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2010/10/18

El Faro - FMLN sube al altar a Schafik Hándal - ElFaro.net El Primer Periódico Digital Latinoamericano

 El partido repintó de rojo su bandera y casi elevó al santoral efemelenista al fallecido Schafik Hándal. El motivo de la celebración fue el 80a. aniversario del natalicio del ex líder comunista.

Sergio Arauz.19 de Octubre. Tomado de El Faro.

 

Era una fiesta de cumpleaños atípica: banderas rojas por doquier, un mural del Che Guevara gigante como marco para la mesa principal, la hoz y el martillo tatuados y repartidos en todas las paredes del recinto y cientos de simpatizantes del cumpleañero vistiendo el rojo de la bandera del FMLN. Aunque era una fiesta de cumpleaños, también pareció una especie de acto litúrgico para elevar al santoral efemelenista un nuevo nombre. "Era el más completo de todos", dijo sobre el cumpleañero el coordinador general del partido, Medardo González.

El más completo de todos al que hacía referencia González era Schafik Hándal, fallecido en enero de 2006 y que el jueves pasado hubiera cumplido 80 años de edad.

El coordinador general empezó colocándolo como maestro a seguir. Su discurso fue breve y consistió en una lista de lecciones que aprendió del ex candidato presidencial y que según él toda la militancia debería cosechar. Por eso, empezó llamando a los asistentes al auditorio de Derecho de la Universidad a reconocer el legado.

Desde su muerte, según Medardo González, el hombre que dirigió al Partido Comunista durante los 21 últimos años de vida de la organización, debe servir como modelo a seguir, como guía: "Tenemos un legado... por ejemplo, voy a decir algo que Schafik siempre tuvo claro en su cabeza: vencer al enemigo". Luego siguió citando la herencia de ese hombre que fue uno de los firmantes de los acuerdos de paz, el 16 de enero de 1992, y que había sido reacio a tomar las armas cuando en 1970 nacieron las Fuerzas Populares de Liberación. "Siempre tomó en cuenta a las cinco fuerzas del FMLN, nunca alimentó el sectarismo", comentó González en su discurso.

Se encargaron del protocolo los herederos políticos del cumpleañero. Ellos habían puesto un modesto podio y dos pancartas de más de 3 metros de alto cada una. Una era alusiva a los 30 años de vida del partido, cumplidos el 10 de octubre pasado, y la otra decía "80 años, Schafik Hándal".

Al escenario subieron los familiares del cumpleañero y los tres herederos políticos, que se sentaron en medio: Medardo González, coordinador general del partido que asumió la silla antes de que Hándal muriera; Salvador Sánchez Cerén, vicepresidente del país y fiel acompañante del líder comunista, y José Luis Merino, comandante militar del Partido Comunista durante la guerra y uno de los tres principales dirigentes del partido hoy. Hablaron frente a más de 600 personas.

Todos se refirieron a Hándal como un guía fundamental del FMLN. Tras casi 20 minutos de intervención, el coordinador general del FMLN dijo que pese a todo lo dicho sobre el mejor de todos, no quería dejar de lado al comunista que inspiró a varias generaciones de militantes: "No quiero minimizar a Farabundo Martí", dijo. Sin embargo, en los discursos hubo pocos aplausos para Farabundo Martí, la insigne figura del Partido Comunista de El Salvador (PCS) desde 1930, cuando fue secretario de César Augusto Sandino, el mismo que dio vida el Frente Sandinista de Liberación Nacional, de Nicaragua.

El segundo en hablar fue el vicepresdiente. Sin embargo, antes de dejar el micrófono, Medardo González rompió el protocolo y pidió incluir en la lista de oradores a José Luis Merino, que entre las filas de ex guerrilleros y militantes del partido es conocido como Ramiro Vásquez. “Quiero pedir a mi compañero Ramiro que hable en nombre de la Comisión Política del Partido Comunista”, dijo González, quien durante la guerra fue parte de la organización Fuerzas Populares de Liberación. Una comisión política de un partido que supuestamente desapareció en 1994 por decisión del FMLN.

En comparación con la celebración oficial de los 30 años, este acto no fue multitudinario. Parecía una celebración modesta pensada para celebrar intimidad, muy cargada de simbolismo. En la primera fila, frente al escenario, estaba la crema y nata del Partido Comunista que existió desde antes de la guerra: Guillermo Ramirios, Norma Guevara, Benito Lara, Sigfrido Reyes, Orestes Ortez, Dagoberto Sosa, Rafael Benavides, entre otros. Casi todos ocuparán con seguridad un puesto en la próxima dirección del partido, que casi con seguridad será conducida nuevamente por Medardo González, producto de la elección de autoridades nacionalese que hará el FMLN a finales de este mes.

Cada uno ocupa un puesto clave en el partido. Ramirios fue durante mucho tiempo el jefe del Tribunal Electoral del partido, su esposa, Norma Guevara, es la subjefa de fracción con posibilidades de convertirse en coordinadora adjunta; Benito Lara es parte de la dirección actual y ex director departamental de San Salvador; Sigfrido Reyes es vicepresidente de la Asamblea Legislativa que está por asumir la presidencia; Orestes Ortez es diputado cercano a Ramiro Vásquez; Dagoberto Sosa es el coordinador departamental por San Salvador, y Rafael Benavides es un ex dirigente del Partido Comunista muy cercano a los dirigentes actuales.

Todos oyeron y aplaudieron a los oradores. Después del mensaje de Medardo González, Salvador Sánchez Cerén tomó la palabra. Llegó con una guayabera roja. Sánchez Cerén encendió al auditorio. El último de los miembros de la Comandancia General de la guerrilla tomó el micrófono y se disculpó: “Vine como oyente, pero mi hermano Medardo enganchó, así que vamos a tratar de armar algo”.

Su discurso fue corto pero contundente. Parecía un mensaje para la militancia, un mensaje que pretendía subrayar el rojo de la bandera del partido. Al igual que Medardo González, dijo que Hándal era un ejemplo para los efemelenistas. Lo subrayó haciendo alusión a lo qué él consideraba que era importante en el pensamiento de Hándal: el contacto con la gente. Citó como ejemplo que Hándal insistía en que se organizaran en comités de base y tuvo la ocurrencia de crear las tribunas públicas, esos actos que el partido realiza periódicamente en la Plaza Libertad para hablarle a la gente.

"¡La lucha de Cuba es nuestra lucha, la lucha de Venezuela es nuestra lucha, la lucha de Nicaragua es nuestra lucha, la lucha de Bolivia es nuestra lucha!", exclamó. "No estamos huérfanos, seguiremos su ejemplo", dijo, antes de terminar su breve intervención.

Los comités de base son la unidad organizacional más elemental del partido, y es obligatorio pertenecer a alguno de ellos para poder optar a cargos de dirección.

Y si Sánchez Cerén fue breve, la fama de los comunistas por sus discursos extensos fue puesta a salvo por Ramiro Vásquez, quien estuvo casi 20 minutos hablando frente al público. Dijo que se sentía heredero de Hándal y también pidió a los simpatizantes que se organicen en los comités de base. Dijo que lo más importante de la última contienda fue haber derrotado a la derecha. “Nosotros somos el partido que ganó el gobierno”, terminó.

Los mensajes políticos terminaron con su intervención. Luego pasaron al micrófono los herederos de sangre de Hándal: su hijo Jorge, diputado del FMLN, y su hija, Erlinda, viceministra de Educación.

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