26 de Marzo. Tomado de Diario Co Latino.
Ayer se cumplieron 31 años del magnicidio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien desde su asesinato se convirtió en el guía espiritual de los salvadoreños y salvadoreñas, es decir del pueblo, que con su fe lo ha convertido en Santo. Obviamente, los pueblos no se equivocan, por eso a 31 años de su muerte, Monseñor Romero siguen tan vivo como ayer.
Esta semana, el nombre de Monseñor Romero ha sonado en diversos rincones del mundo. El martes, cuando el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, acompañado del Presidente Mauricio Funes, visitó la cripta donde descansan sus restos. Obama, es el primer Presidente de Estados Unidos, en visitar la tumba del Pastor Mártir.
Ayer, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban ki-moon, con motiva de celebrarse el Día Internacional para el Derecho a la Verdad en relación con las Violaciones Graves de los Derechos Humanos y para la Dignidad de las Víctimas, dedicado a Monseñor Romero, expresó el siguiente mensaje que hoy se convierte en nuestro editorial:
“Hace exactamente treinta y un años, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, activo promotor y defensor de los derechos humanos en El Salvador, fue asesinado mientras oficiaba misa en una iglesia. La intención era evidente: silenciar a un fervoroso opositor de la represión.
“Hoy, primer Día Internacional para el Derecho a la Verdad en relación con las Violaciones Graves de los Derechos Humanos y para la Dignidad de las Víctimas, rendimos homenaje a la labor de Monseñor Romero y a la de todos los defensores de los derechos humanos del mundo.
“Las víctimas de las violaciones graves de los derechos humanos y sus familiares tienen derecho a saber la verdad sobre las circunstancias en que se cometieron esas violaciones, los motivos por los que se perpetraron y la identidad de sus autores.
“El derecho a la verdad ha quedado consagrado expresamente en la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, que entró en vigor en diciembre de 2010. También reconocen ese derecho otros instrumentos internacionales, así como leyes nacionales, la jurisprudencia y las resoluciones de órganos intergubernamentales.
“Saber la verdad ofrece a las víctimas y a sus familiares una forma de poner un punto final, recuperar la dignidad y aliviar en cierta manera el dolor por las pérdidas sufridas.
“Revelar la verdad también ayuda a sociedades enteras a promover la rendición de cuentas respecto de las violaciones.
“Y puesto que determinar la verdad en un proceso que suele entrañar investigaciones y testimonios públicos de víctimas y responsables de las violaciones, puede resultar catártico y contribuir a generar una crónica compartida de los acontecimientos que facilite la recuperación y la reconciliación.“En esta primera celebración del nuevo Día Internacional, reconozcamos la indispensable función de la verdad en la defensa de los derechos humanos y comprometámonos a defender el derecho a la verdad en el cumplimiento de nuestra misión mundial en el ámbito de los derechos humanos”.
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