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2010/10/15

La Página-Federico Colorado: Las declaraciones del FMLN debilitan la confianza de los empresarios hacia el Gobierno-Diario digital de noticias de El Salvador

 El ex presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y actual directivo de la entidad opina también que los mensajes que se originan dentro del FMLN poco ayudan a la construcción de la confianza que ha comenzado a darse entre entre la clase empresarial y el presidente Mauricio Funes

15 de Octubre. Tomado de Diario La Página.


Como empresario ¿cómo ve el entorno de negocios de El Salvador, tomando en cuenta que vivimos una nueva época, una nueva administración política?

El entorno de negocios quizás no sea en este momento el más favorable para la atracción de inversiones y el tema de la confianza. Hay un capítulo que debe cerrarse y en esto deben trabajar con mucha intensidad el gobierno y los empresarios.

Por hoy, el entorno lo vemos cargado de incertidumbre de ambos lados, y eso genera una ausencia de predictibilidad en el mediano y largo plazo.

La lectura que hacen los empresarios sobre el Gobierno a veces da claridad, pero otras veces no. Por momentos se escuchan mensajes del partido detrás del Gobierno (FMLN) que generan una duda razonable que hace meditar y poner en stand-by la confianza que uno puede tener en el interlocutor legítimo, que es el Gobierno, puesto que en gran parte ese Gabinete está conformado por personas del partido.

Dicho esto, creo que es posible y el Gobierno y los empresarios deben redoblar sus esfuerzos para acercarse; las cosas en común son muchísimas más que las que los podrían estar distanciando.

Incluso, de parte del mismo partido de Gobierno no queda claro cómo puede estar visualizando una solución a los problemas del país que no pasen por dinamizar todos los sectores productivos.

En todos los países exitosos han habido programas claros y transparentes para todos los sectores productivos y políticas atinadas para estimularlos. Pero por ejemplo, aquí, en el tema de las exportaciones el Gobierno ve los incentivos como un subsidio, y nosotros lo vemos como el único incentivo que existe para dinamizar las exportaciones.

La nueva administración tiene todo el derecho de revisar el esquema, de hacerle los ajustes, pero al final no ver que estos incentivos también han contribuido a la generación de una gran cantidad de puestos de trabajo y de estímulo a la inversión, hay una diferencia conceptual. Ese es un ejemplo de cómo las visiones deben encontrarse para trabajar juntos.

¿Qué señales son las que están esperando de parte del Gobierno? Ya hubo viajes a Brasil y Cuba, por mencionar algo. El Gobierno ha dado señales como asegurar la dolarización... ¿qué más quieren?

Por ejemplo, en el sector agropecuario se necesitan señales de apoyo a los subsectores para que se estimulen actividades importantes. En lo que llevamos del Gobierno no ha habido "una sentada" con todos los sectores productivos en la parte agropecuaria. Un gran vacío es el tema de la capacitación, de la transferencia de esquemas para elevar la productividad de nuestras tierras, nuestros hatos ganaderos, nuestras fincas, nuestros cultivos. Y no se trata de soñar y pedir subsidios, porque el país no tiene recursos, pero hay muchas cosas que se pueden hacer y hasta ahora no se han hecho.

¿Pero no están pidiendo proteccionismo?

Otro ejemplo es el de la industria, que tiene ratos de proponer la ley de fomento industrial; ahí también hay otras propuestas.

Todo esto, hoy por hoy, hay algunas discusiones, pero al final lo que importa es hacia dónde vamos a llegar y cuánto tiempo nos vamos a tardar. Y poner eso en blanco y negro. El llamado es para que el Gobierno y la empresa privada dejen de lado los temas que generen anticuerpos para llegar a los acuerdos del país, y que se centren en un esquema de trabajo para definir los temas a la brevedad posible.

Para eso debe existir buena voluntad de ambas partes, un mínimo de confianza.

Es que se necesitaría ser miope, sordo o mudo para no entender que el Gobierno necesita este tipo de acuerdo con los empresarios; y que los empresarios necesitan este tipo de acuerdos con el Gobierno. Pero más importante es que el país lo necesita. El gran desafío de cualquier país es el empleo y el combate a la pobreza. Y eso se combate generando las condiciones para motivar a los agentes productivos. Lo que propongo es que, independientemente de esos intercambios con Cuba o Brasil, lo que está de base son los acuerdos sectoriales. Soy un fiel creyente de las políticas sectoriales, es lo que dinamiza a los sectores.

Este distanciamiento ilógico entre el Gobierno y la parte empresarial ¿sucede por algún motivo en particular?, ¿hay algún distractor?

Sí, han habido eventos, declaraciones y situaciones en las que puede haberse generado desconfianza entre Gobierno y empresa privada. No han ayudado mucho algunas declaraciones que ha hecho el partido en el Gobierno y eso motiva que la relación que se pudiera estar construyendo con el Ejecutivo se pueda ver debilitada, porque la lectura que al empresario le cuesta hacer es ¿quién es el interlocutor?, ¿el partido o el gobierno?, ¿cómo debemos entender estas acusaciones o declaraciones? Creo que esa duplicidad o dobles mensajes es lo que a veces confunde.

