jornadas extraordinarias, cubriendo las 24 horas; limpiando tragantes, podando arriates, recarpeteando, tapando baches, señalizando calles, pintando bardas y cunetas.

Escrito por Facundo Guardado.29 de Marzo.Tomado de La Prensa Gráfica. 

“A lo que nos negamos es a vivir bajo la mediocridad, la desidia y el exceso de pretextos para al final no hacer nada.”

Lo más impresionante de todo fue que el Viceministerio de Transporte (VMT), en dos semanas, liberó de autobuses del transporte colectivo el micro-centro histórico; algo que nadie había podido, ni querido hacer en los últimos veinte años, y que durante un par de días la seguridad pública fue capaz de poner a raya a la delincuencia en el centro de la capital, algo inaudito en los últimos quince años.

Hasta la polvareda del parqueo del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) fue pavimentada en 72 horas consecutivas de trabajo.

El primer proyecto de Ciudad Mujer ¡fue puesto en marcha!

¡Qué maravilla! ¡Qué eficiencia!

Cuando hay claridad de propósitos, los pretextos están de sobra; nadie dijo que el desorden del centro era deuda histórica; nadie demandó presupuesto extraordinario; nadie se quejó de la burocracia que establece la LACAP; ningún funcionario se mostró aterrorizado por la “implacable” Corte de Cuentas. Todo funcionó casi a la perfección.

Las mejoras que se realizaron en tiempo récord para recibir al presidente Obama nos demuestran hasta la saciedad que para construir soluciones que están al alcance lo que se necesita no es más dinero, ni más deuda, ni más impuesto; que lo único que se requiere es un poco más de cabeza, un poco más de compromiso, un poco más de espíritu de servicio y un poco más de decencia.

No es cierto que quienes se movilizan en transporte colectivo por el centro histórico de la capital estén indignados por las molestias que vivieron en los tres días que les costó orientarse en el nuevo sistema de rutas y paradas; tampoco es cierto que quienes nos desplazamos en vehículo particular estemos rezongando por las dificultades vividas a raíz del recarpeteo de algunas de las vías principales de la capital.

Todos, absolutamente todos, estamos listos para enfrentar de buen humor las dificultades inherentes al establecimiento del orden y a los modestos sacrificios que debemos hacer cuando las autoridades inevitablemente tienen que interferir en nuestra cotidianidad cuando de mejorar los servicios básicos se trata.

A lo que nos negamos es a vivir bajo la mediocridad, la desidia y el exceso de pretextos para al final no hacer nada. Y hoy, ¿qué sigue? ¿Tendremos que esperar la próxima visita de un presidente de Estados Unidos?

¡Si hay voluntad, se puede!

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