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2010/10/15

EDH-La carga tributaria y el desarrollo

 Manuel Hinds.15 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.

¿Cuál debería ser la carga tributaria del país? La carga tributaria es el cociente de dividir la recaudación de impuestos por la producción total del país, el Producto Interno Bruto (PIB). Mide el porcentaje del ingreso que el ciudadano promedio sacrifica para dar al gobierno.

Hay dos maneras de contestar esta pregunta: desde el punto de vista de una sociedad en la que los ciudadanos sirven al Estado y desde el punto de vista de una sociedad democrática en la que el Estado sirve al ciudadano. La respuesta que corresponde a la sociedad en la que los ciudadanos están al servicio del Estado es que la carga tributaria debe ser lo más que se pueda, y, como mínimo, lo que cobran en promedio otros países comparables.

En este tipo de regímenes, el objetivo es maximizar el tamaño del Estado para maximizar el poder de los políticos y los burócratas. Con este criterio, la carga fiscal de El Salvador (12.4 por ciento del PIB en promedio en la última década) es demasiado baja en al menos el equivalente a 1.1 por ciento del PIB, porque el promedio de la última década de Latinoamérica es de 13.5 por ciento del PIB.

La respuesta que corresponde a una sociedad democrática es que la carga tributaria debe ser la cantidad que un Estado eficiente necesita para brindar los servicios públicos que la sociedad demanda. Es decir, para una sociedad en la que el Estado sirve al ciudadano no hay un número mágico para la carga tributaria. Depende de lo que la sociedad quiera que el Estado haga, y eficientemente.

Esta posición no sólo es más justa y democrática sino que también es la más razonable desde el punto de vista de los resultados que se obtienen en la realidad. Es irracional ponerse un número como meta para la carga fiscal sin ninguna referencia a los servicios que el pueblo quiere, ya que las cargas fiscales más altas no están asociadas con mejoras en ninguna medida de progreso. Por ejemplo, la gráfica 1 muestra que los países con mayor carga fiscal no tienen mayores tasas de crecimiento. Si lo tuvieran, usted vería los puntos organizados como una línea que subiría de la izquierda a la derecha. Lo que usted ve es una bola de puntos. Note que los dos países que más éxito están teniendo en su desarrollo, China e India, tienen carga fiscales que están entre las más bajas (entre 9 y 10 por ciento del PIB). La de Singapur, uno de los países más exitosos, es de 13.5 por ciento del PIB, casi exactamente igual a la de El Salvador (12.4).

Lo mismo pasa con el indicador más incluyente de la salud de la población, la esperanza de vida, que es el número de años que una persona promedio puede esperar vivir. Esta no aumenta con la carga fiscal. Hay países que tienen cargas fiscales en el orden de 10 por ciento del PIB, que tienen esperanzas de vida mucho más altas que muchos en el orden de 20 a 30 por ciento del PIB. Es decir, el crecimiento económico y la esperanza de vida dependen no de lo que se gaste y se cobre de impuestos sino de la efectividad de este gasto. Lo mismo pasa con cualquier indicador de educación, seguridad y otros servicios públicos. Por esta razón, es totalmente irracional discutir el nivel que debería tener la carga fiscal del país, sin discutir al mismo tiempo la cantidad y calidad de servicios que la ciudadanía debe obtener por el pago de sus impuestos. Si aplicamos esta medida para comparar El Salvador con algún país europeo, es claro que nuestra carga impositiva es mucho más alta que la europea, porque ellos pagan más impuestos, pero reciben mucho más servicios.

Ciertamente, el país tiene muchas carencias en servicios públicos, y es necesario suplir esa deficiencia. Lo que debe ser la carga fiscal debe ser determinado definiendo primero lo que queremos lograr con esos servicios, y dando al gobierno lo que necesita para suplirlo si opera eficientemente. Lo demás es desperdicio.

elsalvador.com :.: La carga tributaria y el desarrollo

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