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2010/10/30

Simpatizantes del FMLN-La nefasta herencia de Arena

30 de Octubre. Tomado de Simpatizantes del FMLN.

En los últimos meses han arreciado los ataques de diputados y altos dirigentes de Arena contra el gobierno y especialmente los ministros de Agricultura y Ganadería, Obras Públicas, Salud Pública y Justicia y Seguridad Pública. Corresponde a la Secretaría de Información y los encargados de comunicación de cada una de estas instituciones aclarar o refutar las declaraciones, calumnias o campañas propagandísticas de tales emisarios del desastre.
Nosotros únicamente intentaremos señalar el cinismo y la hipocresía que subyacen en dichas arremetidas.

Se responsabiliza al Ministerio de Obras Públicas del deterioro de carreteras, avenidas y calles de las principales cabeceras departamentales, de las cárcavas surgidas en distintas regiones del país, de los deslaves e incomunicación de muchas comunidades debido a la destrucción o el mal estado de puentes permanentes o eventuales. Nada se dice de las causas que han producido los desastres ni de la situación heredada por las actuales autoridades. En primer lugar, la corrupción generalizada en los cuatro gobiernos de Arena, causó graves daños a toda la institucionalidad del país y, consecuencia lógica, las distintas dependencias soportaron el saqueo, el despilfarro y el abandono de muchos proyectos, cuyos fondos para ejecutarlos ya había sido aprobados por la Asamblea Legislativa, cuando se trató de préstamos internacionales o de dineros salidos de las mismas arcas del Estado.

El boulevard Diego de Holguín es un caso emblemático. Más de 23 millones de dólares se esfumaron en “pagar” una obra totalmente abandonada. Se cometieron crímenes ambientales al talar árboles en la finca El Espino, sin contar con el permiso correspondiente de las alcaldías de San Salvador y Antiguo Cuscatlán. Se aprobaron licitaciones por varios millones de dólares sin cumplir las “empresas” constructoras (Copreca-Linares, asocio salvadoreño guatemalteco, una de ellas) con los requisitos exigidos por las leyes salvadoreñas. Se dieron adelantos del 30% cuando lo estipulado en toda obra gubernamental es del 20%, previo inicio de las obras. La “empresa” Copreca-Linares nunca presentó garantías ni cartera de obras ejecutadas en otros lugares. A pesar de todas las anomalías los gobiernos de Arena continuaron con otros proyectos con este mismo Asocio.

Al llegar las nuevas autoridades de Obras Públicas encontraron totalmente desmantelado la antigua Dirección de Urbanismo y Arquitectura (DUA), que se encargaba de reconstruir calles y avenidas urbanas, así como totalmente desaparecida la Dirección de Caminos, bajo cuya responsabilidad estaba el mantenimiento de las carreteras primarias y secundarias. Del mismo modo, toda la maquinaria, es decir moto niveladoras, aplanadoras, camiones, grúas, etc., había sido vendida como “chatarra”, de tal suerte que todas las obras de construcción y mantenimiento se otorgaban a empresas privadas, todo en la lógica del neoliberalismo, que apadrina el libre mercado, la oferta y la demanda, la privatización, el aumento de impuestos, la reducción del gasto social (El Salvador, durante los cuatro gobiernos de Arena, ocupó el último lugar en inversión social para atender a las familias más vulnerables, según datos de las Naciones Unidas), etc.

