Comentarios mas recientes

2010/10/30

LPG-La autoconciencia del aquí y el ahora

 Lo cierto es que somos discípulos del pasado, aunque casi nunca pongamos atención a sus señales. Y a la vez somos aprendices del futuro, en la medida que nos mueve la ambición de descifrar sus claves.

Escrito por David Escobar Galindo.30 de Octubre. Tomado de La Prensa Gráfica. 

 

Parece algo que debería darse por generación espontánea, pero en verdad casi siempre es una de las operaciones de adaptación que presentan más bemoles en el ámbito de lo real: reconocer el aquí y el ahora como el escenario espacio-temporal en el que se mueven todos los acaeceres factibles de la vida. Estamos, con recurrencia obsesiva, envueltos en una batalla ficticia, y por consiguiente inevitablemente distorsionadora, entre pasado y futuro, como si el presente fuera sólo el escenario casual de tal batalla. En realidad ni el pasado ni el futuro nos pertenecen, salvo en sus respectivas condiciones de lección y aspiración. El pasado es lo vivido, que ya está encerrado en su cápsula; el futuro es lo por vivir, que está aislado en su nebulosa.

Parece tan obvio, y sin embargo gastamos incontables energías en hacer como si fuera lo contrario: el pasado, una zona revivida por ser interpretable; el futuro, una creación vivible de antemano por ser anticipable. Lo cierto es que somos discípulos del pasado, aunque casi nunca pongamos atención a sus señales. Y a la vez somos aprendices del futuro, en la medida que nos mueve la ambición de descifrar sus claves. Ante el presente, que es la única posibilidad que tenemos de probar nuestra habilidad para ser seres libres y realizados como tales, asumimos una curiosa actitud de maestros, que precisamente nos priva de antemano de la plena libertad creadora. Quizás por eso nos perturbamos con tanta facilidad.

Aunque tal perturbación viene a ser, sin embargo, el motor reconocible de lo humano en movimiento. En el presente, pese a todo, vamos transitando el oficio de la presencia, y hacerlo constituye la expresión cotidianizada de eso que subliminalmente caracterizamos como destino. El destino sólo está vigente en el aquí y en el ahora; por eso el aquí y el ahora no están fuera de nosotros, sino dentro de nuestra envoltura anímica: son el estuche natural de la conciencia. El aquí y el ahora, entonces, nos pertenecen, a cada uno de nosotros, los individuos en trance permanente de ser personas, como patrimonio propio y originario. Esto nos permite empoderarnos —como hoy se estila decir— de lo que somos como seres arraigados en el tiempo y en el espacio.

¿Pero qué importancia real puede tener un giro interpretativo semejante respecto de nuestras posibilidades y condiciones de vida, que es al final de cuentas lo que a todos nos importa ? La importancia viene dada por la posibilidad de entender a fondo nuestra propia inserción en la dinámica del tiempo. Para cada uno de nosotros, el tiempo es un escenario de creatividad personal, y no una plataforma en la que todo nos viene preconcebido. Hay que ponerse por encima de la reductiva noción de que el destino es un molde anterior a nuestra voluntad. Si fuera así, no sería sustentable la noción de libertad en su sentido justo y pleno. Seríamos marionetas, movidas por la mano del azar o por la fuerza de lo sobrenatural.

El aquí y el ahora forman, en conjunto, el hábitat de nuestra condición humana. Y aunque parezca fantasioso, la construcción de ese aquí y ese ahora es tarea perfectamente personalizable. La mejor prueba de ello es el hecho de que cada persona es capaz de transformar tanto su entorno espacial como su entorno temporal por obra de la acción intencionada, para bien o para mal. En lo referente al “aquí”, la libertad definitoria es mucho más que geográfica: somos capaces de configurar nuestro espacio ambiental, hasta hacerlo reflejo vivo de nuestra identidad; y en lo tocante al “ahora”, la libertad definitoria es mucho más que cronológica: somos capaces de autoubicarnos en el tiempo, según el manejo de la tríada que forman pasado, presente y futuro.

En las circunstancias actuales, tanto del país como del mundo, y según las determinaciones e impulsos de la globalización en marcha, la apertura de fronteras viene transformando el “aquí” y la aceleración histórica viene transfigurando el “ahora”. Tenemos que tomar debida conciencia de ello para poder ponernos –como individuos, como organizaciones, como sociedades y como humanidad— al ritmo de las realidades en que nos movemos y las que también van moviéndose por sí mismas, inevitablemente. Esta es labor de adaptación a la que nadie puede escapar.

La autoconciencia del aquí y el ahora

1 comentario:

  1. Wow, amazing blog layout! How long have you been blogging for?
    you make blogging look easy. The overall look of your web site is fantastic,
    let alone the content!

    Have a look at my web site :: Cafes in Laguna Beach

    ResponderEliminar

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.