¿No están siendo demasiado quisquillosos o sensibles?

A mí me queda claro que el Gobierno quiere construir cosas positivas para el país; eso el Presidente lo tiene claro y ha hecho demostraciones que le pueden dar confianza a los empresarios, contundencias como decir que ni remotamente está pensando en el socialismo del siglo 21 y que lo que quiere es fortalecer el sistema democrático y la economía; todo esto genera confianza puntual, pero de repente hay una declación de X ó Y funcionario del partido diciendo totalmente lo contrario.

Y entonces el empresario a quién le cree ¿al presidente o al partido?

Depende del grado de transparencia o claridad con que se esté dando el diálogo fluido entre el Gobierno y la empresa privada. Es que si no hay ese diálogo de primera mano será muy difícil. Debe haber un diálogo fluido porque solo de esa manera uno podrá entender y sentar las bases para esa confianza y claridad, ese rumbo.

Aquí está claro que el que manda es el Presidente, no el partido. ¿O es que a los empresarios no les queda claro eso?

Cómo no. Y creo que dentro del empresariado hay bastante claridad en eso...

Entonces ¿por qué tanto miedo cuando habla en FMLN pues?

Porque recuerde que el FMLN tiene el control de poco más del 50% del Ejecutivo. Esa lectura no es tan fácil hacerla. Y mi impresión es que no hay una suficiente comunicación como para que las aclaraciones se den en el momento adecuado. Esto es de voluntades, perder el miedo a los acercamientos e interacciones entre los dos sectores para que las cosas funcionen.

Eso también se aplica también a los empresarios: que le pierdan el miedo a un gobierno de izquierda.

Definitivamente. Eso tiene que pasar. Hoy, más que ser de izquierda o derecha hay que pensar en los sistemas de gobierno. Se tienen los casos de Chile, Brasi, España, Francia, donde han habido visiones ideológicas contrapuestas, pero el rumbo de los países es bastante claro; el empresario en estos países no le teme a que el gobierno sea de corte socialista o capitalista, de derecha o de izquierda. Saben que la única manera de salir adelante es trabajando en conjunto. Eso del miedo a la izquierda viene en parte de que el partido de Gobierno sigue insistiendo en temas como el socialismo del siglo 21, o Chávez o Cuba. Eso no le va a generar ninguna confianza al empresariado. Me preocupa tremendamente no saber cómo está visualizando el FMLN su relación con la empresa privada, porque en Venezuela el camino que está tomando el presidente Chávez es la estatización de las empresas y, cuando mucho, los esquemas de sociedades mixtas. Y frente a esto, de parte del empresariado van a haber tremendas reservas.

¿El temor es que después de este gobierno llegue otro "más rojo" y que aplique lo que ya se hace en Venezuela?

Buena parte de la preocupación es esa, y sobre todo el alejamiento que estamos viendo entre el partido de Gobierno y los empresarios.

¿O sea que el problema de los empresarios no es con Funes, sino con las posturas del FMLN hacia los empresarios?

El problema de los empresarios con Funes puede consistir en que ese diálogo y la construcción de las confianzas, de las coincidencias, no se está dando con la fluidez que debería tener... porque a veces el que calla otorga. Esa nebulosa que hay es difícil de leer.

En esta situación ¿qué papel está jugando quien por tradición debe defender a los empresarios, que en este caso es ARENA, como partido de oposición?

En el caso de ARENA, ellos han pasado un proceso de recomposición que para mi gusto ha sido demasiado largo; todavía no alcanzamos a ver el final de ese proceso. En ARENA hace falta terminar ese capítulo, porque he escuchado que están esperando algunas consultorías para decidir al final en qué termina el proceso de reestructuración. Pero esto (lo de la oposición o contrapeso) no le pertenece exclusivamente al partido ARENA, hay otros actores políticos que deberían estar jugando un papel importante al respecto. El tema de las libertades no es patrimonio de un partido político. Nos corresponde a los que nos sentimos identificados con eso.

¿Están asumiendo sus labores de contrapeso los partidos y las gremiales?

Da la impresión que sí, aunque no bajo el enfoque que debería tener esa oposición.

¿Cómo debería ser una oposición para que genere un contrapeso democrático sano?

Creo que uno debe defender lo que uno cree enviando mensajes positivos de todo lo bueno que se ha hecho y de todo lo bueno que tiene aquello en lo que uno cree.

Para que esto suceda tiene que haber voceros. Bajo esta lógica ¿cómo califica las actuaciones y actitudes de las gremiales?

Es un tema de convicción, de hechos concretos, no es un tema ideológico; esto se tiene que defender bajo el tema de la racionalidad.

Diario digital de noticias de El Salvador

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