Ricardo Esmahan.19 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
Lamentable es que en medio de las dificultades que atraviesa el país, los que administran la cosa pública arremetan con diatribas de plaza pública contra la empresa privada por hacer aportes críticos a la gestión gubernamental, aportes críticos totalmente legítimos al ser este sector el que día a día trabaja arduamente y organiza la actividad económica, para sacar adelante a las familias salvadoreñas.
Los funcionarios y políticos que se han expresado de manera poco seria e ideológica, no ven que la empresa privada es el motor de la economía y la verdadera fábrica de empleos. Ojalá atiendan los llamados al respeto y encuentren una visión de país. Es importante que dejen de buscar culpables de su desempeño.
Retomando este sentimiento, en reciente foro nacional, el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) señalo: "Respetamos la firmeza y convicción, con la que el señor Presidente de la Republica, pretende defender los principios y libertades democráticas. Sin embargo, ese respeto y confianza se debilitan con cada ataque injustificado y desmedido en contra del sector privado… Nosotros no somos adversarios ni militantes partidarios.
"Coincidiremos con todos aquellos que defiendan y promuevan los principios fundamentales de la libre empresa… Ya basta de acusaciones y discursos de intolerancia en contra de los empresarios… Necesitamos el liderazgo de un Presidente que coordine su gabinete de gobierno en forma efectiva, un gabinete conformado por funcionarios capaces y profesionales, comprometidos con el país y no con sus propios intereses partidarios".
Ante los evidentes resultados de estas posiciones oficiales y partidarias, preocupa que aquellos que conducen el barco, que tienen en sus manos el timón, generen un clima hostil innecesario en medio de una realidad difícil, sobre todo cuando se avecina la negociación para un Pacto Fiscal.
Ante esta agenda de nación que está planteada, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), ha aportado una serie de propuestas ante un eventual pacto fiscal. ANEP visualiza que si se tiene una verdadera voluntad política de incorporar a la base tributaria todas aquellas empresas que se mantienen en la informalidad y que por lo tanto no aportan ni siquiera un centavo, un logro de este tipo haría la diferencia como nación, debido a que es imposible seguir ordeñando a las mismas vacas que siempre y toda la vida aportan a aquellos que administran en turno la cosa pública.
De acuerdo a información de fiscalidad comparada, existen países que tienen una carga tributaria mayor que la nuestra y con un crecimiento económico menor. Tal es el ejemplo de Brasil que con carga tributaria del 24.7% del PIB, reporta un crecimiento menor durante el período 1998-2008. Panamá en cambio, con carga tributaria menor que la nuestra, de 10.6%, registró un crecimiento mayor durante el período.
Lo anterior indica que el valor total de impuestos recaudados no garantiza un efecto positivo en el crecimiento económico o la distribución de los ingresos de un país. Lo importante no es únicamente el volumen de recursos que recoge el Estado, sino de la eficiencia del gobierno en el uso racional de dichos recursos, y por esta razón es que se hace tanto énfasis en la necesidad de tener un detallado rendimiento de cuentas del gasto público.
El gasto público debe concentrarse en mayor medida en cinco áreas principales: Educación, salud, seguridad, infraestructura e innovación tecnología. Debemos enfatizar que para lograr el progreso deseado es necesario implementar además una reforma para mejorar la gestión institucional, que permita un avance sustancial en la eficiencia y calidad de los servicios públicos que se prestan.
*Columnista de El Diario de Hoy. resmahan@hotmail.com
elsalvador.com :.: No inculpemos a otros de nuestros desaciertos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.