Richard Awad.25 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
El Salvador ha dado pasos en firme para convertirse en un atractivo polo de inversiones para empresarios locales y extranjeros; al efecto adoptamos el dólar como moneda de curso legal, tenemos una solidez bancaria, suscribimos varios tratados de libre comercio a nivel mundial, una democracia consolidada de hace más de dos décadas, libertad de expresión, una situación geográfica estratégica, buenos servicios de comunicación y transporte aéreo.
Esta modernidad contrasta con un transporte público local con buses de más de 20 años circulando en nuestras calles, contaminando el ambiente y provocando frecuentes y dolorosas tragedias. El transporte público es un eje importante en una economía sana, humana y justa, y el trato a nuestra gente debe de ser impecable y seguro.
El total del transporte público de pasajeros nacional es de unas 1100 rutas, 9311 autobuses y 4327 microbuses (sin tomar en cuenta los piratas), con un subsidio gubernamental de $800 por autobús y $400 por microbús mensuales, y actualmente más del 65% de la población utiliza el transporte colectivo para movilizarse.
Eran 165 las rutas de autobuses que circulaban en el Centro Histórico de San Salvador, 39 ya no transitan más por este sector, 42 modificaron su recorrido y 84 tienen nuevas paradas autorizadas, en total son 1135 unidades a las que se le modificó su recorrido.
Hoy, las angostas calles del diminuto Centro Histórico lucen sin el ruido y el humo de los buses, permitiendo apreciar la belleza arquitectónica del Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana, el Teatro Nacional, la Plaza Cívica, la Plaza Libertad, la Plaza Morazán, entre otras.
Las tragedias que a diario enlutan docenas de familias ocasionadas por buses y microbuses, han colmado la paciencia de la ciudadanía y el gobierno por primera vez está tomando medidas para enfrentar el problema, al menos en el centro de la ciudad capital. En algo habrá influido, para la toma de decisiones, la presencia en nuestro suelo patrio del Presidente Obama y su visita a la cripta de Monseñor Romero en la Catedral, ubicada en el corazón del Centro Histórico capitalino.
Señor Presidente Funes, es tiempo entonces de proyectarse a nivel nacional con medidas de corto, mediano y largo plazo. Y tomando la experiencia expuesta recientemente por el ex Presidente chileno Dr. Ricardo Lagos, en el ENADE 2011, siendo los recursos gubernamentales escasos, concesionar ciertas obras públicas y que los concesionarios inviertan en su construcción.
LARGO PLAZO: Visto como negocio, el transporte de pasajeros es rentable, por lo que habrá empresarios, nacionales y extranjeros, interesados en invertir si se les otorga una concesión. Puede ser en un sistema de Metroriel, tren elevado de transporte rápido que cruce el Gran San Salvador de norte a sur y de oriente a poniente, desde Santa Tecla a San Martín y de Santiago Texacuangos a Quezaltepeque. Y poco a poco abrir más líneas en el interior del país, donde se requiera por el alto tráfico vehicular y la sobrepoblación.
MEDIANO PLAZO: renovar la flota vehicular, y con apoyo gubernamental garantizar créditos a largo plazo y con bajas tasas de interés; además de capacitar a los transportistas en gestión empresarial y a los motoristas en servicio al cliente. El sistema de transporte público es de vital importancia para el desarrollo nacional y para nuestra imagen a nivel internacional.
CORTO PLAZO: Exigir a los transportistas una revisión mecánica general de todos sus vehículos y el cumplimiento de la Ley General de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, sus reglamentos y demás disposiciones afines.
Resolver con éxito el problema del transporte no está en el cuerno de la luna. Ya se comenzó y se deberá continuar, tenemos con nosotros al Divino Salvador del Mundo y un pueblo fortalecido con fe y esperanza.
elsalvador.com, El Centro Histórico y la visita del Presidente Obama
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