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2010/10/14

EDH-Los golpes buenos

Gabriela Calderón de Burgos.14 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.

En 1997 en Ecuador, el presidente Abdalá Bucaram intentó eliminar el subsidio al gas, lo cual afectó de manera muy negativa su popularidad en el país. De tal forma, aprovechando el cambio en la opinión pública, los diputados hicieron de psiquiatras declarando que Bucaram tenía "incapacidad mental para gobernar". De acuerdo a la nueva lógica que impera hoy en Ecuador, ese fue un golpe de Estado bueno, ya que Bucaram había perdido el favor de la mayoría del electorado.

Entre 1998 y 1999 hubo una severa crisis bancaria en Ecuador y el entonces presidente Jamil Mahuad, tomó la fatídica decisión de, entre otras cosas, decretar un feriado bancario y un congelamiento de depósitos. Esas medidas y la crisis infligieron un alto costo político y un militar que luego sería electo presidente —Lucio Gutiérrez— se aprovechó del rechazo popular a Mahuad y lideró un golpe de Estado en colaboración con grupos indígenas en enero del 2000.

En la madrugada del 22 de ese mes los militares deciden apoyar a Gustavo Noboa, el vicepresidente, para que reemplazara a Mahuad. Este asumió el poder en uno de los salones principales del comando conjunto de las fuerzas armadas. A pesar de las circunstancias, nadie dijo nada porque este también fue un buen golpe de Estado: Mahuad ya no salía bien en las encuestas.

En 2005 el presidente Lucio Gutiérrez fue destituido por el Congreso por supuestamente haber abandonado sus funciones (Gutiérrez estaba en el Palacio presidencial cuando le hicieron esta acusación). Los militares le quitaron la guardia a Gutiérrez y el vicepresidente, Alfredo Palacio, rápidamente asumió el poder.

Al igual que en los casos anteriores, Gutiérrez había perdido el respaldo de la mayoría en las encuestas, por lo que este golpe también fue bueno. Un joven economista de apellido Correa, en ese entonces desconocido, apoyó ese golpe. Palacio lo nombraría Ministro de Economía días después, iniciando así su carrera política.

Pero en Ecuador también ha habido golpes que han tumbado a los titulares de los otros poderes del Estado. En marzo del 2007 el Tribunal Supremo Electoral (TSE) destituyó a todos los diputados de oposición en el Congreso cuando éstos se opusieron a la convocatoria de una Asamblea Constituyente, atribuyéndose una función que solo le correspondía a la Corte Suprema. En abril del mismo año, el Tribunal Constitucional, apelando a sólidos argumentos jurídicos, restituyó a 51 de los 57 diputados destituidos.

Poco después de anunciarse la decisión, turbas oficialistas irrumpieron violentamente a las instalaciones del Tribunal Constitucional. La Policía Nacional permitió su entrada y miró pasivamente mientras se agredía físicamente a los magistrados. Esos golpes de Estado también fueron buenos, ya que se "justificaban" porque el proyecto del líder popular no podía ser obstruido por pequeñeces como "el Estado de Derecho" y la separación de poderes. La misma OEA aplaudió estos golpes, felicitando al presidente Rafael Correa "por sacar adelante el proceso constitucional para poner fin a la inestabilidad crónica que afecta a Ecuador en las últimas décadas".

En diciembre de 2007, la mayoría gobiernista en la nueva Asamblea Constituyente, emitió su primer mandato declarándose de "plenos poderes" y haciendo uso de estos disolvió el Congreso, democráticamente elegido en 2006. Otro golpe bueno en Ecuador…

De tal forma, para los líderes que se manifestaron "a favor de la democracia" y de la "institucionalidad" en Ecuador el pasado 30 de septiembre pareciera que hay golpes de Estado buenos y golpes de Estado malos. Dejando a un lado la cuestión de que es difícil defender la tesis de que hubo un golpe ese día, sería bueno que expliquen en qué consiste la diferencia.

Tal vez para ellos la democracia es sólo aquel sistema en el que un líder consigue el derecho al poder ilimitado gracias al apoyo de una mayoría circunstancial del electorado.

elsalvador.com :.: Los golpes buenos

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