EDH-Sin docentes ni fondos para educación inclusiva

 La política de Educación Inclusiva ha sido bien recibida, pero se requerirá de más fondos para readecuar centros y garantizar que docentes activos y los que están en formación la pongan en práctica

Susana Joma/ Douglas Urquilla.09 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.

 

La Política de Educación Inclusiva para Todas y Todos, que el Ministerio de Educación (Mined) sacó a luz pública a mediados de la semana que termina, volvió a poner en evidencia la deuda que el país tiene con las personas que viven en situación de vulnerabilidad por diversas causas: físicas, sicológicas, económicos, étnicas, religiosas, niños abandonados o que han caído en conductas violentas.

La política tiene cuatro líneas estratégicas orientadas a los recursos, a las prácticas pedagógicas y a las normativas.

Esto lleva implícita la necesidad de que el gobierno invierta más para que el sistema educativo público disponga de infraestructura adecuada y docentes capacitados para poder atender las diferentes necesidades que presentan los niños. ¿Se podrá lograr?

Especialistas explican que si bien en las últimas dos décadas se han hecho esfuerzos entre organizaciones no gubernamentales (ONG) y gobierno, la inclusión total no se alcanzará a corto plazo, mientras el presupuesto que se asigne a Educación sea muy limitado y mientras los docentes del país no tengan la formación necesaria y los padres, la conciencia de que todos los niños deben estudiar.

En la actualidad en el sistema educativo regular se atienden 14 mil alumnos con necesidades especiales, según el censo de estudiantes del ministerio.

Óscar Picardo, Especialista en Educación, manifestó que, por ejemplo, en estos momentos no todos los docentes del país están preparados para enseñar a estudiantes del sector con discapacidad y no todos los centros del sistema educativo público tienen las condiciones para integrarlos.

De allí que muchos niños sordos o ciegos que ingresan al sistema tienen muchas dificultades para su aprendizaje dentro del sistema regular. Antonio Palma y Ana Guadalupe Ávalos, dos estudiantes ciegos de 13 años de edad que asisten a quinto grado "C" en el Centro Escolar República de Perú de esta capital, saben de estas limitaciones y tratan de sortearlas.

Tanto ellos, como Néstor Jiménez quien tiene problemas de movilidad y estudia el sexto grado en la misma escuela, son de los pocos afortunados porque los maestros que los atienden cuentan con asesoría de parte del Ministerio y de la Funpres (Fundación Pro Educación El Salvador) para que puedan solventar algunas necesidades educativas adicionales que tienen los niños.

Los representantes de algunas de las instituciones formadoras de docentes, como la Universidad Francisco Gavidia, la Universidad Pedagógica de El Salvador y el Instituto Superior Especializado Espíritu Santo, explican que se esfuerzan por formar a las nuevas generaciones con la visión de la educación inclusiva.

Margarita Cobar, especialista en Parvularia y Educación Especial, que labora para la Universidad Francisco Gavidia (UFG), expresó que desde hace cuatro años la institución capacita en este tema a los docentes que atienden el profesorado en Parvularia.

Además, asegura que han realizado adaptaciones curriculares en esa carrera con el fin de que los docentes que forman tengan la capacidad de identificar casos porque "al sistema (de enseñanza) regular están llegando niños con muchas dificultades".

Jorge Alberto Escobar, decano de la Universidad Pedagógica de El Salvador (UPES), manifestó que junto con el Mined y el Espíritu Santo están haciendo un plan común de profesorado y licenciatura en Educación Física que lleva incluida una asignatura que le llama Educación Inclusiva.

"Luego, en las actividades internas, desde hace cuatro o cinco años hemos estado programando cursos sobre lenguaje de señas. Eso nos interesa en particular para que el personal pueda entenderse con las personas sordas que tenemos acá", detalló Escobar.

Esta institución también realiza esfuerzos porque los estudiantes salgan bien preparados en didáctica general y psicopedagogía, porque están vinculados con el estilo de clase que desarrolla el maestro para asegurar el aprendizaje de los niños.

"Un profesor que sólo diseñe clases expositivas está favoreciendo a los estudiantes que igual aprenden escuchando, pero deja afuera a los estudiantes cuyo aprendizaje sólo se da con otras partes del cuerpo o a los que aprenden más con ver o leer", explicó el decano de la Universidad Pedagógica.

Sin embargo, habrá que ver cuántos de los docentes que forman con esta visión pasan a trabajar a las filas del sistema público y cuántos de los que están trabajando tienen la voluntad de adquirir nuevas competencias para ayudar a los niños que necesitan más apoyo, incluyendo a los que están en el sistema pero tienen sobreedad, a los que repiten curso o a los que reingresan luego de haber dejado la escuela.

Al respecto, Óscar Picardo considera que la política de inclusión es una medida positiva, pero estima que el tema es muy amplio y el gobierno debe definir cómo se va a manejar esto: a nivel nacional, como plan piloto o por sectores.

"Hay que ver qué partidas presupuestarias hay para esto", razona Picardo. Sin embargo, las expectativas financieras no son alentadoras, considerando que Gloria Evelyn Hernández, Gerente de Gestión Pedagógica del Mined, manifestó : "Para el próximo año tenemos aproximadamente dos millones y medio (de dólares) proyectados, en lo cual nos están apoyando diferentes organismos".

Hernández reconoció que se tendrán que readecuar las instalaciones de los centros educativos y cambiar las condiciones para que la educación sea con equidad e inclusión. No obstante, en educación los planes para el quinquenio pasan por adecuar las edificaciones de 500 escuelas (cuando en el país hay más de cinco mil) y llegar a incluir a 100 mil alumnos en situación vulnerable.

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