Tres de los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional que firmaron la sentencia en contra del artículo 191 del Código Penal se decidieron esta semana a dar explicaciones públicas sobre su decisión y han tratado de dibujar un panorama muy diferente el escrito en la resolución, y han tratado de decir que no pasa nada y que, por el contrario, su resolución ha abierto la puerta para mejorar la libertad de expresión en El Salvador y para que los diputados hagan una mejor legislación. Yo no estoy de acuerdo.
Escrito por Gabriel Trillos.10 de Octubre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Y aclaro, desde este segundo párrafo, que no estoy de acuerdo con ellos por consideraciones prácticas del ejercicio periodístico, en el cual me desempeño con mucho orgullo desde 1993. Lo aclaro porque uno de los magistrados dijo en una emisora local que este periódico mantenía una actitud crítica contra la Corte Suprema de Justicia por una experiencia en un juicio civil. Lamentable intento de desviar la atención sobre el tema y de buscar justificaciones de este funcionario público, a quien invito a que revise los archivos de las publicaciones de este periódico y se dará cuenta del trabajo oficioso de fiscalización en el caso del máximo tribunal que hemos realizado durante años, mucho antes de que él llegara a la Sala de lo Constitucional, apenas hace un año y tres meses.
Escuché con atención la grabación de las intervenciones de los magistrados que estuvieron en dos programas de televisión (dos en el Canal 33 y otro magistrado en TCS) y luego una intervención de otro magistrado en un programa de la radioemisora YSKL y después leí la transcripción de estas, y aún no encuentro certeza. Mantengo lo que he dicho públicamente en el debate periodístico de los jueves: la resolución emitida por la sala ha desatado la incertidumbre y ha animado el fuego antiperiodístico que ya caracteriza a un grupo (reducido) de jueces, que ya han tenido reuniones para desmenuzar la sentencia de la sala, han realizado un foro público por el tema y los que un día dijeron en un evento realizado hace poco meses que los medios eran sus principales enemigos. Fundamento a mi argumento.
La sala ha dejado abierta una ancha brecha en contra de una de las libertades fundamentales, la libertad de expresión. Es por eso que ya la OEA nos ha puesto en la mira. La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha dejado clara su preocupación por los efectos de esta sentencia. Ahora estamos en la lista de los países que mantienen batallas por esta libertad, tal cual está sucediendo en Panamá, en donde dos periodistas fueron el blanco de las decisiones irracionales de jueces; o Bolivia, en donde el presidente ha encontrado una burda excusa para tratar de tomarse los medios.
Lo más interesante de las explicaciones de los jueces constitucionales es que no solo salieron públicamente a explicar su sentencia, sino que salieron para tratar de dar directrices de conductas. Uno de ellos dijo que a los diputados hay que decirles claramente lo que deben hacer. Otro comenzó a dar clases de periodismo y redacción para que los comunicadores se cuiden de no cometer delito y explicó lo que según él debe hacer la Asociación de Periodistas. Es decir, que la resolución no solo es un precedente jurisprudencial en el Derecho y un camino de acción para los jueces, sino que también es el nuevo manual del periodismo salvadoreño, el nuevo documento que las academias de comunicaciones deben incluir en el recorrido de materias y la nueva guía que los medios debemos usar en el día a día.
Los periodistas siempre están en peligro: Les pueden calumniar, pagar a un abogado para que sostenga la calumnia por medio de un "caso amañado"; si esto no funciona, siempre hay un gorila a sueldo dispuesto a atentar contra su integridad física y, por último, y no menos importante, influyen en el medio para que les despidan en forma deshonrosa.
ResponderEliminar