Las nuevas autoridades de Obras Públicas, han tenido primero que ordenar la casa, ajustar los inventarios y seguir la pista de los casos de corrupción. Ya muchos expedientes sobre ello obran en poder de la Fiscalía General de la República. En segundo lugar, iniciar obras de reconstrucción y diseño de proyectos totalmente abandonados por los gobiernos de Arena; empezar a atender las necesidades de muchas comunidades amenazadas por deslizamientos y hundimientos de tierra (cárcavas), daños de puentes y caminos vecinales. Los fondos destinados en el presupuesto para otras necesidades han sido desviados para atender todas estas prioridades. Es más, este Ministerio ha tenido que pedir refuerzo presupuestario para solucionar las emergencias, así como préstamos internacionales. En este como en otros casos, los detractores únicamente señalan los daños al sistema vial; pero nunca hablan de las causas que los originan, mucho menos de los graves hechos de corrupción causantes en el principio y al final de todo el descalabro y hundimiento de la economía del Estado. Suficientes antecedentes y pruebas sobre ello hay y no vale la pena volver sobre estos penosos asuntos.

En cuanto a la carestía y encarecimiento de los frijoles, una vez más diputados deshonestos y dirigentes cínicos de Arena, han acusado a las actuales autoridades de Agricultura y Ganadería de no prever la situación ni de tomar medidas para atender las necesidades alimenticias de la población. No se trata únicamente del burro hablando de orejas, sino de cínicos que en su momento, en el periodo de veinte años, terminaron con la agricultura como fácilmente lo pueden atestiguar los cafetaleros, azucareros, ganaderos y cerealeros.

El presidente Alfredo Cristiani, eliminó el Instituto Regulador de Abastecimientos (IRA), lo mismo que se abandonó el agro, la ganadería y más porque “es más rentable para el país importar la mayoría de productos originados de la agricultura que producirlos…” El mismo destino tuvo el Banco de Tierras, la Financiera Nacional de Tierras Agrícolas y el Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria. Bajo el modelo neoliberal los grandes negocios fueron para los importadores de alimentos enlatados, leche en polvo, carne, lácteos, cereales, verduras y frutas. Al limitarse el apoyo financiero y no existir parcelas para la siembra de productos esenciales, el mercado nacional quedó desabastecido de frijoles y maíz, situación agravada en la actualidad por ese abandono de la agricultura y los fenómenos naturales.

En los gobiernos de Arena no es casual que empresarios estrechamente ligados a la importación de leche en polvo, fertilizantes, medicinas, vacunas, semilla mejorada, productos derivados del petróleo, materiales para fabricación de baterías, etc., fueran ministros de Economía, de Agricultura y Ganadería, Hacienda, CEPA, etc. Con el presidente Armando Calderón Sol, se hizo famosa la frase de “convertir a El Salvador en un país maquilero”, de hecho “inversionistas” extranjeros llegaron al país y se instalaron en zonas francas con fábricas de ropa, pagando salarios miserables a los trabajadores. No se concedieron prestaciones sociales y fueron años conflictivos porque los propietarios no aceptaban sindicatos ni presiones de ninguna naturaleza. Era la lógica del modelo neoliberal: trabajo y más trabajo, salarios bajos y nada de prestaciones sociales. Maquilas que se llevaron el dinero y no pagaron impuestos al Estado salvadoreño.

A los ministerios de Salud Pública y Justicia y Seguridad también los critican fuertemente por el desabastecimiento de medicinas en los hospitales, por no atender con prontitud las emergencias, programar para largos periodos las intervenciones quirúrgicas y no prever las supuestas epidemias de dengue y enfermedades diarreicas. La creciente ola delincuencia, el crimen organizado y el narcotráfico siguen cobrando muchas víctimas en el país. Lo uno, en salud y lo otro en inseguridad ciudadana, también fueron flagelos sociales heredados por los cuatro gobiernos de Arena. La presente administración está tratando de encontrar rápidas y eficientes soluciones, pero será muy difícil en periodo tan corto combatir y eventualmente erradicar semejantes lacras sociales. No estamos para defender a este régimen; ellos tienen sus propios recursos para hacerlo; pero nos molesta escuchar a cada momento el cinismo de estos políticos fascistas, mentirosos y sin escrúpulo alguno. Como bien dicen: la mentira tiene patas cortas; pero también la propaganda nazi parte de su esencia de mentir, mentir que al final algo queda.

Publicado por pocote

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