EDH-Los grupos radicales y la actividad criminal organizada

 Carlos Ponce.13 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.

Este año, los resultados obtenidos a través de la ejemplar actividad operativa de agencias policiales en otros países, sustentada en largas y complejas investigaciones, han revelado un fuerte vínculo entre organizaciones criminales transnacionales y grupos de extrema izquierda. En el mes de agosto, las autoridades mexicanas capturaron a Edgar Valdez Villarreal, alias "Barbie", importante personaje del narcotráfico en México, responsable de contrabandear aproximadamente una tonelada mensual de drogas a Estados Unidos y asociado, en determinado momento, a tristemente célebres figuras criminales internacionales, como los hermanos Beltrán Leyva y Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo".

Pocos días después, en una acción casi simultánea, la Policía de Colombia lanzó la "Operación Golfo", deteniendo a once personas asociadas con el tráfico de narcóticos, entre ellas a Julio César Peña Soberanis, alias "Julio", subalterno de Valdez Villareal. Peña era el principal enlace entre su agrupación y el Frente 30 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La información revelada sobre el caso por las autoridades correspondientes, indica que las FARC son importantes proveedoras de la droga que transita desde Sur a Norte América, responsable de la incesante violencia y delincuencia generada en todo el hemisferio por su complicada dinámica de mercado.

Esta afirmación fue recientemente confirmada por documentos encontrados en los ordenadores recuperados durante el operativo militar colombiano, desarrollado en septiembre, en donde murió Víctor Julio Suárez Rojas, alias "Mono Jo Joy", importante cabecilla de las FARC. El Presidente de Colombia, José Manuel Santos, confirmó a la prensa internacional que los correos electrónicos encontrados en el equipo informático incautado, revelan una vinculación entre importantes narcotraficantes y mandos insurgentes de la guerrilla colombiana.

Existen varios ejemplos en el escenario mundial sobre alianzas entre grupos extremistas y estructuras delictivas. Algunos de los más sobresalientes son: el Ejército de Liberación de Kosovo, el Partido de Trabajadores Kurdos, Hezbolá (financiado en gran medida por Irán), el Movimiento Islámico de Uzbequistán, Al Qaeda y el Talibán. La incursión de este tipo de organizaciones en el mundo criminal no es reciente. En 1998, el egipcio Muhammad Abed Abd Al-Aal, miembro de la Jihad Islámica, fue detenido en Colombia y acusado de cooperar con las FARC en diversas actividades ilícitas. Algunos expertos en la materia sostienen que el involucramiento de grupos radicales en delitos lucrativos es el resultado de la caída de los regímenes patrocinadores y la consecuente falta de financiamiento para sus actividades.

Esto se vuelve especialmente relevante al considerar los postulados propuestos por el analista y columnista Manuel Hinds. En un artículo de opinión publicado la semana pasada, Hinds señala que el Foro de Sao Paulo fue fundado en 1990 por Fidel Castro ante la caída internacional del comunismo y que el tema principal era formular una estrategia común, para afrontar la inminente crisis financiera que enfrentarían los movimientos de izquierda radical en Latinoamérica, como resultado de la falta de estados patrocinadores. En el mismo escrito, dicho articulista advierte que la precaria situación vivida durante la fundación del Foro está por repetirse, ya que Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, quien asumió el papel de principal padrino de los movimientos de extrema izquierda en el hemisferio, después de la caída de la Unión Soviética, está sufriendo una serie de embates que limitarán rápida y progresivamente su capacidad para financiar las actividades de dichas organizaciones.

Algunos estudios criminológicos que exploran el tema, argumentan que el tipo de actividades criminales en las que los grupos extremistas incursionan, depende de su nivel de organización y el financiamiento que requieren. En consecuencia, la respuesta adoptada por los diferentes movimientos radicales de izquierda, frente al deterioro económico del gobierno de Hugo Chávez, se convertirá en un importante tema que debemos de analizar desde una perspectiva criminológica.

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