Eduardo Torres.30 de Octubre. Tomado de EL Diario de Hoy.
A la víspera de las elecciones de "mitad de período" en los Estados Unidos, este próximo martes 2 de noviembre -al final de este atípico "fin de semana largo" para nosotros--, la pregunta de los cien millones de dólares es qué ha pasado en esa nación para que en tan sólo dos años hayan cambiado tanto las percepciones públicas, ya que, señalan las encuestas, los republicanos estarían a punto de tomar control de la Casa de Representantes (Cámara baja) y de lograr un mayor balance en el Senado (Cámara alta), además de ganar más gobernaciones de las que hasta este momento tienen. La última medición semanal publicada por la revista The Economist, para el caso, muestra que la popularidad del Presidente Obama está en 43%; la del Congreso en 12%; el 57% piensa que su país va por el rumbo equivocado, mientras un 29% cree que va por el correcto.
En este momento, con mayoría en ambas Cámaras del Congreso, los demócratas tienen 255 escaños en la Casa de Representantes, 178 los republicanos.
La proyección de la prestigiosa revista británica es que los demócratas tienen 195 escaños seguros o inclinándose hacia ellos, 199 los republicanos y están en disputa -"toss ups"- 41 escaños. En el Senado los demócratas tienen 59 miembros, 41 los republicanos. De esta Cámara alta --el club más exclusivo del mundo le llaman algunos-- 37 son los escaños en juego ya que en el Senado sólo se renueva una tercera parte cada dos años. La proyección de The Economist es que los demócratas tienen 49 escaños seguros o inclinándose hacia ellos, 45 los republicanos y hay seis en férrea disputa. Es casi una tradición que el partido en la Casa Blanca pierda escaños en este tipo de elecciones, de mitad de período, pero no como en este momento indican las proyecciones.
¿Qué fue entonces lo que pasó con el candidato que tanta esperanza despertó en el electorado con su promesa de cambio, al convertirse en Presidente? En primer lugar, la profundidad de la crisis económica y las guerras en Afganistán e Irak. Nada tuvo que ver con ellas el actual inquilino de la Casa Blanca, pero los ciudadanos eligen a sus gobernantes para afrontar y resolver los problemas.
El paquete de estímulos del Presidente, han argumentado sus críticos continuamente, no ha funcionado y los estadounidenses se sienten abrumados por una crisis económica que no merma. La Reforma de Salud, por su parte, fue puesta sobre el tapete de la discusión pública en lo peor de la recesión --cuando la prioridad de los ciudadanos era la pérdida de empleos-- y al no contar con apoyo republicano ni en la Casa ni en el Senado, se percibió como impuesta por la mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso.
Durante las últimas semanas el Presidente estadounidense realizó esfuerzos de última hora, volcándose a realizar campaña en favor de candidatos de su partido en peligro de perder su reelección. Esto sólo enervó a sus adversarios políticos, grupos conservadores específicamente, quienes recolectaron grandes sumas de dinero para el sprint final de la campaña. A 72 horas de que los estadounidenses vayan a las urnas, si los resultados confirman las proyecciones pues tampoco habrá que dramatizar. Bill Clinton demostró cómo hacer un retorno político desde la Casa Blanca, tras un resultado para él devastador. A la espera de ver qué sucede, lo único seguro a este momento es que tendrá mayor contrapeso la Administración Obama durante los próximos dos años.
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