Al país y a sus instituciones les sucede como al hombre que se acuesta en una noche fría con una pequeña cobija: si se cubre la espalda, se le enfrían los pies y a la inversa
26 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
Nada deseamos más, en unión de muchos otros, que la gente reciba una buena atención médica, se eduque con esmero, se les brinden trabajos dignos y que tengan viviendas, vecindarios y poblaciones seguras, ordenadas y limpias. Pero "los sueños, sueños son" y en un país empobrecido por la guerra y la demagogia, hay que esforzarse por reconstruir, producir y lograr una medida de crecimiento económico.
No hay un "derecho a la salud" que se pueda hacer valer por decreto legislativo o resolución judicial, como lo pretende un fallo de la Sala de lo Contencioso Administrativo. Al país y a sus instituciones les sucede como al hombre que se acuesta en una noche fría con una pequeña cobija: si se cubre la espalda, se le enfrían los pies y a la inversa. Acá todo es escoger con acierto las prioridades, administrar con eficiencia los recursos y lamentarse del sufrimiento que no se puede aliviar.
No hay un derecho a la salud, como tampoco hay un derecho a la vivienda o al trabajo digno. Se trata de falsos derechos, pues no tienen una contrapartida en el pasivo de nadie. La nación tiene una enorme cantidad de exigencias que por su pobreza, pobreza de todos los sectores, no le es posible satisfacer. Somos un país que iba creciendo de manera admirable pero que ahora está empobrecido.
Los derechohabientes del Seguro no pueden reclamar que los atiendan en todo lo que exigen, pues ni aquí ni en Francia es eso posible; la crisis que golpea a países como Grecia y Portugal es originada por creer que el bienestar es resultado de decisiones parlamentarias.
A lo que tienen pleno derecho los asegurados y las empresas que pagan la mayor parte de los aportes, es a que los recursos se administren con eficiencia, lo que quiere decir que los directores y jefes de sección deben ser personas experimentadas y capaces.
Peor aún: que se posterguen cirugías
Eso, por desgracia, no se cumple, ya que los nombramientos para dirigir instituciones del Estado no siempre se hacen atendiendo a cualificaciones profesionales, sino también por criterios políticos, por clientelismo. Algunos funcionarios ven sus posiciones como una agradable vacación con los gastos pagados.
La carencia de medicinas, un mal endémico en las entidades públicas, se agrava cuando se efectúan mal las licitaciones e inclusive se otorgan a dedo, se manejan con torpeza los suministros, no se llevan los controles debidos en su almacenamiento y una parte se pierde por negligencia o por sustracciones.
Ya se encontraron en las bodegas del sistema de Salud cantidades muy grandes de medicinas vencidas a las que inclusive se les quiso alterar las fechas de caducidad.
De nuevo, no hay derecho a la salud que tenga que garantizar el Seguro, pues lo más importante para tener buena salud es el cuidado que cada uno hace de su cuerpo, lo que incluye desde sus hábitos alimenticios hasta el ejercicio que haga. El ISSS no va a corregir lo que la persona ha hecho mal consigo misma, desde fumar y embriagarse hasta hartarse de frituras.
Si faltan medicinas que no pongan sellos diciéndolo, sino que evalúen la capacidad de los encargados de supervisar su suministro.
A su vez, los magistrados deben reexaminar conceptos y mandamientos constitucionales de imposible cumplimiento, imposible aquí, en Suiza y en Botswana. Menos grave es que falten medicinas a postergar cirugías importantes.
elsalvador.com :.: A lo que tienen derecho es a buena administración
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