30 de Octubre. Tomado de Diario Co Latino.
Como ya es recurrente, año tras año, la comunidad internacional rechazó el criminal bloqueo de los Estados Unidos ha-cia Cuba, mantenido por décadas, y que ha causado enormes sufrimientos al pueblo cubano.
La intencionalidad del gobierno estadounidense ha estado encaminada a socavar, por esa vía, la revolución cubana.
El martes pasado, 187 naciones, incluida El Salvador, por décimo novena ocasión le dijeron al gobierno de Washington, no al bloqueo a la patria de José Martí.
Estados Unidos, que se ufana de ser un paladín de la democracia, se ha hecho de oídos sordos, al clamor de las naciones unidas. Ignorar la decisión de casi todos los países del mundo, es sencillamente darle una bofetada a la comunidad internacional, lo que manda señales negativas para la democracia misma.
El 24 de noviembre de 1992 fue la primera vez que con 59 votos a favor, tres en contra y 71 abstenciones, se repudiaba la medida del pentágono contra la Cuba socialista. Esta vez, los votos a favor fueron 187, dos en contra y tres abstenciones. Los votos en contra fueron los de Estados Unidos e Israel. Mientras que las abstenciones fueron de las Islas Marshall, Micronesia y Palau.
Esta es la segunda votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas en contra del boicot de Estados Unidos, desde la llegada a la Casa Blanca del Presidente Barack Obama, quien despertó grandes expectativas a escala mundial, incluso en la misma Cuba.
No obstante, en términos de la política hacia Cuba, Obama ha seguido simplemente el guión de sus antecesores. Obviamente, esta política de Estados Unidos va en contra de los principios de igualdad soberana entre los Estados.
Va en contra, además, de la no intervención y no injerencia en los asuntos internos y libertad de comercio y navegación internacionales.
La Asamblea General también se expresó en contra de la también condenable Ley Helms-Burton, e insta una vez más a los Estados en los que existen y continúan aplicándose leyes y medidas de ese tipo a que, en el plazo más breve posible y de acuerdo con su ordenamiento jurídico, tomen las medidas necesarias para derogarlas o dejarlas sin efecto.
Qué buena señal daría el Presidente Obama, y atendiendo el espíritu del Premio Nobel de la Paz que le fuera conferido, cambiara su política hacia Cuba primero, levantando el bloqueo, y con el mundo después renunciando a las guerras de ocupación.
El votante estadounidense debería tener una actitud diferente, en tanto que su voto debería estar condicionado también, a un nuevo tipo de relaciones internacionales de los Estados Unidos, y las relaciones de la Asamblea General deberían ser sus estandartes. Y es que la democracia debe pasar por apegarse a las solicitudes de la comunidad internacional, interiorizadas por cada uno de los pueblos que la integran.
El Salvador, sin duda, con su voto en contra del bloqueo, reafirma su admiración por el pueblo cubano, y da un paso más a las relaciones diplomáticas establecidas con Cuba, desde la llegada del Presidente del Cambio, Mauricio Funes.
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