Las puertas para los usuarios del Hospital Amatepec están abiertas, pero las carencias se han acentuado debido al conflicto laboral entre el STISSS y las autoridades del Seguro. La reserva de insumos y de medicina se está agotando
Yamileth Cáceres. 10 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
La situación para los usuarios del Hospital Amatepec del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), que mes a mes ven reflejados los descuentos de salud en sus salarios, se agrava cada día que pasa sin que se resuelva el conflicto entre los trabajadores y las autoridades de la autónoma.
Los problemas se perciben desde que se ingresa por la Unidad de Emergencias del establecimiento. Aunque los empleados laboran normalmente, carecen de los recursos necesarios para brindar la atención por la que los usuarios pagan.
En una sala, personal sanitario corta en pequeños pedazos el algodón para economizar y lograr que les alcance. Ahí no hay jeringas, catéteres, papel higiénico, guantes, esparadrapo para colocar los sueros... Y solo hay un bote de alcohol.
Las bolsas de los medicamentos sirve a veces como guantes, según comentaron unas enfermeras. Mientras que las manos se las secan en una gabacha porque el papel toalla se terminó.
"Aquí nos toca improvisar. Algunos insumos los conseguimos en otros servicios", agregó una de las enfermeras. Así se vive el día a día en el hospital que le da cobertura a barrios populosos de San Salvador, Soyapango e Ilopango. Los médicos, las enfermeras y el resto del personal se las arreglan cómo pueden y con lo que hay a su disposición.
Hoy se cumplen 10 días desde que el Sindicato de Trabajadores del Seguro Social (STISSS) no permite la entrada a las jefaturas como medida de presión para que destituyan al actual director. Pues lo consideran incapaz de resolver las deficiencias crónicas del establecimiento.
La falta de ropa de cama, es un problema que los ingresados resienten y que fue reconocido en una auditoria interna realizada en 2007. "Durante los turnos de auditoría, se ha verificado el desabastecimiento de ropa hospitalaria", rezaba el documento. El mismo detalla una serie de deficiencias. Algunas persisten.
En los pasillos de la Emergencia y en los servicios, es común ver a los pacientes sin ropa de hospitalización y con sábanas particulares, otros utilizan ropa asignada a los quirófanos.
No hace falta usuario que exprese la preocupación por lo que están viviendo. Jaqueline Mauricio Castillo, de 22 años, arrullaba a su bebé. Ella dio a luz el sábado: "No nos han traído pañales, yo le he tenido que mandar a traer porque dijeron que no había".
Ayer por la mañana, aún vestía la gabacha que le dieron el jueves cuando ingresó. Para cubrirse, usa una licra y una camisa manga larga que le trajeron de la casa.
En la misma sala, una joven acaricia a su hijo recién nacido. Está envuelta con una sábana manchada de sangre. Alba Mijango también reciente que por la falta de ropa hospitalaria no la puedan esterilizar, los médicos le dijeron que regrese en 40 días.
En el Segundo Nivel, en Cirugía Mujeres, los estantes donde mantienen los insumos están casi vacíos. Los empleados del área enumeran algunos productos que les hacen falta: pañales para adulto, vitamina A, guantes, mascarillas, papel para limpiarse las manos. "Casi nada tenemos", expresó una de las enfermeras.
Otra empleada comentó que, ayer, solo a tres de 15 pacientes les pudieron cambiar la ropa de cama. Algunas permanecen con la misma sábana desde hace ocho u cinco días. Dicen que la escasez de ropa de cama y batas es un problema que atraviesan desde hace bastante tiempo.
Las dificultades y carencias se replican en otras áreas. Los médicos y las enfermeras se prestan los pocos insumos disponibles. Las medicinas también se están agotando. El problema es que aunque haya producto en bodega, este no puede ser despachado.
El jueves, el subdirector del Seguro Social, Ricardo Cea, llegó al hospital para solicitarle a los sindicalistas que le permitieran entrar para verificar las condiciones de los pacientes. El paso le fue negado cuando intentó ingresar junto con las jefaturas. Cea recibió un sin fin de quejas y gritos de los empleados.
Ese día, el subdirector de la institución responsabilizó a los sindicalistas de cualquier situación que le suceda a los afiliados. Antes de retirarse, indicó que denunciaría a los sindicalistas.
Tanto Cea como el director del Amatepec, Hugo Barahona, expresaron que los problemas que viven los derechohabientes se deben a que el STISSS no permite la entrada de los jefes: los únicos facultados para firmar los pedidos de los productos.
"Los insumos que se necesitan no se están dando porque no dejan entrar a las jefaturas. Al no entrar, no pueden despachar porque se necesitan las firmas de las jefaturas, las compras tampoco se pueden hacer", agregó Barahona.
El director del Amatepec afirmó que la protesta se originó tras denunciar un problema que se tuvo con una paciente ante la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica.
"Fue por un procedimiento administrativo. Si bien, no se puede negar la falta de insumos y materiales, también es cierto que la actual administración ha realizado esfuerzos grandes para superar la crisis", comentó Barahona.
Rony Carranza, agregó que Barahona no ha sido capaz de resolver los problemas tanto de los usuarios como de los empleados. Él también hace responsables a las autoridades de lo que suceda con los derechohabientes.
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