Avalar sindicatos a diestro y siniestro le puede salir caro al gobierno... y al país entero por la inestabilidad que se genera
Zona Franca San Bartolo. Cientos de trabajadoras de maquila no pudieron entrar el jueves a su empleo debido al cierre que mantenían sindicalistas. FOTO EDH / ARCHIVO
30 de Octubre. Tomado de EL Diario de Hoy.
Haber ratificado los convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), modificando el artículo 47 de la Constitución de la República para permitir la libre sindicalización y avalar a diestro y siniestro más de un centenar de organizaciones de ese tipo -hasta de guardias de seguridad- puede generarle más inestabilidad al país.
La semana anterior mostró las consecuencias: suspensiones de labores para presionar en diferentes áreas del gobierno y enfrentamientos en una maquila de San Marcos entre trabajadores que querían seguir sus labores y los sindicalistas que querían paralizarlas (ver nota aparte).
Según fuentes oficiales, el Ministerio de Trabajo ha avalado 105 organizaciones sindicales durante el presente gobierno -para sumar ya 277- y está pidiendo ayuda a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para fortalecer a esos grupos.
De hecho, el Movimiento de Unidad Sindical y Gremial (Musyges) agradece en un comunicado "a los funcionarios de gobierno su respaldo y aliento".
En seguida, dicen estar dispuestos a mejorar las relaciones laborales con las empresas y contribuir a la competitividad "desde la premisa de ganar-ganar".
Sin embargo, la desconfianza y los temores se acrecientan en la medida en que los sindicatos con el fin de buscar supuestas reivindicaciones laborales amenazan con desestabilizar al Estado y a las empresas, provocando el caos nacional que ahuyente a futuros inversionistas.
Y no es para menos, durante las últimas semanas el país ha vivido una serie de protestas, que incluso han puesto en peligro la vida de salvadoreños en la red de hospitales nacionales y en el Seguro Social; han jugado con los sentimientos y dolor de las personas quienes han tenido que esperar por un paro de labores que les entreguen el cadáver de un pariente.
Otros, simplemente se ha negado a recoger la basura en dos municipios, Ilopango y Mejicanos, poniendo en riesgo la salud de quienes pagan sus salarios; otros han cerrado los 14 centros turísticos públicos que funcionan en el país negando el acceso a turistas y visitantes, para mencionar algunos casos.
El común denominador de todas esas protestas ha sido exigir aumentos salariales, aumentar el bono de los trabajadores para fin de año y hasta exigir la negociación de contratos colectivos de trabajo, como es el caso del ISSS.
Las exigencia son diversas, pero el efecto ha sido el mismo: provocar inestabilidad en el país y afectar a la población que paga los salarios de todos esos burócratas.
Para el director Ejecutivo de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Raúl Melara, los sindicatos deben ser instancia que nazcan con motivos legítimos de sus trabajadores, pero no para generar ningún tipo de ambiente de inestabilidad.
Sin embargo, la cara visible actual de los sindicatos locales ha sido otra: medidas de presión y protesta para lograr sus objetivos a toda costa. En algunos casos, sólo buscan beneficios extras para personas específicas.
Para el representante de la empresa privada, esa situación es preocupante.
Sumado a eso, durante el último año ha habido un auge en la autorización de más sindicatos que pueden poner "en riesgo la estabilidad del país y que atenten contra los derechos fundamentales de las personas", refiriéndose a la paralización en varias ocasiones de la atención hospitalaria pública y la del ISSS.
Similar crítica definió el presidente de la Cámara de Comercio, Jorge Daboub, ya que muchos de estos sindicatos aplican medidas de presión sólo para obtener aumentos salariales.
Hay muchos sindicatos, afirmó Daboub, se están valiendo de utilizar la fuerza sobre el dolor ajeno para conseguir objetivos.
"El país necesita de un sector laboral con certidumbre, ordenado y que tenga una visión progresista, de desarrollo, entendimiento y visión de competitividad. Porque no todos tienen esa visión", dice el líder empresarial.
La ministra de Trabajo, Victoria Marina Velásquez de Avilés, pidió el pasado 24 de septiembre mediante una nota -a cuya copia tuvo acceso El Diario de Hoy- apoyo a la Organización Internacional del Trabajo para "la formación de cuadros del ministerio, sindicatos, principalmente mujeres y jóvenes... para fortalecer nuestro proceso de cambio".
Según la nota, dirigida a Francois Eyraud, director del Centro Internacional de Formación de la OIT, la ministra de Trabajo acepta que esa cartera de Estado esta potencializando a las organizaciones sindicales para "lograr la existencia de trabajos decentes".
La misiva detalla además que es importante la "formación de líderes y lideresas que de una manera consciente y responsable puedan incrementar sus capacidades para defender sus derechos, al interior de las mismas organizaciones sindicales e incrementar la capacidad de negociación con los empleadores...".
La funcionaria reconoció en el escrito que ese proceso de cambio ya se ha iniciado "aún con fuertes limitantes" pero es necesario, sostiene, "contar con el recurso humano capacitado, en aspectos técnicos operativos, en formulación y definición de políticas y estrategias nacionales y sectoriales, en organización de las bases sindicales".
La ministra cierra la nota enviada a la OIT expresando que una de las tres áreas de trabajo que han priorizado es la sindicalización y habilitación del trabajo. "Al fortalecer las capacidades de los sindicatos se mejorará sus condiciones para la negociación y definición de estrategias que lleven a mejorar sus condiciones".
No comenta
El Diario de Hoy buscó durante una semana a la ministra de Trabajo, Victoria Marina Velásquez de Avilés, para ampliar los detalles, justificación y visión de la cartera de Estado que dirige sobre la carta enviada a la OIT y el rol que están tomando los sindicatos en el país, pero fue imposible hablar con ella.
A través de su departamento de Comunicaciones se hizo las gestiones respectivas, incluyendo a su comunicadora Kenia Mejía, pero la respuesta que se obtuvo fue que está muy ocupada y no tendría tiempo hasta el jueves de la próxima semana.
Sobre el apoyo de la OIT para capacitar a los sindicatos en el país, el director ejecutivo de la ANEP expresó que "no cree que el papel de la OIT sea andar formando sindicatos en el país".
Melara dijo desconocer cuál es la intención del ministerio de Trabajo, pero reiteró que si estos sindicatos se dirigen a obstaculizar las funciones del Gobierno no serían válidas estas peticiones.
elsalvador.com :.: Trabajo avala sindicatos por decenas en el último año
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